Por estos días el escenario político de colombiano se encuentra más tenso que antes, los debates, comentarios y hasta FakeNews se han vuelto más intensos y abundantes, los ciudadanos se dividen entre aquellos que: votaron y votarán por Duque, los que votaron y votarán por Petro y aquel grupo -nada insignificante- de aquellos que votaron por otro candidato en primera vuelta y que deben tomar una decisión para la segunda vuelta.
El escenario es ahora como un centro comercial donde las tiendas te invitan a sus productos, y en este caso, tanto el Centro Democrático como la Colombia humana necesitan de esos casi 6.500.000 de votantes que apoyaron a otros candidatos en primera. Sin embargo, esta columna no la dejaré para analizar hacia dónde se irán esos votantes, para eso les recomiendo estas columnas:
Tal como dice el título de mi columna, quiero escribir una carta para el futuro presidente de nosotros los colombianos y que independientemente de mi postura política, como ciudadana quiero que mi país sea mejor:
«Al futuro presidente de Colombia, quien el 7 de Agosto de 2018 porte con orgullo nuestra bandera, quiero desearle lo mejor en el camino, representar a un país que ha luchado por mucho tiempo contra la guerra, contra el hambre y muchas otras cosas no es tarea fácil, pero sin duda alguna, representar a Colombia ante el mundo siempre es y será un orgullo.
A quien logre ganar esta contienda le pido que no sea ciego ante ninguno de los extremos geográficos de nuestro país: en el norte, la Guajira y sus niños que mueren de hambre, las familias que no tienen acceso al agua y lo casi imposible que es llegar allá, a ellos no solo el recuerdo sino también mucho trabajo para mejorar sus condiciones de vida; al sur el Amazonas, recordándonos la riqueza en flora y fauna que debemos cuidar por encima de cualquier interés socioeconómico existente; al occidente el pacífico, por ellos hay que trabajar para brindarles seguridad y progreso, generar educación, vías y oportunidades de salir adelante; y al oriente, nada más y nada menos que las fronteras a nuestro vecino país Venezuela, Colombia debe recordar esos años en los que muchos emigraron hacia Venezuela en busca de mejores oportunidades, hoy no hay que ser xenófobos ni egoístas ante la crisis que los aqueja, sino buscar herramientas legales y humanas para ayudar a todos aquellos que no tienen una opción de bienestar en su país y han decidido venir, por ellos hay que abogar ante entes internacionales con la capacidad de intervenir de la mejor manera.
Nada de esto es fácil y para quien sea el próximo en habitar la casa de Nariño, debe asumir el reto con responsabilidad.
Espero fielmente que no descuide ni la salud, ni la educación y que la economía sea una plataforma incluyente en vía de progresar.
También, espero que no llegue a sufrir de la enfermedad parasitaria más peligrosa en las tres ramas de poder en Colombia, en este caso la corrupción, espero que sus defensas estén muy arriba para nunca permitir esta enfermedad en su mandato.
Y por último espero que la paz abunde en todos los escenarios de Colombia, ya es hora de decirle adiós a la guerra y dedicarle las canas a otros asuntos y que el país al fin progrese en todos los sentidos.
Con toda la esperanza en mi país, al futuro presidente de Colombia «