«El proyecto de los libros de textos gratuitos forman parte de un modelo educativo más amplio, que el propio AMLO lo ha definido como la Nueva Escuela Mexicana”.
La educación en México está garantizada para todos los sectores de la sociedad y está plasmado en el Artículo 3 de la Constitución política mexicana, que es el marco jurídico que rige al país.
De acuerdo a lo establecido en el texto constitucional, “toda persona tiene derecho a la educación…” y el Estado en todas sus representaciones “impartirá y garantizará la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria, media superior y superior”.
A pesar de esto, ahora se está dando una disputa política con respecto a la manera en que el Estado (en este caso el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador), ha elaborado los libros de texto gratuito y sus opositores argumentan que es a través de estas herramientas pedagógicas, que AMLO busca imponer un adoctrinamiento ideológico en los estudiantes.
Contenido polémico
Esto debido a que según los líderes políticos de la oposición, expertos en el tema y ciertos sectores de la sociedad que han levantado la voz para expresar su rechazo al contenido de estos libros, aseguran que en estos materiales se utilizan conceptos que más que educar, promueven una interpretación de la realidad que está muy apegada al discurso que ha utilizado el presidente de México para diferenciar entre los grupos que lo apoyan y sus rivales.
Incluso algunas voces que están en contra de estos libros de textos gratuitos, los catalogan como una herramienta para implementar una “una guerra cultural” que ha impulsado el presidente López Obrador para consolidar su proyecto de nación y que las nuevas generaciones adopten estas posturas ideológicas.
Incluso el proyecto de los libros de textos gratuitos forman parte de un modelo educativo más amplio, que el propio AMLO lo ha definido como la “Nueva Escuela Mexicana”.
Ante todo esto, los líderes de la oposición que mantienen una alianza denominada ahora Frente Amplio por México, aseguran que no van a permitir que estos libros se distribuyan, otros aseguran que promoverán amparos para evitar su uso e incluso Marko Cortés, el presidente del Partido Acción Nacional (PAN), pidió en un arrebato de intolerancia, “quemar y destruir” esos ejemplares.
Informar a la sociedad
Ante tantos reclamos, manifestaciones de inconformidad y presión mediática, el presidente López Obrador anunció un ciclo de conferencias de prensa vespertinas para que la Secretaría de Educación Pública (SEP), expliqué la metodología utilizada para elaborar los nuevos libros de texto gratuitos.
AMLO dijo que a través de estas conferencias especiales, los padres de familia podrán conocer “la esencia de los libros, o sea, ¿qué tienen?, ¿por qué son distintos?, ¿cómo eran los de antes?, ¿cómo son estos?, ¿cuál es la fundamentación de los pedagogos, de los que hicieron los libros?”.
El mandatario también aseguró que las críticas son una campaña de la oposición y por eso es fundamental para su gobierno, que puedan “informar con argumentos y que la gente de manera libre aplique su criterio; no querer manipular, tripular la mente de los demás, respetar la opinión de todos y el criterio de todos, entonces vamos a informar”.
En este contexto, ojalá puedan aclarar el sentido estrictamente pedagógico de esos libros y por qué utilizaron esas metodologías para su diseño y elaboración, aspectos que solo los expertos en el tema que intervinieron en este proceso, serán capaces de explicar.
Sesgo político y no educativo
También habrá otras voces de expertos que estarán en contra de los libros, algo que hasta cierto punto es sano y natural; pero lo que salta a la vista y es preocupante, es la manera en cómo se está abordando esta crisis y la postura política de las voces encontradas.
No hay posibilidad ni propuestas de diálogo para mejorar los libros o corregir los errores, solo son ataques de ambas partes (tanto del gobierno como de la oposición) defendiendo su postura política y bajo este pretexto, buscan utilizar la educación como moneda de cambio.
Lo cierto es que para los opositores, los libros de texto omiten ciertos temas, reinterpretan otros pasajes de la historia de una manera muy peculiar y utilizan conceptos que hacen pensar que se refieren a la idea de dividir a la sociedad en dos extremos: los neoliberales y las élites en contra de los pobres y los desprotegidos (un poco como el discurso que ha utilizado repetidamente AMLO cada vez que lo puede hacer).
También aseguran que es una especie de “ideologización” o “adoctrinamiento” en favor del proyecto de la “Cuarta Transformación”. Incluso aseguran que AMLO pretende implementar un modelo “comunista” de educación.
Pero no hay que olvidar que de manera inversa, López Obrador cuando fue líder de la oposición, criticó fuertemente la Reforma Educativa impulsada en su momento por Enrique Peña Nieto (presidente de 2012 a 2018) y en ese entonces, AMLO aseguraba que pretendían privatizar a la educación y eso iba a sobrevenir en despidos masivos de maestros, por eso una de sus promesas de campaña fue derogar esta ley y lo cumplió.
Sin embargo, ahora estamos nuevamente en un debate sobre la educación, pero el trasfondo sigue siendo el mismo: la conveniencia o no para ciertos grupos políticos y de la élite del país, sobre cómo suponen que debería ser el modelo educativo y no lo que de verdad necesita México para tener una educación de excelencia.
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