Guyana y el petróleo

José María Dávila Román

“Es injusto que países que por siglos gozaron de los beneficios del carbón y del petróleo, hoy traten de impedir que países en vías de desarrollo como Guyana no aprovechen sus recursos naturales”. 


Guyana es uno de los dos países de Sudamérica, junto con Surinam que parece como si fueran de otro continente. Mediáticamente no resuenan. Para dar un ejemplo, la Copa América de Fútbol, la más importante a nivel de países de Sudamérica, no la juegan ninguno de estos dos países y, por el contrario, la han jugado países de Centroamérica y Asia.

Puede ser que la invisibilidad que se le ha dado a estos dos países de Sudamérica se deba a tres factores: el primero, que son países que hasta hace cincuenta años no eran independientes sino colonias del Reino Unido y Holanda; segundo, que son los únicos dos países que no tienen como idioma oficial el español o portugués y esos factores han influido para que su cultura y costumbres sean más afines a los países que los colonizaron durante años.

Volviendo a Guyana, su presidente Mohamed Irfaan Ali se volvió viral en la red social X por su contundente respuesta a un periodista de la BBC que le estaba cuestionando su decisión de explotar el petróleo que encontraron en sus costas, con el que se pueden convertir en uno de los mayores productores de petróleo de la región.

El presidente guyanés le respondió al periodista, que Guyana tiene una reserva ambiental del tamaño de Inglaterra y Escocia con la que captan emisiones de carbono, que el mundo no valora ni paga, pero que disfruta, y que incluso, explotando el petróleo que han descubierto en sus costas, Guyana seguirá siendo emisión cero de carbono.

“Es una hipocresía que existe en el mundo. El planeta en los últimos 50 años ha perdido el 65% de toda su biodiversidad. Nosotros hemos conservado nuestra biodiversidad. ¿La están valorando? ¿Están dispuestos a pagar por ella? ¿Los que destruyeron el medioambiente con la revolución industrial ahora nos dan lecciones? Fue una de las respuestas del jefe de Estado guyanés al periodista de la BBC (ver).

Y no le falta razón, los países del primer mundo, como Inglaterra y Alemania, quienes lideran la agenda del cambio climático desincentivando economías basadas en petróleo y carbón, son quienes construyeron buena parte de su riqueza a base de esas mismas economías que hoy desestimulan. Es injusto que esos países que por siglos gozaron de los beneficios del carbón y del petróleo, hoy traten de impedir que países en vías de desarrollo como Guyana no aprovechen sus recursos naturales para sacar a la gente de la pobreza. En el 2017 cerca del 30% de guyaneses vivían debajo del umbral de pobreza. Desde los descubrimientos de los pozos petroleros en 2019, el PIB de Guyana viene creciendo aceleradamente.

Yuval Noah Harari en 21 lecciones para el siglo XXI, plantea que los relatos que nos han permitido cooperar como humanidad se han agotado: políticos, religiosos, científicos, porque no logran unir a todos los habitantes de una Tierra ya globalizada y necesitada de un gobierno y relato global para combatir los problemas mundiales que hoy enfrentamos como el del cambio climático. Hasta no lograrlo, sucederán divergencias como las del periodista británico y el presidente guyanés. El periodista seguramente piensa que el petróleo extraído de Guyana generará emisiones de carbono que afectarán a todo el mundo; pero no piensa que el pueblo guyanés ve en el petróleo una manera de salir de la pobreza, para alcanzar un nivel de vida digno como el de los ingleses; ni tampoco les da una alternativa para suplir los recursos que generaría el petróleo con una actividad que no genere emisiones de carbono.

Tal vez, si hubiera un gobierno mundial, se les plantearía a los guyaneses pagarles lo equivalente a sus reservas de petróleo para que expandieran más sus reservas naturales, y que los salarios que se generen por el petróleo, se les paguen a las personas por realizar trabajos de siembra, reforestación o cuidado de bosques, pero ese no es el caso. La postura del periodista de la BBC es de no rajar ni prestar el hacha.

Esa misma postura la tienen algunos ambientalistas que se oponen a la mayoría de las actividades productivas. Cuando se les pregunta qué alternativa tienen para reemplazar los ingresos económicos y empleos que generarían las empresas o industrias que no les gusta, no dan respuesta, o dicen, desde su comodidad, que no se necesitan más empresas o empleos que porque la gente ya vive bien.

El presidente Petro ha tratado de liderar la lucha contra el cambio climático desestimulando las industrias aquí mencionadas, pero tampoco ha encontrado la forma de reemplazar los altos ingresos que estas le generan al país. China, Estados Unidos, India, Rusia, Japón, Alemania, están entre el top 10 de los países que más emisiones de carbono generan en el mundo. Si hay que dejar de usar el petróleo y el carbón, son estos países quienes deberían liderar con el ejemplo, no Colombia ni Guyana que generan menos del 1% de las emisiones de carbono globales, pero que, además, con estos recursos, le pueden dar una mejor calidad de vida a sus habitantes.


Todas las columnas del autor en este enlace: José María Dávila Román

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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