¿Y ahora qué sigue…? Reflexiones sobre un digno levantamiento popular

La lucha del pueblo colombiano por una mejor sociedad para todos(as) representada/manifestado el Paro Nacional que desde el 2019 camina con dignidad, aún y más que nunca sigue viva, latente en las prácticas y corazones de los(as) que cada 28 de mes salen a tomarse las calles del país


En Colombia como afirmaba Engels citado por Trifonochiv (1978) al hacer referencia a lo ocurrido en Alemania a finales del siglo XVIII y comienzo del XIX sobre la situación social, política y económica de ese país, «Nadie se sentía bien.” “Los oficios, el comercio, la industria y la agricultura del país habían llegado a su nivel más bajo. Los campesinos, los artesanos y los patronos sufrían doblemente: a causa del gobierno parasitario y a causa del mal estado de cosas. Los nobles y los príncipes se encontraban con que sus ingresos no podían cubrir sus gastos, cada vez mayores, pese a que sacaban todo el jugo posible a sus súbditos. Todo andaba mal y en el país entero reinaba el descontento general.» (p.312). Dos (2) siglos después, esta parece ser la realidad del pueblo colombiano, en el país reina el descontento, la inconformidad, la necesidad de transformar para mejorar las condiciones sociales, políticas y económicas de inequidad, opresión y desigualdad que históricamente han subyugado unos pocos al conjunto de la mayoría social del país.

Aquí, muy a diferencia y en contra posición de la idea que los medios tradicionales de comunicación han construido y vendido a la sociedad colombiana sobre la muerte súbita e irreparable de los levantamientos, las movilizaciones y la conciencia social de dignidad y lucha alcanzada en el marco del Paro Nacional (aún vivo); en el escenario de las relaciones sociales íntima y clandestina, la lucha del pueblo colombiano por la dignidad y la transformación social-política sigue viva. Es innegable que en la atmósfera social parece haber un fenómeno de aparente pausa, de silencio, de agotamiento físico, emocional  y/o espiritual, lo cual, quizá, a diferencia de la idea vendida por los medios de comunicación tradicional sobre su muerte, creo que puede ser un momento social que busca responder al «¿y ahora qué hacemos?», no podría en este ejercicio de reflexión determinar con certeza cuales sean las íntimas razones de este fenómeno social-político de aparente calma.

Sin embargo, y en relación al caso concreto del pueblo digno caleño, los jóvenes, las mujeres madres y no madres, los/as mayores/as, los habitantes de calle y en general la gente del popular, creyeron en la posibilidad de lograr algo diferente mejor para todos(as). Ello, los/as llevó a que dignamente (en el marco del Paro Nacional) popularmente se tomarán la ciudad y, una vez tomada, como se mira desde este ejercicio de reflexión, fue necesario hacer una pausa en el camino para saber cómo continuar, cómo guiar y orientar socialmente el proceso de transformación, entendiendo que son muchas y diversas las expresiones puestas en la lucha, que son muchos los frentes de oprimidos/as que se encontraron, se juntaron para luchar, resistir y transformar integralmente lo político, social, económico de la ciudad y el país.

Engels citado por el mismo autor, al hacer referencia a la revolución francesa de 1789-1794, menciona que “en Alemania, como sucediera en Francia, la revolución filosófica precedió a la revolución burguesa y fue su preparación ideológica.” Bueno, para el caso colombiano en el Paro Nacional de 2021, esta alusiòn afirmativa no se cumple de forma estricta, acá, la conciencia espontánea popular como manifestación filosófica, se materializó y se logró a la par que se fue dando el levantamiento y la lucha popular, esto significó que la filosofía (conciencia popular) no necesariamente precedió la revolución del pueblo colombiano, estas caminaron juntas, de la mano en el Paro Nacional, conciencia y acción directa.

Es aquí además, donde, desde mi punto de vista, radica la necesidad hacer una pausa en el proceso levantamiento social de 2021, ya que (particularmente para el caso de Cali), una vez llegado el momento en que popularmente se fue dueños/as de la ciudad, tocaba saber cómo afrontar desde las diversidades el horizonte la ciudad y el pueblo colombiano, esto llevó a la necesidad de construir las rutas a seguir en el propósito de una mejor sociedad para todos(as) desde las diferencias.

Cali, la segunda ciudad con mayor población afro/negra de Latinoamérica ha trazado un camino comunitario y popular de lucha, mandado un mensaje de resistencia y dignidad a Colombia, América Latina y el mundo. Llegar a Cali hoy y andar sus calles, definitivamente es otra cosa, es un mundo lleno de mucha dignidad, memoria, lucha y resistencia popular. Cali hoy, no es solo la «Sucursal del Cielo», sino además y más que cualquier otra cosa, LA CAPITAL DE LA RESISTENCIA, de la dignidad, de la memoria y lucha social-popular colombiana.

La lucha del pueblo colombiano por una mejor sociedad para todos(as) representada/manifestado el Paro Nacional que desde el 2019 camina con dignidad, aún y más que nunca sigue viva, latente en las prácticas y corazones de los(as) que cada 28 de mes salen a tomarse las calles del país. ¡A PARAR LA AVANZAR, VIVA EL PARO NACIONAL


Rovinson Conrado Aguilar

Rovinson Conrado Aguilar, afrodescendiente, nacido y criado en la comunidad afro-rural-ribereña de Noanamá, Medio San Juan, Chocó. Estudiante del programa de Sociología en la Universidad de Antioquia y miembro del Colectivo de Estudiantes Afrocolombianos de la misma universidad –AfroUdeA -. Servidor comunitario en calidad de docente orientador en el Preuniversitario Étnico "Bogando entre Saberes" PCN y de la Escuela Política de Noanamá. Colaborador social en la Corporación Afrocolombiana de Desarrollo Social y Cultural (CARABANTÚ). Mis intereses son la etnoeducación y educación propia afro, territorios afros, ruralidad ribereña, organización propia afro, identidad afro, racismo y discriminación racial.

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