La des-Unión Europea II: Sociedad

Cuando explotó la crisis en el Eurosistema, los bancos nacionales de países como Grecia, España, Italia y Portugal que habían hecho caso omiso a los lineamientos del Banco Central Europeo (BCE) quedaron en la quiebra, y de esta forma contribuyeron a la desestabilización del valor del euro.

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Cuando explotó la crisis en el Eurosistema, los bancos nacionales de países como Grecia, España, Italia y Portugal que habían hecho caso omiso a los lineamientos del Banco Central Europeo (BCE) quedaron en la quiebra, y de esta forma contribuyeron a la desestabilización del valor del euro.

Si la moneda de un país o grupo de países pierde valor de una forma tan abrupta, todo el sistema económico se desequilibra; entonces para responder a estos desequilibrios y ser más competitiva, la Unión Europea adoptó el Pacto del Euro, que implicó la implementación de ciertas reformas políticas, donde las nuevas condiciones llevaron a muchos países a reducir sustancialmente sus niveles de gasto público.

Menor gasto público se tradujo en menos inversión social, menos préstamos bancarios, menos flujo de dinero en el país, y acentuó los problemas de desempleo, así que este tipo de medidas fueron (y en algunos casos aún siguen siendo) muy impopulares entre los ciudadanos, y llegaron a generar protestas de gran magnitud. De esta forma los habitantes de los países en crisis, terminaron culpando a la Unión Europea de sus problemas económicos, sociales y políticos.

Por otro lado los ciudadanos de los países que sí habían acatado los lineamientos del BCE, tuvieron que asumir las implicaciones económicas de un Euro inestable, y esto hizo en cierta forma que la Unión Europea perdiera sentido en sus mentes. No parecía justo que los países que sí cumplían las normas tuvieran que pagar por culpa de los que no las cumplían.

Pero más allá de los orígenes económicos de la desarticulación social en la Unión Europea, hay grandes diferencias culturales entre las naciones que la conforman que cada vez se hacen más evidentes, y que en muchos sentidos empiezan a generar malestar en los ciudadanos. Por ejemplo, hay países donde la norma y la ley son asumidos como parte fundamental de su ser social, mientras que en otros constantemente se justifica su no cumplimiento; hay sociedades donde los índices de productividad son altísimos por su disciplina laboral, mientras que en otras hay bajos índices de productividad porque a menudo no se ponen límites entre la vida laboral y la personal.

Así es como poco a poco, la des-Unión Europea empieza a generar muchas preguntas no sólo desde el ámbito económico sino también desde el social; cada vez más ciudadanos cuestionan la efectividad de este sistema, y es a partir de ellos que nace una nueva tendencia: el eurescepticismo.

Maira Duque

Si una palabra pudiera definirme sería la multidisciplinariedad. Administradora de profesión, interesada en política, física, urbanismo, diseño, y otras cosas chéveres. Existencial, buscando el centro; intentando desfachatarme; me gustan las gomitas, los abrazos, y el color de las hojas de los árboles cuando hace sol.

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