La región de Latinoamérica es una de las que mayor crecimiento ha tenido en el tema de las apuestas online, y es que la mayor accesibilidad a la conectividad, no solamente en las zonas con internet, sino por el crecimiento de estos sitios web durante el periodo de restricción al juego físico.
Cada uno de los países vive una situación diferente. Quizá el caso de Argentina es el más atípico debido a que cada una de las provincias que la conforman tienen una legislación diferente, mientras que hay otros países que hace poco cerraron sus regulaciones y el juego en ellas es totalmente legal.
El caso de Colombia es muy especial, porque fue uno de los principales países en comenzar con el tema de las regulaciones online para las casas de apuestas deportivas, casinos en línea, etc. De esta forma los sitios web de entretenimiento pudieron comenzar sus operaciones en el 2016, cuando la ley fue aprobada por el Congreso del país, por lo tanto, es habitual que se pueda apostar en futbol o cualquier otro deporte, aunque claro tiene sus propias reglas que te explicaremos a continuación.
COLOMBIA, UNO DE LOS PIONEROS
Como ya se ha mencionado antes, fue uno de los primeros estados latinoamericanos en tener una regulación. Su primera licencia la entregó en el 2017 y con el tiempo llegó a 17 operadores, los que actualmente están en el mercado.
Coljuegos es el organismo encargado de regular las casas de apuestas en el país, y gracias a su creación fue que se generó el primer reglamento con procedimientos en materia de juegos en línea.
Los operadores de juego online están facultados para ofrecer productos de juegos y apuestas en el país, para ello deben obtener su licencia y tienen la obligación de dar el 16 por ciento de ganancias, según la ley.
ARGENTINA, UN CASO ATÍPICO
El caso de Argentina es muy particular, y es que no hay una regulación para todo el país, sin embargo, cada una de las provincias tiene la facultad para regular las apuestas en línea en su territorio, es así que existen 24 organismos más el de la ciudad de Buenos Aires.
Por ejemplo, la Lotería de Buenos Aires ya aprobó la implementación del juego online, por su parte, provincias como Mendoza, Santa Fe y Corrientes habilitaron la modalidad en línea durante plena pandemia, en tanto que Chsco, Misiones, San Luis, Tucumán y Neuquén ya contaban con esa regulación.
MÉXICO ES REGULADO POR SEGOB
México es uno de los países con mayor cantidad de casas de apuestas en línea en funcionamiento, incluso se vive un fenómeno muy peculiar porque los sitios web tienen publicidad en todos los medios de comunicación, especialmente en los deportivos.
Las casas de apuestas en línea están reguladas por el Reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos, mismo que pertenece a la Secretaría de Gobernación.
Para operar con total legalidad y seguridad, es necesario que las casas de apuestas tengan el sello de SEGOB, mismo que asegura que ese sitio web funciona con todos los elementos de seguridad para sus jugadores y la protección de datos.
PARAGUAY HA TENIDO DECRETOS
En Paraguay los juegos de azar están regulados por la Ley 1016/97, esta incluye a las apuestas deportivas, pero no el juego en línea, por lo que han tenido que irse adaptando a los avances tecnológicos.
A pesar de todo, los Decretos 6206/99 y 3038/2015, además de la Resolución 01/2019 de la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar), otorgó algunos permisos para casinos en línea, sin embargo, no existió una vertical para las apuestas deportivas.
Poco a poco, Paraguay ha comenzado a abrirse en el tema de las casas de apuestas deportivas en línea, el reto de ponerse a la vanguardia con la nueva tecnología está en camino.
PERÚ
El gobierno del presidente Pedro Castillo promulgó en agosto del 2022 la Ley que regula la explotación de los juegos y apuestas deportivas a distancia, con lo cual se buscó que de a poco se genere un movimiento económico que además ingresará impuestos a sus arcas.
El presidente destacó que se beneficiará al Perú, pues, de un lado permitirá al Estado tener más recursos para cumplir sus obligaciones en materia económica y social; por otro lado, que representa un paso importante hacia la formalización de actividades que funcionaban sin regulación ni fiscalización.
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