¿Saben cuál es el verdadero problema de Colombia? Que el delito se hizo paisaje. A lo que me refiero es que para los colombianos se ha vuelto tan normal que se cometan tantos delitos en el país, que uno más o uno menos no cambia mucho la cosa.
Un buen ejemplo es lo que sucedió durante la semana en las carreteras de la costa caribe colombiana. Las reacciones de muchas personas en las redes sociales, e incluso de varios periodistas que al presentar el hecho noticioso aminoraban la gravedad del asunto (me refiero al hurto del camión volcado) justificándolo porque en Tasajera la pobreza es extrema, lo comprueban.
Yo creo que ahí es en donde nos equivocamos como sociedad. Creo que la criminalidad es criminalidad más allá de las circunstancias socioeconómicas o de las razones por las que se incurra en ella. Que el delito es delito, y por algo es penalizado. Y que aceptar, justificar o, peor aún, ser indiferentes frente a ello es más grave que aquellos que delinquen.
Claro, algunos me dirán que yo hablo desde el privilegio y desde las comodidades. Y sí, lo hago; pero eso no cambia en absoluto que esté mal romantiza la criminalidad y la delincuencia en el país. Y la verdad es que si no nos despojamos de esas ideas de normalidad que tenemos tan arraigadas a nuestra colombianidad, no hay ley ni Dios que nos salve.
Quizá para los jóvenes y para la población adulta que no vivimos las épocas duras de la época de la violencia, las sublevaciones guerrilleras (modernas) y del narcotráfico la tarea sea un poco menos ardua que para aquellos sí.
Digamos: yo soy un estudiante universitario, nacido y radicado en Medellín. con apenas 22 años que, evidentemente, no tuve que padecer la crueldad de esas épocas y tampoco he sido víctima del conflicto interno (a menos no directamente), y aun así es normal para mí hablar con amigos sobre las casas o las propiedades de las que eran dueños los capos del cartel de Medellín; de hecho uno de los parques público que la Administración municipal anterior inauguró finalizando el año, producto de una extinción de dominio al inmueble por ser propiedad de un reconocido narcotraficante, queda al frente de mi casa. En cambio, mis padres no sólo deben convivir con esa realidad actualmente, sino que ellos literalmente crecieron con ella.
Desde que inició la cuarentena en Colombia muchas personas ansían por regresar a la normalidad., pero lo triste del asunto es que la realidad colombiana hace mucho tiempo dejo de ser normal…
Yo sólo espero que el paisaje cambie.
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