“Dónde hay poca justicia es un peligro tener razón” Francisco de Quevedo
Lastimosamente, algunos operadores de justicia, han sido atraídos por el que he denominado, “el lado oscuro de la justicia”, que busca favorecer a ciertos sectores políticos o ciertas ideologías, o que simplemente han desviado su llamado a la justicia por un llamado al dinero, a la avaricia y a satisfacer placeres ocultos.
En los últimos años han sucedido hechos que ponen en duda la verdadera objetividad de ciertos operadores de justicia en el país, pues ha salido a la luz pública que por obtener un fallo a favor o un beneficio propio, algunos de los trabajadores de juzgados, jueces, magistrados e incluso fiscales, se han prestado para que no se aplique la justicia como se debe; ante este comportamiento atípico y cuestionable de dichos funcionarios, debemos preguntarnos ¿hay verdadera justicia en Colombia?
Responder esta pregunta no es nada fácil, pues conllevaría a un análisis extenso e interminable de los diferentes fallos emitidos por jueces y magistrados, sólo nos queda revisar lo que se ha revelado superficialmente por medios periodísticos, los cuales en algunos casos han actuado de manera imprudente y han creado juicios paralelos a los llevados judicialmente, lo que hace que algunas decisiones judiciales se tomen por la presión de los mismos, para que estos fallos tengan aceptación social, atendiendo al clamor popular y no a lo dictado por la normatividad.
Algunos casos de corrupción dentro de la rama judicial han sido, el llamado cartel de la toga, que dejó en entredicho, la manera cómo opera la justicia en algunos juzgados y tribunales del país, otros no muy alejados de comportamientos corruptos o indecentes, como los denunciados en días pasados por algunas(os) judicantes y trabajadores(as) de la rama judicial, relacionados con abuso laboral e incluso sexual, donde presuntamente se ven involucrados algunos funcionarios de las altas cortes.
Lastimosamente, algunos operadores de justicia, han sido atraídos por el que he denominado, “el lado oscuro de la justicia”, que busca favorecer a ciertos sectores políticos o ciertas ideologías, o que simplemente han desviado su llamado a la justicia por un llamado al dinero, a la avaricia y a satisfacer placeres ocultos. Esto ha transformado todo el sistema judicial, puesto que por un lado, dejan precedentes que permiten que estos comportamientos se sigan perpetrando en el aparato judicial, y por el otro, no aplican lo establecido en la normatividad, quedando las decisiones a la sola voluntad e intereses mezquinos de algunos jueces o magistrados, lo que conlleva a que situaciones procesales, como la valoración de las pruebas, no sean analizadas como la justicia lo requiere.
Recordemos que los encargados de impartir justicia, en su vida personal pueden estar parcializados por ideologías o estar al servicio de sectores políticos, por tal motivo, esto genera que no se aplique realmente la objetividad y la imparcialidad, incluso los juicios paralelos creados por algunos medios de comunicación, que desconocen el concepto de presunción de inocencia, y hacen que una indagación o un llamado a versión libre, se convierten ya en una condena, lo que sin lugar a dudas genera alguna influencia y presión al aparato judicial.
Para lograr que en Colombia se imparta justicia y se actué conforme a los preceptos normativos y éticos, se debe empezar a proponer modificar contundentemente todo el sistema judicial, de tal manera que se blinde y se restablezca la seguridad jurídica; para que esto se convierta en realidad, se debe realizar una verdadera reforma a la justicia, que entre otras disponga, que los magistrados de las altas cortes, no sean elegidos por la misma corporación, ni por el senado, sino que lleguen a su cargo por medio de un concurso de méritos, que garantice la transparencia, objetividad, imparcialidad y mérito, y así lograr la tan anhelada justicia en los diferentes fallos emitidos por estos altos tribunales; adicionalmente, se debe hacer constante seguimiento a los(as) judicantes y trabajadores(as), para evitar que sigan siendo víctimas de comportamientos indecorosos y/o abusivos por parte de cualquier funcionario de mayor rango y con esto, muy seguramente se podría lograr disminuir los índices de corrupción y abuso dentro de la rama judicial, buscando finalmente evitar que esta rama del poder público se contamine del lado oscuro de la justicia.
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