Primera de la paz – 2016

Paz y Víctimas

Sin lugar a dudas, este año que acaba de comenzar estará bajo la batuta de lo que pase alrededor del proceso de paz, posiblemente, estará todo acordado o habrá humo blanco en algo de la materia, seguirán las polarizaciones alrededor del mismo, quienes lo apoyan a rajatabla seguirán en su posición mientras que sus más férreos opositores querrán ponerle más talanqueras al mismo para hacerlo explotar como olla de presión. Pero hay que tener en cuenta que varios hechos positivos como la continuación del cese unilateral del fuego por parte de las Farc (aunque sus integrantes de las mesa de diálogos siguen saliendo a los micrófonos con las sandeces de siempre), los apoyos cada vez más frecuentes del Papa Francisco y líderes internacionales, el excelente papel de Cuba y Noruega como países acompañantes, y la pérdida diaria de la dependencia venezolana del mismo. Pero lo más importante es la posibilidad de convocar a un plebiscito para validar o no los acuerdos firmados, dependiendo de la viveza con que el Gobierno encabece los mismos y la disposición de los ilegales para llevar a cabo el proceso en sí. Todo esto, viene acompañado de un acontecimiento especial que se dio el 15 de diciembre pasado.

Ese día se firmó el acuerdo relacionado con el tema de víctimas, del cual se pueden extraer los siguientes párrafos: “Dentro de estos compromisos se incluyen trascendentales acuerdos como la creación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición; la Unidad Especial para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto; la Jurisdicción Especial para la Paz y las medidas específicas de reparación. […] El conflicto armado, que tiene múltiples causas, ha ocasionado un sufrimiento y un daño a la población sin igual en nuestra historia”. Es bien sabido que una guerra, así la llamen civil de forma absurda, ocasiona una marejada de catástrofes políticas, técnicas y humanas, principalmente. Que promover otras guerras es peor solución, incluso, que la misma enfermedad, que arrasa con bosques, cuerpos de agua y especies de fauna, que en muchos casos, no se repararán de por vida, que las ideologías en exceso no contribuyen en nada, que todos deben empujar hacia el lado de la paz, así hayan diferencias de forma y fondo, pero todo camino que pueda conducir a la pacificación es bienvenido, así hayan reservas sobre el mismo y los actores del conflicto.

¿Ahora qué pasa con las víctimas? Es importante leer con detenimiento, las palabras de la periodista Jineth Bedoya (El Tiempo), como víctima del conflicto y representante de las mismas en La Habana: “Si ustedes fallan, no lo harán con nosotros, lo harán con la historia de Colombia […] El país debe entender que solo por el camino del diálogo se podrá llegar a esa palabra que tanto pronunciamos, la paz […] Vemos con tristeza la ausencia de mujeres en la mesa de negociación. Esto afecta las garantías que hemos exigido […] Como sobrevivientes del conflicto estamos creyendo en ustedes y queremos que el país crea en el acuerdo […] Reivindicamos nuestra dignidad”. Estas palabras deberán calar a la hora de votar el plebiscito, si lo hay (pendientes de la Corte Constitucional), porque serán ellas las que han sufrido las mayores consecuencias de esta barbarie de 70 años en la historia de esta Colombia Tierra Querida. Se han tenido que secar las lágrimas en vista de la indiferencia de la sociedad, que sus palabras se las ha llevado el viento, que su dolor ha quedado anudado en su corazón como una semilla dura y que no germinará, pero que algún día su voz tenía que hacerse sentir y recibir el debido apoyo de todos los demás.

Pero en medio de la paz (proceso) y las víctimas (dolor), están el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Este conflicto colombiano se ha desarrollado en su mayoría, en las zonas rurales, incluyendo parques nacionales naturales, reservas forestales, cuerpos de agua, incluso en los desiertos y penínsulas. Existen las víctimas ambientales y sostenibles como las anteriormente mencionadas, que su afectación ha traído tristeza y dolor a las mismas víctimas, que ha desmejorado el desempeño sostenible y económico de este país macondiano, ha puesto sin lugar a duda a los oriundos de este país a pensar que la mejor salida a esta matanza es el diálogo, según el autor, ¿y ustedes que opinan?

PD1: mensaje claro para José Miguel Vivanco, director de HRW; antes de pretender ridiculizar el proceso de paz en Colombia, debería aclarar si la guerra aquí es o no su negocio.

PD2: es mejor desconfiar de la famosa prima de confiabilidad, presente en las tarifas de servicio de energía eléctrica, ¿Cierto Ministro de Minas y Superintendente de Servicios Públicos?

Pedro José Rivera Giraldo

Ingeniero de Petróleos de la Universidad de América (Bogotá, 1994) y Especialista en Gerencia de Mercadeo de la Universidad del Rosario (Bogotá, 2002). Consultor Independiente en Materia de Mercadeo así como el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible en la Industria. Creador de la Conciencia Ambiental (tiene su propio blog: Conciencia Ambiental (Nuevo Petroides), algo que falta en Colombia; escritor en Al Poniente. Ha elaborado varios ensayos como Marketing Político Alternativo, Marketing Ambiental Alternativo (EMA), Marketing Curriculum Alternativo, Marketing Empresarial Alternativo, y Tips de Marketing Alternativo.

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