En buen momento vamos encaminados a una transformación real del desarrollo territorial en Antioquia; luego de una concentración paulatina histórica en las zonas urbanas y el PIB en el área metropolitana, lo que genero un fenómeno de Macrocefalia urbana donde en menos del 2 % del territorio, se aglutinó el desarrollo y los habitantes en más del 60%, ocasionando una carga excesiva en una porción pequeña del territorio y un desarrollo accesorio o precario en las subregiones del departamento, brindando grandes inequidades y asimetrías entre el centro y la periferia, ampliando brechas y no generando oportunidades de manera equilibrada para los territorios.
Hoy está en construcción un modelo de redes territoriales, que avisora un modelo que sea más incluyente, que permita mayor equidad territorial y en especial profundice e instrumentalice con mayor decisión la descentralización, las autonomías territoriales y la gobernanza.
Con valentía, se inició este proceso en el año 2016 cuando se gestó en el Suroeste, la primer Provincia de Administración y Planificación en Antioquia y Colombia “La Provincia Cartama”; con apoyo de muchos, sorpresa de otros y escepticismo de unos pocos, que propendían abrir la discusión frente al fortalecimiento de ciudades intermedias, modelos de ciudad región no conurbados y una conectividad por vías de última generación y tecnológica que se avizoraba en aquel entonces dando paso a una transformación que hoy ya no tiene vuelta atrás, la reciente ordenanza 030 debatida y aprobada por la Asamblea Departamental de Antioquia ampliando el espectro, funcionalidad y alcance de los Esquemas Asociativos en el Departamento; para que hayan incentivos, fondos de financiación de proyectos, asistencia técnica y la promoción de estímulos de orden nacional para su impulso y consolidación.
Se incorporan elementos que reconocen la integración de los territorios y compilan normatividades que ayudaran a facilitar la promoción y fortalecimiento de la Asociatividad en Antioquia y un gran referente para el país. Ya está probado que para verdaderos avances en el desarrollo de los territorios es perentoria una masa crítica, mayor en habitantes y territorios que por demás tracen líneas estratégicas frente al desarrollo regional y la necesidad relevante de alienar las voluntades políticas para estos propósitos, teniendo la capacidad de “ponerse de acuerdo en lo fundamental”, desde solo las visiones locales, las transformación de gran impacto se hacen lentas y tardías.
El fortalecimiento fiscal y financiero debe ser uno de los grandes propósitos impostergables de la Asociatividad Territorial, el ordenamiento territorial, definición de competencias, los proyectos estratégicos y que se logren recurso reales y concretos, una ruta firme para que la recentralización no vuelva a ser una opción, un modelo agotado y caduco que no generó niveles superiores de mas y mejores posibilidades.
Apoyar las Provincias existentes, impulsar nuevas y articularlas con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y otras que se conformarán como la del Valle de San Nicolás en el Oriente y la de Uraba e incluso con las RAP – Regiones de Administración y Planificación (Asociatividad de los Departamentos ) recientemente creadas; conformarán una gran red territorial en Antioquia y serán la punta de lanza para nuevas premisas de desarrollo. Existe una visión renovada en el Departamento Administrativo de Planeación y un Gobernador que apoya esta iniciativa empoderando las regiones; todos a sumar a estos propósitos y lograr una Antioquia con mayores equilibrios de desarrollo y unas regiones aportando de manera contributiva y no accesoria al desarrollo económico y social del departamento.
Es la ruta, permitámonos explorar nuevas posibilidades y hagamos un salto al futuro para lograr mejorarle la calidad de vida a nuestros habitantes y ciudadanos que esperan decisión y capacidad en sus gobernantes.
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