La condena de Cristina y el futuro presidente de Argentina

“Es falso, entonces, afirmar que la derrota de la izquierda se dio por medios judiciales. No es así. Esa derrota se formaba desde tiempo atrás.”


Después de la condena de Cristina Fernández de Kirchner, las elecciones presidenciales del 2023 en Argentina empiezan a calentarse. Sin un claro y popular candidato de izquierda, el país parece destinado a ser gobernado por la derecha argentina, aunque todavía no es claro con cuál será. Entre los nombres más sonados están Javier Milei, Patricia Bullrich y Horacio Larreta. Mauricio Macri, aunque todavía puede entrar, no parece tener intención de hacerlo.

Tampoco debemos enfocarnos tanto en la condena por corrupción como razón principal para la victoria de la derecha. Mientras que es cierto que la actual vicepresidenta quedaría inhabilitada para ocupar cargos públicos, todavía tiene recursos legales para disputar la sentencia, es decir, hasta que no agote recursos no irá a la cárcel, podrá mantenerse en cargos públicos, y podría ser candidata.

Incluso desde antes de la condena, CFK, con su genio político y máquina propagandística típica de la izquierda latinoamericana, empezó a tomar control de la narrativa. En 2019, después de haber testificado, decía que el proceso era un juicio político, decidido de antemano. Al igual que a su gran amigo Lula, se le condenaría por ser popular y una representante del pueblo en contra de intereses especiales. El famoso Lawfare llegó a Argentina, y como consecuencia, el país quedará en manos de la derecha. Así será la narrativa de izquierda por un tiempo, particularmente si su derrota es profunda.

CFK se vio forzada a retirarse de la política, por lo menos momentáneamente, cuyo anuncio es más significante que la inhabilitación (si cumple con él). Sin embargo, como la palabra de un político importa poco y es tan estable como un caudaloso rio a punto de desbordar, cabe resaltar que ni la condena ni su retiro de la política serán factores principales para la perdida de la izquierda. Por mucho que quieran presentarlo así, la derecha no habría de ganar a través de “juegos sucios” entre la rama judicial y poderes políticos.

Por meses ya, las encuestas han mostrado a la derecha en la delantera, tanto para el Congreso como para la presidencia. Para el Congreso, Juntos por el Cambio (JxC) la coalición en contra de Alberto Fernández, CFK, y su Frente de Todos (Fdt). En su mayoría, JxC ha obtenido un margen de victoria no irrelevante, variando entre el 0.5% y 17.3% desde el 6 de mayo (última vez que Fdt quedó primero en encuesta), con un promedio de 8,1 puntos porcentuales de diferencia.

Es de esperarse, por el momento, que la derecha en JxC (no todos los partidos dentro de la coalición son de derecha) tome una proporción substancial del Congreso. Esto sin mencionar a los libertarios de Milei en Libertad Avanza, quienes han acarreado fuerza, y se posicionan por encima de la coalición socialista del Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad. A pesar de todas sus críticas a figuras de JxC, como Horacio Larreta, los libertarios han mostrado simpatía por Patricia Bullrich, y es más probable que trabajen juntos en una agenda de derecha.

En las presidenciales, la historia se complica un poco. Aquí el poder de CFK todavía era palpable. Las encuestas desde el año pasado mostraban a CFK como una candidata popular, capaz de hacerle frente a las llamativas figuras de la derecha. La mayoría mostraban una ardua disputa entre Milei y CFK. Ella dominaba antes del 7 de junio; constantemente quedaba de primera, así fuese por poco. Después de los anuncios de Milei y Bullrich de precandidatura, perdió el ímpetu y solo logró ganar una encuesta.

Un evento le ayudó a recuperar la fuerza electoral: el intento de asesinato. Después de este, se puede ver que CFK disputa unas encuestas, por lo menos más que anteriormente. El pueblo argentino sintió simpatía por su antigua mandataria y mostró su apoyo a ella; aquellos quienes se habían alejado de la política salieron en su defensa. Más que lastimarla, su condena puede premiar a Fernández de Kirchner con el apoyo de los argentinos que se crean su discurso de una “mafia judicial”.

A pesar de ese nuevo impulso, no es muy probable que alcance a llegar nuevamente al poder. Milei tiene fuerza electoral, y su bombástica retórica captura la imaginación de jóvenes no satisfechos con Frente de Todos, y no convencidos por el JxC. Larreta y Bullrich son los únicos otros que han tomado protagonismo en esta contienda, pero su apoyo en las encuestas no ha sido constante.

Aun si no se lanza Cristina, y cumple su promesa, cabe recordar que nada está escrito en piedra. Todavía es posible que surja otro candidato de izquierda popular quien no genere el mismo rechazo que CFK. Sergio Massa, actual ministro de economía de Argentina, puede fungir como este candidato, pues se ha posicionado constantemente entre los tres candidatos con intención de voto. El problema para Massa es su todavía imagen negativa, que ronda el 66%, particularmente por su papel en la crisis económica de Argentina. En comparación, Bullrich (46%) y Larreta (44%) son vistos en menor proporción desfavorablemente.

Más que la popularidad personal de cada candidato, los votantes necesitan a alguien que les solucione sus problemas que, en el momento, se asocian a la economía. La inflación que vive el país se ha ubicado como la principal preocupación del electorado. El pesimismo y duda económica se han asentado entre la población, a un nivel tal que están dispuestos a abandonarlo todo por ir al mundial. Reportes de argentinos vendiendo sus posesiones y retirándose del trabajo por ir reflejan las bajas prospectivas de futuro económico.

La pobreza se encuentra en un 43%, Fitch Ratings calificó al país como un mercado extremadamente especulativo, el PIB se estima caerá un 1.5% en 2023, y los jóvenes del país están emigrando por la falta de oportunidades. La población, que ha tenido que vivir bajo estas malas condiciones económicas, en su mayoría culpa al gobierno de turno por los problemas, y ve favorablemente a candidatos opositores. Esto no pinta bien para el oficialismo.

Es falso, entonces, afirmar que la derrota de la izquierda se dio por medios judiciales. No es así. Esa derrota se formaba desde tiempo atrás; es más, puede que el fallo alimente la popularidad de CFK, quien se presenta como víctima de la persecución política. Si no es la izquierda, entonces ¿quién entre la derecha quedará? Todos los factores parecen indicar que un candidato de JxC será el próximo presidente, sea Bullrich o Larreta. Milei, a pesar de tener una base sólida y mover masas, será obstaculizado por un amplio sector de izquierda que prefiera al más moderado Larreta. Bullrich, por los choques fuertes que ha tenido con el oficialismo, generará rechazo entre los kirchneristas de igual forma; su asociación profunda con Macri y su amistad con Milei parecen envenenarla como candidato. Todo parece indicar que Horacio Larreta, el actual jefe de gobierno de Buenos Aires, será el próximo presidente de Argentina.


 

Salomón Soltau Sánchez

Soy un estudiante de relaciones internacionales de séptimo semestre, interesado en temas de política exterior, estabilidad política y económica en el mundo, los estudios militares, asuntos marítimos y la industria militar.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.