Dos días en el Valle: mi experiencia en la AynRandCon 2022

“Si usted quiere influir sobre la tendencia intelectual de un país, el primer paso es poner orden en sus ideas e integrarlas en un punto de vista consistente, en la medida de su conocimiento y su capacidad.”
–Ayn Rand (1982/2009)


¿Alguna vez te has preguntado “Por qué”? ¿Por qué la mayoría de los políticos son corruptos? ¿Por qué los pobres siguen siendo pobres?, ¿Por qué no se hace nada para frenar la contaminación?, ¿Por qué hay gente que tiene demasiado dinero y otras demasiado poco?, ¿Por qué algunos sistemas fracasan y otros triunfan?, ¿Por qué sigue habiendo guerras?, ¿Por qué la gente le tiene miedo a la libertad o a la diversidad? Y, sobre todo: ¿Qué es lo que puedo hacer yo frente a todo esto? Si te pareces un poco a mí, seguramente te habrás hecho estas y muchas más preguntas a lo largo de tu vida, pero también te habrás dado cuenta de que encontrar una respuesta satisfactoria es sumamente difícil, lo cual puede ser frustrante. Si embargo, hay algo de lo que me di cuenta hace muy poco tiempo, ¿capaz no estaba planteando las preguntas correctas a las personas correctas?, y quien me hizo darme cuenta de esto fue Ayn Rand.

Alisa Zinóvievna Rosenbaum, mayormente conocida como Ayn Rand, nació en San Petersburgo (Rusia) el 2 de febrero de 1905. Fue filósofa, novelista, ensayista, comentarista cultural y una intelectual reconocida públicamente, pero sobre todo, escritora. En sus principales obras de ficción buscó crear personajes heroicos que retrataran al hombre ideal, para lo que necesitó identificar aquellos principios filosóficos que hacen posible la existencia de estas personas y que la llevó a crear su propia filosofía: objetivismo, caracterizado por la misma autora como “una filosofía para vivir en la Tierra”. De esta manera, Rand integra los principios y valores de su filosofía personal retratados en sus novelas, pero explicados a profundidad en varias de sus obras de no ficción. Por ejemplo, su obra cumbre, La rebelión de Atlas, publicada en 1957, dramatiza el conjunto de tales principios filosóficos en una historia de misterio intelectual que habla sobre ética, metafísica, epistemología, política, economía y sexo. En este sentido, la visión del hombre que propone Rand es altamente revolucionaria y ha mantenido un gran impacto hasta la actualidad; sus libros han trasformado la vida de miles de lectores y han generado fuertes movimientos intelectuales.

Claro que, si bien los libros son el recurso esencial para aprender objetivismo, no es la única manera en la cual uno puede acercarse a estas ideas. Conversar con otras personas interesadas seriamente en la filosofía de Rand o con intelectuales especializados, es necesario para poder comprender a profundidad una filosofía tan compleja como lo es el objetivismo. Por ello, instituciones como el Ayn Rand Institute o el Ayn Rand Center Latín America se encuentran haciendo un gran trabajo para organizar espacios en los que personas de todos los países puedan encontrarse y profundizar en la filosofía objetivista. Uno de estos espacios fue la AynRandCon: un mundo posible, la conferencia objetivista más grande de Latinoamérica realizada en CABA (Argentina) el 30 de septiembre y el 1 de octubre del presente año. Y yo, tuve la oportunidad de asistir y colaborar como voluntaria.

La AynRandCon: un mundo posible, como propone su título, tuvo como premisa principal la discusión sobre cómo se debe construir aquel mundo ideal gobernado por la razón y la libertad; ese mundo que para muchos no es posible, pero que adoptando los principios filosóficos correctos, puede estar al alcance de todos. En este evento se realizaron alrededor de 14 ponencias, donde se pudo escuchar a grandes intelectuales como Tal Tsfany, Yaron Brook, Tara Smith, Aaron Smith y Agustina Vergara Cid (miembros del Ayn Rand Institute), y varios panelistas internacionales como Gloria Álvarez, Roberto Cachanosky, Agustín Etchebarne, Ricardo Manuel Rojas, Juan Ignacio Ardón, Marcos Falcone, Eduardo Marty, Iván Carrino y la gran María Marty (CEO del Ayn Rand Center Latín America y organizadora principal del evento); todos, excelente oradores y afines al objetivismo, y de los cuales pude aprender un poco más sobre las ideas de Ayn Rand y de cómo aplicarlas coherentemente en mi vida personal y en otros aspectos como la política, la economía y la cultura.

