Las otras lunas

Muchas maravillas naturales se esconden en países o territorios remotos y poco poblados, haciendo que frecuentemente pasen desapercibidas por el turismo. La belleza del Gran Cañón del Colorado y la majestuosidad de los pilares de roca del parque Zhangjiajie en la provincia china de Hunan aparecen en los libros y revistas de turismo internacional, pues se encuentran en países grandes, desarrollados y muy poblados. Otras maravillas, como Caño Cristales, en la Serranía de la Macarena en el departamento del Meta, en Colombia, generalmente pasan desapercibidas en estas mismas guías turísticas, pues se encuentran en sitios muy apartados, en países no muy ricos, poblados o grandes.

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Por esta razón nos olvidamos de tantos lugares espectaculares de nuestro planeta. Sin embargo no solo en la Tierra ocurre esta situación, sino también en el resto del sistema solar: los libros de astronomía y las series de televisión nos han presentado los cráteres de Mercurio, los anillos de los planetas gaseosos, principalmente Saturno; las manchas negras que cubren partes de la superficie del Sol. Hemos visto la gran mancha roja en Júpiter, la gran mancha oscura en Neptuno detectada en 1989 y desaparecida cinco años después; el volcán más grande de Venus, llamado Monte Maat, y Marte con sus polos helados y con su Monte Olimpo (la cima más alta del Sistema Solar, tres veces más alto que el Everest). Seguramente aún falta mucho por descubrir en los planetas, pero existen espectáculos en astros más pequeños que merecen nuestra atención. Los satélites naturales son un buen ejemplo.

Los satélites naturales son esos cuerpos más pequeños que giran alrededor de los planetas. La Tierra siempre lleva a su lado a la Luna, pero no es el único planeta que tiene un acompañante permanente. Casi todos los otros planetas tienen satélites, con excepción de Mercurio y Venus. Entre los seis planetas con satélites, la Tierra es el planeta que menos tiene (sólo la Luna), seguida por Marte que tiene 2, Neptuno con 14 conocidos, Urano, que tiene 27, Saturno con 62 confirmados y Júpiter, que lidera con 67 satélites conocidos. Además, los llamados planetas enanos también tienen lunas: Eris tiene una, a Plutón le conocemos seis, y hay otras dos en Haumea (un curioso planeta enano con forma de elipse, parecido a un huevo).

Además de estos 182 satélites, están los anillos de Saturno, Urano, Neptuno y Júpiter (estos últimos recientemente descubiertos) que son formados en realidad por millones de piedras diminutas que podríamos contar como satélites pues orbitan en torno a los planetas (aclaro que en astronomía se considera diminuto a un elefante). También hay satélites que acompañan asteroides, y recientemente se ha planteado la posibilidad de que un satélite de Saturno, Rea, tenga su propio anillo con satélites. De confirmarse esa hipótesis, los anillos de Rea consistirían en miles de piedritas que girarían alrededor de un satélite que a su vez gira alrededor de un planeta que también gira alrededor del Sol. Es imposible que no se escondan grandes sorpresas en estos mundos pequeños, y de hecho, los astrónomos ya han encontrado bastantes.

Entre los 67 satélites confirmados de Júpiter, hay cuatro que se pueden ver con telescopios comunes y corrientes: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto. Los cuatro fueron descubiertos hace más de cuatrocientos años por Galileo Galilei. Europa es tal vez el más interesante, ya que está cubierto totalmente por hielo como si fuera una pista de patinaje gigante y redonda. Se sospecha que existe un enorme océano de agua debajo de la superficie congelada. A través de agujeros en el hielo, hay chorros de vapor de agua que salen a la superficie de Europa, de forma similar a los géiseres de la Tierra.

Hay gente que cree que solo en nuestro planeta se ha encontrado agua, pero sabemos que abunda en otros lugares del sistema solar, en los cuales se presenta generalmente en forma de hielo o vapor. También hay evidencias de agua salada líquida formando océanos en Encelado, uno de los 62 satélites de Saturno.

Si Europa nos parece un mundo helado e invernal, Ío es todo lo contrario. Este satélite de Júpiter tiene más de cuatrocientos volcanes en su superficie de azufre y dióxido de azufre. Algunos de estos volcanes son más grandes que el monte Everest, y la lava que sale de ellos cubre el paisaje de colores: rojo, amarillo, blanco, verde y negro. Las superficies de Ganímedes y Calisto, otras lunas de Júpiter, parecen cielos estrellados, pues tienen un terreno oscuro, pero los cráteres de los meteoritos que los han impactado permiten que se vea una capa blanca más profunda que imita a las luces de la noche.

Titán es el satélite más grande de Saturno y el segundo más grande del Sistema Solar (superado sólo por Ganímedes). Su atmósfera anaranjada esconde un grupo de lagos en sus polos, no de agua, sino de hidrocarburos. Ya se ha encontrado un río de hidrocarburos en este satélite, en el cual existe hielo de agua en la superficie, pero no se ha encontrado agua líquida. Japeto, otra luna de Saturno, tiene la mitad de su superficie de un color claro y la otra mitad es oscura. Mimas, también en Saturno, tiene un cráter tan grande que se ve muy parecida a la estrella de la muerte de La Guerra de las Galaxias. El cráter se descubrió tres años después del lanzamiento de la película.

Las lunas de Urano: Miranda, Titania y Ariel principalmente, están cubiertas con valles y cañones. La superficie de estos satélites está formada por hielo, posiblemente hielo de agua. Tritón, el satélite más grande de Neptuno, gira en el sentido contrario al planeta. Además tiene géiseres de nitrógeno y críovolcanes, que son volcanes que no expulsan lava sino agua y otras sustancias como amoniaco y metano.

Imagínese a los humanos del futuro paseando y visitando estos lugares maravillosos. Por último considere lo siguiente, en este texto solo se habló de lo que se conoce sobre los satélites más grandes del Sistema Solar, pero hay 182 grandes satélites descubiertos, sin mencionar los más pequeños y todos los que aún faltan por encontrar, además de asteroides y cometas que prometen grandes descubrimientos en los próximos años.

[author] [author_image timthumb=’on’]https://scontent-a-atl.xx.fbcdn.net/hphotos-prn2/t1/1450680_10202473183650216_1393131758_n.jpg[/author_image] [author_info]José Miguel Arias Mejía Medellinense. Estudiante de Medicina de la Universidad de Antioquia. Leer sus columnas.[/author_info] [/author]

Foto: chensiyuan

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