Hablando de estatuas y tutelas

El día de escritura de esta columna Colombia cumple un mes de Paro Nacional, siendo el “fenómeno” del circo de la política internacional, tema de conversación de futurólogos desocupados y el destino de todo tipo de influenciadores procomunistas y pantalleros de todas las latitudes. Colombia está sirviendo para todo, menos para ser un hogar para sus ciudadanos. Ya es hora de defender constitucionalmente nuestros derechos.


¿QUIÉN QUIERE DESTRUIR EL PATRIMONIO?

(…) con un pueblo que camina pa adelante y un gobierno que camina para atrás”…cántico maligno de los muchos que por años se repiten en el entorno de las marchas, esos mismos que sin más variaciones que las de la tecnología, la moda, el Covid y la vejez -con su cercanía cada vez más grande de la muerte- vimos hace más de una década en todo el país contra las reformas a la Ley 30 y anteriores escenarios de marchas contra el uribismo y el santismo en el poder. Ese cántico, por karma supongo, es el reflejo de la izquierda enquistada en el mundo académico y cultural desde hace más de sesenta años -con la complicidad de las teorías clasistas y tecnocráticas de las élites bipartidistas- ya que se precian de ser la “avanzada” del conocimiento para la mejora de las condiciones sociales. Y si bien, no se puede menospreciar en el mundo de las ciencias sociales y humanidades nombres como el de Camilo Torres, Orlando Fals Borda, Estanislao Zuleta o Virginia Gutierrez de Pineda; hay que ser conscientes que dichos nombres son el resultado no solamente del talento y la obra sino de condiciones políticas internas del mundo universitario y externas de los gobiernos y organismos multilaterales que les den patrocinio económico y visibilidad a sus teorías en el momento adecuado. La gran mayoría de los estudiantes de ciencias sociales y humanidades, por el contrario, encarnar el estereotipo de la vejación física y mental, la vagancia, la charlatanería y la diletancia como virtudes sustitutas al estudio y la razón…y así pasan años y décadas incluso de esos personajes gastando dinero familiar y del Estado sin graduarse y pasando sin pena ni gloria por el sistema educativo, y quitando una oportunidad de estudiar a otros.

Ese tipo de gentes, en medio de su frustración son el caldo de cultivo perfecto junto a la marea NINI -los mismos que se unen a la Ola Verde de 2010 de Mockus, al KPop y otras subnormalidades- para ser la carne de cañón de las estratagemas diabólicas que planean los agentes aparentemente “progresistas” del régimen. Sume a esto unas cuarentenas inhumanas, absurdas y excesivamente largas que acrecentaron la pobreza, los conflictos familiares y el estrés laboral -si hay trabajo-. ¿Resultado? La destrucción nihilista de todo, incluidos los símbolos del patrimonio y la historia.

Para no hacer más largo el análisis que daría para muchas más cosas, el patrimonio no es en igual manera comparable al vandalismo contra propiedad privada o publica bien sea residencial o comercial, porque si bien en cualquier caso el vandalismo será reprochable, el daño al patrimonio material dada su naturaleza única e irrepetible por su función de memoria. ¿O no es más fácil reponer una puerta de Transmilenio por costosa que esta sea que una obra de arte?

Por último, nunca he sido creyente de las casualidades y menos en asuntos políticos, y la destrucción de monumentos tanto de exaltación española (los Belalcázar de Popayán y Cali, el Jiménez de Bogotá) como republicanos (Antonio Nariño en Pasto y el Bolívar del Monumento a los Héroes en Bogotá), y esas resignificaciones deben pertenecer a un plan. Si bien no tan elaborado ni conspiranóico como la famosa Teoría de la Revolución Molecular Disipada que ni se sabe qué es ni si es verdad. Pero sin duda nuestros valores y símbolos quieren ser cambiados por manos del vandalismo al servicio de gente “bienpensante” que se cree con la autoridad moral para cuestionar y destruir todo. ¿O no fue Humberto de la Calle el que dijo que el hacha y el tronco, símbolos de la colonización antioqueña, debían ser eliminados del escudo de Quindío?

 

….HABLANDO DE TUTELAS

Un grupo de juristas ha preparado un formato muy completo para descargar y que cada uno pueda interponer ante la justicia dichas tutelas -proceso que se puede hacer virtualmente por las páginas web de la Rama Judicial- contra los promotores del autoproclamado “Comité del Paro”, así como de alcaldes municipales y líderes políticos por vulneraciones a los Derechos Humanos.

Para los interesados pueden comunicarse al correo electrónico [email protected] para solicitar más información.

Jhon Jairo Armesto Tren

Con estudios en Administración ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas-Bogotá. Veedor ciudadano en presupuesto electoral de la Universidad desde 2011 hasta hoy registrado ante la Personería de Bogotá. Columnista de opinión en varios medios de comunicación digitales desde 2013. Actualmente director publicitario de El Nodo Colombia y columnista habitual, además en El Quindiano (Armenia) y Diario La Piragua (Montería, Córdoba)

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