Los paneles fueron diversos, pero todos tocaron temas interesantes. Por ejemplo, Juan Ignacio Ardón, Ricardo Manuel Rojas y Gloria Álvarez (con Agustín Etchebarne de moderador) discutieron sobre el miedo que le tiene la sociedad latinoamericana a la libertad, un miedo que nos hace caer constantemente en gobiernos populistas, tanto de izquierdas como de derechas, y que impide el pleno desarrollo de los individuos. Asimismo, en este panel titulado ¿Por qué cuesta tanto la libertad en América Latina? Un enfoque psicológico, indagaron en el rol que tiene la psicología a la hora de entender las causas y consecuencias de estos fenómenos, y de la importancia que tienen aquellos principios que muchas veces aceptamos de manera inconsciente y que destruyen nuestra autoestima, tanto como individuos y como sociedad.

Por otro lado, Tara Smith dirigió la ponencia Libertad de expresión: mentes libres, mercados libres. Aquí, expuso como la mente y la razón solo pueden funcionar en libertad y como únicamente una mente libre puede ser productiva. También ofreció argumentos muy interesantes en el análisis del “derecho a ofenderse” y la cultura de cancelación.

El segundo día, Gloria Álvarez en el panel El impacto de las ideas en la vida y en la política, se dedicó a responder de manera muy elocuente algunas preguntas como: ¿Cuáles son las ideas que realmente revolucionan al mundo?, ¿Cuál es la diferencia entre crear una USB y agarrar un arma? Y ¿Qué hubiera sucedido si el Che Guevara hubiera leído a Ayn Rand y no a Marx, y por qué? En este mismo espacio, Artie Duncanson, presentó su historia de vida, y cómo paso de ser un joven completamente captado por las ideas colectivistas del socialismo y el altruismo a ser un hombre productivo en busca de su propia felicidad gracias a la influencia de la filosofía de Ayn Rand.

Además, el CEO del Ayn Rand Institute, Tal Tsfany, participó en una ponencia sumamente inspiradora titulada: ¿Qué puede hacer uno?, donde habló sobre la importancia de conocerse a uno mismo y de crear una escala de valores racionales organizados claramente, para así, de necesidad, plantearse objetivos basados en estos valores y ponerse en acción para alcanzarlos. Todo esto, en aras de alcanzar la felicidad en tu vida.

Y por último, uno de los paneles más esperados del evento, y que ya puedes encontrar en el Canal de YouTube del Ayn Rand Center Latin America, fue el Debate Objetivismo y Libertarianismo: convergencias y divergencias. Aquí, Yaron Brook, Tara Smith, Iván Carrino y Marcos Falcone (con la moderación de Gloria Álvarez), debatieron de manera muy bien argumentada sobre las diferencias entre el objetivismo y el libertarianismo, y sobre las razones que tenía Ayn Rand para no considerarse libertaria y por las cuales criticaba ampliamente a los libertarios de su época. Spoiler: el objetivismo es una filosofía integrada, el libertarianismo no.

Sin embargo, el aprendizaje no se limitó al escenario de la Sala (Teatro) Pablo Neruda. Personalmente, aprendí mucho de las conversaciones informales que mantuve con varios de los excelentes intelectuales que asistieron a la conferencia. Tuve la grandiosa posibilidad de conversar con Tal Tsfany, Aaron Smith, Juan Ignacio Ardón, Agustina Vergara Cid, e incluso con la internacionalmente conocida Gloria Álvarez. Conversaciones, breves algunas, que me inspiraron, pero que también me hicieron pensar mucho, tanto por ciertas preguntas que me ayudaron a resolver, como por muchas otras que se me plantearon recién, y las cuales, pienso responder en una próxima ocasión.

