La mezquina y cínica postulación

¿Qué es lo primero que piensas cuando te hablan de fútbol? Sinceramente, yo pienso en la pelota. Pienso en ese mágico objeto que me ha alegrado y entristecido tantas veces cuando sus fibras tocan la red, en la forma cómo se lo disputan 11 contra 11 en un juego de estrategia, en las hermosas curvas que algunos privilegiados logran y con las que todos los fanáticos soñamos, en el sonido que genera cuando impacta contra uno de los palos, y en el sentimiento que provoca cuando la tengo al pie.

Lastimosamente los dirigentes del fútbol colombiano no piensan como yo. Mi forma de ver al fútbol es la de un hincha, la de un apasionado al que le puede cambiar totalmente el ánimo del día y la semana el resultado de un partido contra el rival de patio. La de ellos es la de un empresario. Miran el fútbol con los ojos puestos en el negocio, y no en la pasión. Lo que importa para ellos al final no es quién gana el partido o el campeonato, sino cuánta plata pueden ellos obtener.

A lo largo de los años hemos visto cómo estos dirigentes se aprovechan de la pasión de los colombianos. Los exagerados contratos por el patrocinio de la liga masculina, los derechos de transmisión por televisión, los escándalos económicos que protagonizan algunos de los directivos de los clubes deportivos, los precios exorbitantes de la boletería y los abonos, los irrisorios salarios de los deportistas masculinos y las nefastas propagandas son pruebas suficientes de ello.

Y aunque esto es natural, y ha sido siempre así y así siempre será, pues el fútbol es sin lugar a duda el deporte que más personas mueve en Colombia, y a final de cuentas los clubes son empresas como cualquier otra que propenden por su mayor beneficio, lo que verdaderamente indigna es la injusta, hipócrita e inequitativa selectividad con la que trabajan los dirigentes del fútbol colombiano.

Me explico: hace unos días se dio a conocer la noticia que Colombia sería el candidato único por Suramérica para ser sede del mundial femenino del 2023. En esta contienda se enfrenta a Australia y Nueva Zelanda, como sede conjunta, y a Japón; países cuyos escenarios deportivos salieron muy bien calificados, a diferencia de los colombianos.

Más allá de esto, el problema se centra en la mezquindad y cinismo para hacer esta postulación. Cualquier persona que esté un poco enterada de lo que sucede dentro del medio, se da cuenta de la hipocresía y el insulto que esto representa para las futbolistas colombianas. Ellas poco son tenidas en cuenta, y casi que se ven como un estorbo para el fútbol patrio por parte de los dirigentes, y muchos son los ejemplos que dan cuenta de ello.

Piense, digamos, en el hecho de que antes de la pandemia la liga femenina no contaba (ni mucho menos ahora) con un patrocinador, cuando el fútbol masculino tiene como patrocinador a una casa de apuestas con buen músculo financiero, y a la cual se le pudo haber obligado en el contrato a patrocinar a todo el fútbol profesional colombiano (masculino y femenino). Piense que el salario de las futbolistas profesionales, si tienen suerte, no es más del mínimo exigido por ley cuando sus pares masculinos tienen salarios que se pactan en dólares. O simplemente piense en cuánto impacto e importancia les dan los medios a las noticias alrededor del fútbol femenino.

Si estos ejemplos no son suficientes, piense en que las jugadoras del Atlético Huila del 2018, campeonas de la copa libertadores de América femenina de ese año, los directivos del club les ofrecieron sólo recibir una parte del total del premio que se habían ganado (aproximadamente 50 mil dólares)

También es muy dicente del “compromiso” de los dirigentes del fútbol colombiano con el fútbol femenino, que quien fuere el ex presidente de la Dimayor (máximo órgano privado del fútbol profesional colombiano), hoy presidente del Atlético Huila, tome la decisión que dicho equipo no participe en la edición de la liga femenina de este año (a pesar del COVID-19) y que, además, le colgara el teléfono en una entrevista a una de sus jugadoras quien lo interpelaba por tal decisión.

Y si cree que la situación es tan horrible como la acabo de plantear, agregue las constantes denuncias de acoso que sufren las futbolistas…

Viendo esto, me pregunto: ¿cómo es posible que a pesar de todo lo anterior, aun los dirigentes tengan el descaro de querer ser sede del mundial femenino? Probablemente alguien dirá: es que esa es precisamente la forma en cómo se está apoyando al futbol femenino, pero la verdad, creo que eso es una mera excusa para sostener el negocio que hay tras la realización del mundial.

No con ello niego ni me opongo a la realización de tal evento en el país, que sin duda traería un gran desarrollo y sería un motor económico importantísimo para el país, sino que creo que lo primero es mostrar coherencia. La Dimayor, la Federación Colombiana de Fútbol y el Gobierno nacional deberían apoyar de verdad al fútbol femenino local, al menos intentando emparejar las condiciones respecto del fútbol masculino.

No es aceptable que tengan dos discursos, solo porque en un caso es negocio y en el otro no.

 Webgrafía:  

https://resources.fifa.com/image/upload/bid-book-colombia.pdf?cloudid=ck118bpkjwtszinqy8i8

https://es.fifa.com/who-we-are/news/mundial-femenino-2023-el-consejo-de-la-fifa-seleccionara-al-anfitrion-o-anfitrio

https://colombia.as.com/colombia/2020/01/29/futbol/1580316350_195716.html

https://www.pulzo.com/deportes/conmebol-sigue-apoyando-mundial-femenino-2023-colombia-PP915207

https://colombia.as.com/colombia/2020/06/10/futbol/1591800421_635843.html

https://co.marca.com/claro/futbol/mas-futbol/2020/06/09/5edf072846163f00388b45f6.html

https://www.eltiempo.com/deportes/futbol-internacional/la-polemica-que-desato-el-premio-del-huila-femenino-por-la-copa-libertadores-301614

https://seguimiento.co/deportes/tres-meses-despues-de-ganar-la-libertadores-jugadoras-del-huila-no-reciben-su-premio-23079

https://www.eluniversal.com.co/deportes/futbol/liga-profesional-femenina-fue-acabada-a-las-patadas-FE868698

https://www.vanguardia.com/deportes/futbol-colombiano/didier-luna-exentrenador-de-la-seleccion-colombia-femenina-fue-condenado-por-injuria-YF2465890

Eduardo Gaviria Isaza

Abogado especialista en Derecho Privado y Politólogo, todos en la Universidad Pontificia Bolivariana. Editor en Derecho en Al Poniente. También soy un apasionado autodidacta del café.

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