Un pacto por la Universidad de Antioquia

En los últimos meses, la Universidad de Antioquia, ha estado en la agenda de los medios de comunicación del país, no tanto para mostrar lo que se hace través de la ciencia, la investigación, la formación, la regionalización, el impacto social, cultural y político de sus más de 221 años, que dicho sea de paso la hace una de las universidades más importante del país, y la mejor de Antioquia, sino por el su preocupante déficit financiero que atraviesa, y del cual se deben tomar medidas administrativas internas y buscar recursos, externos.

Por ejemplo, recursos del Distrito de Medellín, a quien le pertenece el mayor porcentaje de los estudiantes ubicados en el Campus Medellín  y que no aporta ningún recurso financiero a la base presupuestal de la Universidad, salvo de manera indirecta los dados en adjudicación de algunos contratos vía extensión, que en la administración de Federico Gutiérrez se han disminuido; por su parte la Gobernación aporta solo el 4% del presupuesto de la Universidad, siendo el mayor beneficiado, pues cuenta con 11 Campus ubicados en las subregiones de Antioquia que generan gran impacto social.

El gobierno Nacional debe entender que la Universidad ya no es la misma de la década de los noventa y requiere un nuevo marco normativa, acorde con el crecimiento del ALMA MÁTER en todos sus ejes misionales.

Las disputas internas son parte de la lógica propia de la política, son parte del debate en democracia, contrario al oportunismo de algunos acéfalos del poder, que hacen que sus intereses personales estén por encima de la institución, se requiere rodear el proyecto académico más importante de la región.  

Es necesario, sin dejar de reconocer el desfinanciamiento que vive la universidad, ir más allá, no solo de la coyuntura, sino por los  tiempos complejos que se avecinan, que parecen ser más difíciles para la institución: establecer un pacto por la Universidad que empiece por reconocer que el problema es estructural y que la responsabilidad de la solución pasa por todos y todas.

Es imperativo recuperar lo público como una construcción social que por antonomasia es la razón y el fundamento del vivir juntos, de cultivar el espacio común, de llenarlo de sentido, de expresión de los sentidos, de recuperar su significado, de un nosotros colectivo, de un proyecto donde se dignifique la vida, la razón, la ciencia, donde la palabra y los argumentos, sean quienes alumbren el horizonte de nuestra condición humana.

La Universidad de Antioquia como microcosmo de la Sociedad, debe ser ejemplo para resolver su antagonismo, a través de lo que somos y hacemos, la ciencia, la argumentación, la investigación, la formación de seres integrales y sensibles con los temas de la sociedad; esa impronta, ese equipaje que nos hace más humanos y que solo dejamos con la muerte.

Es por esa historia de 221 años, por el legado de tantos, que la habitaron e hicieron de este centro educativo el más incluyente de la región, frente a un sistema político-económico que quiere arrasar con lo poco público que nos queda, para las clases más vulnerables.

Es necesario un pacto universitario frente a todas las formas de violencia, fuera y dentro de la Universidad, que  nuestra casa de estudios siga brillante en la oscuridad del tiempo que nos tocó vivir, debemos ser faro, para tantos otros que recorrerán los espacios cuando no seamos más que un recuerdo difuminado por el tiempo, un pacto donde hagamos respetar sin violencia, pero con contundencia, con argumentos en defensa de lo público,  lo colectivo, la ciencia, el conocimiento, las artes, los saberes ancestrales, la No violencia con las mujeres, las poblaciones LGTBI, las minorías étnicas, entre otras.

Un pacto Universitario contra las violencias sin perder el horizonte de crítica, pasa por constituirnos como un nosotros colectivo, no coyuntural, custodios de la babel del saber, del sitio del encuentro y la construcción de una mejor sociedad. Un pacto donde los universitarios reconozcamos la diferencia, en la diversidad, pero igualmente asumamos lo público de la Universidad como algo que debemos cuidar, que respetemos en tanto aporta al bienestar colectivo. Las violencias en todas sus formas deshacen el tejido social universitario. Debemos desde la fuerza de la razón y los argumentos construir una mejor convivencia para todos y todas.

Este pacto, debe ir más allá de una administración, es un pacto para salvar la institución:

A los políticos que legislen pensando que, para muchos sectores de la sociedad, la universidad pública es su única esperanza de acceso a la formación y las transformaciones de los territorios.

A los profesores y profesoras, que este proyecto académico que ayudamos a consolidar con el tesón, y la fuerza de tantas voces, que dejaron sus sangre por la defensa de este patrimonio académico, de seguir como norte emancipador de conocimiento y libertad de las ideas, refrendar ese compromiso con la Universidad.

A los estudiantes, como fuerza movilizadora y transformadora, invitarles a consolidar un proceso nacional y un gran pacto por la defensa de la educación y la construcción de una reforma a la educación como un derecho fundamental, como una política de Estado, con el financiamiento acorde con la realidad concreta de la institución pública, ahora cuando es el momento de esas transformaciones, se requiere para ello un proceso movilizador nacional, frente a un sector mayoritario del congreso, que parece no importarle una educación pública, como derecho fundamental, de calidad, y financiada por el Estado.

A los egresados, que son huella de los procesos de formación integral, de humanismo, que deben contribuir a la Universidad con su defensa, con crear una gran red de egresados, donde los aporte sean de diversas formas, como pasa en muchas universidades del mundo.

A los padres de familia, a la sociedad antioqueña, quienes también deben tener una responsabilidad, una fuerza activa en la defensa de la educación pública y específicamente de la Universidad de Antioquia, en un año que será crucial…

A eso invitamos a todas y todos los universitarios: construir un gran pacto por la convivencia, la defensa de lo común, de la educación pública, de nuestra querida Alma Máter.

 

John Mario Muñoz Lopera

Doctor en Gobierno y Administración Pública. Docente UdeA.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.