¿Todos eran objetivistas expertos? ¡Claro que no!, empezando por mí, que, si bien he leído varios de los libros de Rand, aun me queda mucho camino por recorrer para comprender a profundidad su filosofía. De la misma manera, entre los asistentes se pudo observar personas que tenían una buena base de objetivismo, algunas que recién estaban empezando la aventura de descubrir estas ideas y otras que ya llevaban muchos años de estudio filosófico. Esto, desde mi perspectiva, fue excelente. Esa diversidad logró que se iniciaran interesantes y fluidas conversaciones, diálogos y debates sobre los principios propuestos por Ayn Rand y su aplicación en la política o la vida personal, así como de otros temas relacionados.

Además, no creas que todo se trató de charlas y discusiones profundas sobre metafísica, epistemología y ética. El viernes en la noche, se realizó una pequeña fiesta para aquellos que habían obtenido una entrada VIP, en la cual, además de una cena buenísima y cócteles refrescantes, tuve el agrado de poder escuchar la música de Two of Us e Igor Saavedra, quienes realizaron un espectáculo en vivo muy entretenido. Asimismo, para el agrado de los admiradores de Rand, durante el evento se subastó de manera silenciosa una reproducción original de una página manuscrita de La rebelión de Atlas, además de seis bellísimos cuadros, obras de Juana Marty.

Este evento no fue el único organizado el presente año. El 22 y 23 de septiembre, se realizó la AynRandCon Brasil, y entre el 15 y 17 de noviembre, la AynRandCon en México y Costa Rica. Sin embargo, el hecho de que estas conferencias no se organizaran en tu país o ciudad de residencia, no es necesariamente un problema. Por ejemplo, yo tuve la oportunidad de conseguir una beca de viaje, por un costo limitado, pero suficiente para sustentar la mayoría de mis gastos de alojamiento y pasaje. Agradezco mucho a María Marty, al Ayn Rand Center Latin America y al Ayn Rand Institute, quienes me dieron la posibilidad de viajar de Perú a Argentina para asistir a este increíble evento en el que pude aprender lecciones muy importantes para mi vida, algunas de las cuales ya he empezado a aplicar; consiguiendo además, una fuerte motivación para seguir estudiando a profundidad esta revolucionaria filosofía llamada objetivismo.

Finalmente, si tuviera que describir de manera resumida la reflexión que me dejó la AynRandCon: un mundo posible, utilizaría las palabras de la misma Ayn Rand:

“»En nombre de lo mejor que hay en ti, no sacrifiques este mundo a quienes son lo peor de él. En nombre de los valores que te mantienen vivo, no dejes que tu visión del hombre sea distorsionada por lo feo, lo cobarde, lo necio que hay en los que nunca han merecido ser llamados hombres. No dejes de tener presente que el estado apropiado al hombre es una postura erguida, una mente intransigente y un paso que recorre caminos ilimitados. No permitas que tu fuego se extinga, chispa tras irremplazable chispa, en los desahuciados pantanos de lo aproximado, lo casi, lo aún no, lo nunca jamás. No dejes que el héroe en tu alma perezca, en solitaria frustración, por la vida que merecías, pero nunca has sido capaz de alcanzar. Examina tu recorrido y la naturaleza de tu batalla. El mundo que deseabas puede ser alcanzado, existe, es real, es posible, es tuyo.”
–Ayn Rand (1957/2019, p. 1119)

Referencias

Rand, A. (2009). Filosofía: ¿Quién la necesita? Grito Sagrado. (Obra original publicada en 1982).

Rand, A. (2019). La rebelión de Atlas (D. García, Trans.). Ediciones Deusto. (Obra original publicada en 1957).


Este artículo apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.

Rebecca Winkelstein

Estudiante de Antropología de la PUCP (Pontificia Universidad Católica del Perú). Amante de la vida, la libertad y la propiedad privada. Afín al #Objetivismo. Columnista de #LaLigaLibertad, Al Poniente y El Bastión.

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