La época navideña suele venir acompañada de un deseo común: regalar felicidad. Sin embargo, en muchas ocasiones, este anhelo se traduce en la decisión impulsiva de adquirir una mascota como regalo. Esta práctica, lejos de ser un acto de amor, se convierte en un acto de irresponsabilidad que tiene graves consecuencias para los animales y para las familias.
La idea de regalar una mascota, especialmente para un niño, puede parecer encantadora. La emoción de un nuevo miembro en la familia, el vínculo afectivo que se puede crear y la oportunidad de enseñar a los niños sobre el cuidado de otros seres vivos son aspectos que atraen. Sin embargo, esta ilusión suele desvanecerse rápidamente cuando la realidad supera las expectativas.
Cuidar de un animal implica una serie de responsabilidades que van más allá de acariciarlo de vez en cuando. Alimentación, paseos, visitas al veterinario, adiestramiento y un espacio adecuado son solo algunas de las necesidades básicas de una mascota. Cuando estas necesidades no son cubiertas, el animal sufre y la familia se ve abrumada por una situación que no estaba preparada para afrontar.
En Colombia, el abandono y maltrato de animales es un problema grave, con más de 3 millones de perros y gatos abandonados. En Medellín, las autoridades han rescatado más de 1.000 animales de compañía solo en 2024. Las redes sociales están llenas de historias trágicas de mascotas maltratadas, abandonadas y explotadas. Los refugios se encuentran saturados y las organizaciones de protección animal luchan por hacer frente a esta crisis.
Antes de adquirir una mascota, es fundamental evaluar cuidadosamente varios factores. ¿Cuenta con el espacio suficiente en su hogar para que el animal se sienta cómodo? ¿Tiene el tiempo necesario para dedicarle a los cuidados diarios, como paseos y juegos? ¿Puede asumir los gastos asociados a la alimentación, veterinaria y otros requerimientos? Y lo más importante, ¿está preparado para asumir un compromiso a largo plazo, considerando que una mascota es un miembro más de la familia y requiere cuidados durante toda su vida?
No podemos utilizar a los animales como herramientas para enseñar responsabilidad a los niños. En su lugar, debemos enseñarles sobre la empatía, el respeto y el cuidado responsable hacia los seres vivos. Además, es fundamental recordar que los animales no son objetos de acumulación ni regalos improvisados. Se requiere una educación responsable sobre su cuidado y atención de nuestros animales domésticos.
Exhorto a las familias a reflexionar sobre la adopción responsable de mascotas. No regalemos vida si no estamos dispuestos a cuidarla. Protejamos a nuestros amigos peludos y evitemos contribuir al problema del abandono y maltrato animal.
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