Contra la narrativa pesimista

no estamos haciendo las cosas tan mal como nos lo dicen


Es bastante compartida la idea de que el mundo (la humanidad) no está haciendo bien las cosas, que no vamos por buen camino y que el futuro no es prometedor. Una revisión de los datos fácilmente desmonta ese discurso, para ello recomiendo el artículo “The short history of global living conditions and why it matters that we know it” del banco de datos Our World in Data.

Esa misma narrativa pesimista domina hoy la opinión pública colombiana (en buena parte acogida por el impacto de la crisis generada por la pandemia que, ha causado el retroceso en algunos de los avances), pero no estamos haciendo las cosas tan mal como nos lo dicen.  Aunque comparados con los datos globales y de los países desarrollados el progreso es menor, lo cierto es que Colombia no lo está haciendo mal. Esa es la razón de esta columna, desmontar con algunos ejemplos, la narrativa pesimista hoy impulsada con ahínco por fines electorales.

Empecemos por lo más importante, la salud. Tal vez el indicador más diciente para mostrar el avance en esta materia es la “Esperanza de vida al nacer”, de acuerdo con el Banco Mundial, en el año 2000 los colombianos teníamos una esperanza de vida de 72 años; para el 2020, la misma institución registra en nuestro país una esperanza de vida de 77 años. Esto se debe a muchos factores como un mayor acceso a agua potable (93% de la población) y, un mayor acceso a procedimientos y tratamientos de la medicina (el 99% de los colombianos se encuentra afiliado al Sistema de Salud; lo que contrasta fuertemente con el 29,21% reportado en 1995).

Así, hay que hablar del sistema de salud. El sistema de salud colombiano, como bien sabemos, no es perfecto, tiene varias falencias, pero lo que poco nos dicen es que no es malo. De acuerdo con el “CEO World Magazine’s Health Care Index (Índice de Atención Medica de la Revista CEO Mundo)”, para el año 2021, Colombia ocupa el puesto 35 del ranking de 89 países. Asimismo, hay que recordar que, gracias al aseguramiento en salud, “en Colombia no se evidenció información que sugiera que las personas tuvieran que incurrir en gastos catastróficos para acceder a atenciones médicas por covid-19 (…) [contrario a] la dramática situación vivida en algunos hogares de Perú, México, Ecuador e incluso Chile [y Estados Unidos]” (El Tiempo, 2021).

Cambiando de problemática, nos hablan del cambio climático y sabemos que Colombia no está haciendo bien su labor de cuidar el pulmón del mundo, pero no nos dicen que del lado de las fuentes de energía lo está haciendo bien. De acuerdo con el más reciente Índice de Transición Energética del Foro Económico Mundial, el cual mide la adaptación, implementación y regulación de las energías limpias, nuestro país se ha hecho con el puesto 29 de una lista de 115 naciones; con un puntaje de 66/100, mientras que el primero, Suecia, tuvo 79. Nada mal para quienes “están empecinados con la energía fósil”.

Por último, otro dato que no nos cuentan. El más reciente informe del Índice de Desarrollo Humano (2019) que, mide las condiciones de vida de los países tomando diferentes variables en consideración como el PIB Per cápita y el nivel medio de educación por habitante, ubica a Colombia en la categoría “Desarrollo humano alto”, en el puesto 83 de 189 países, con un puntaje de 0,767 en una escala que va de 0 a 1 (siendo 1 lo más alto). Una vez más, no estamos tan mal como nos lo dicen.

Como ya lo mencioné, la crisis económica y social generada por la pandemia ha permitido que el discurso pesimista se apodere de la población. Vivimos tiempos en los que hay un colapso del análisis profundo; no existe y, demagogos se aprovechan de esto y de la necesidad de los ciudadanos; esparcen pesimismo y resentimiento. Lastimosamente, sus propuestas, las que minimizan la complejidad de los problemas y ofrecen soluciones imprecisas e inviables, tienen mayor acogida. Pero no se puede permitir que se desinforme, uno de los valores centrales de la democracia es la libre expresión que, tiene como fin la búsqueda de consensos y de la verdad para construir sociedad. Colombia ha mejorado, negar los avances solo sirve a fines electorales. Tenemos desafíos, pero las soluciones a estos retos no se encuentran negando el progreso y promoviendo ideas que hoy se saben fracasadas.


Referencias:

David Tibaquirá Orjuela

Soy profesional en Relaciones Internacionales y Estudios Políticos. Me gusta escribir y el análisis de los temas de actualidad sobretodo en política, economía y temas de coyuntura nacional e internacional. 

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