La des-Unión Europea I: Economía

La Unión Europea nace en 1993, con la entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea, que establece entre muchas otras cosas, la creación de un mercado único europeo y la unión económica y monetaria de los países pertenecientes.

El mercado único implicaba entonces sentar las bases, desde cada país miembro, que posibilitaran la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales en toda la unión. Para facilitar esta libre circulación y avanzar en la unión económica, uno de los principales puntos en el acuerdo planteaba la creación de una moneda común, el Euro, que nace en 1999.

Al tiempo en que esta moneda es adoptada por casi todos los países pertenecientes surge también el Eurosistema, conformado por el banco central de cada país y el Banco Central Europeo (BCE); este último sería el encargado de salvaguardar el valor de los precios y del euro a través de la coordinación y supervisión de los bancos centrales de los países.

Durante muchos años pareció que el Eurosistema funcionaba relativamente bien, hasta que en el año 2008 explota la crisis económica en Estados Unidos que poco a poco empieza a transformarse en una crisis mundial, y que además se convierte en una crisis del sistema bancario europeo.

Con esta, se hacen evidentes las grandes disparidades existentes entre los países más desarrollados y los menos desarrollados de la Unión Europea: diferencias en las configuraciones económicas de los estados, que hacían que las políticas económicas de los países del centro y de la periferia no estuvieran coordinadas ni apuntaran a los mismos objetivos, entonces muchas veces las directrices promulgadas desde el BCE eran tan contraproducentes en los países periféricos, que estos decidían hacer caso omiso a las mismas; así se empieza a reflejar la imposibilidad por parte del BCE de aplicar reglas similares en sistemas bancarios que actúan en contextos tan diferentes. Es claro que aunque muchas de las reglas fueron definidas a nivel europeo, la implementación quedó en manos de instituciones nacionales que muchas veces se enfocaron más en el bienestar de las instituciones financieras nacionales…les faltó una perspectiva europea.

A partir de esto diré, que para que en el ámbito económico la des-Unión Europea pueda llamarse Unión Europea, se hace fundamental primero que todo implementar dinámicas que permitan el crecimiento económico en la perfieria, para que de esta manera las directrices de BCE sean efectivas también en estos países. En una segunda instancia, es muy importante crear mecanismos de supervisión que permitan al BCE tener más control sobre las políticas bancarias y económicas que se promueven en cada país, y lograr que efectivamente todos los eslabones del Eurosistema estén conectados y coordinados.

Hoy, incluso después de las múltiples ayudas proporcionadas por gobiernos que acudieron al rescate de los bancos europeos en la periferia, algunos siguen en crisis, lo que empieza a generar mucho escepticismo entre los gobernantes y ciudadanos de diferentes países. Pero este será tema de próximos escritos en AlPoniente…