Votar en blanco no es perder el tiempo

El voto en blanco es “una expresión política del disentimiento, abstención o inconformidad, con efectos políticos” (Corte Constitucional, sentencia C-490 de 2011)


El voto en blanco es una alternativa para evidenciar que no estamos conformes con los candidatos. Que éstos no llenan nuestras expectativas.

El voto en blanco es resultado del análisis de cada uno de los candidatos, que nos permite concluir que ninguno es merecedor de nuestro voto.

Es falso que el número de votos en blanco se le suman al candidato con mayor voto en las elecciones.

El voto en blanco se cuenta por aparte y, por el contrario, tiene consecuencias negativas contra todos ellos en caso que sea superior a la mitad de los votos depositados en las urnas.

El voto en blanco pone la vara muy alta para todos.

En caso que el voto en blanco sea mayoría, se deben repetir las elecciones, pero con nuevos candidatos, y en el caso de congreso, concejo y asamblea, no pueden volverse a presentar las listas que no hayan alcanzado el umbral.

El voto en blanco, en el caso de corporaciones públicas, se tiene en cuenta para el cálculo del umbral, es decir, cada partido político debe sacar ese umbral para poder tener candidatos ganadores.

En consecuencia, el voto en blanco es castigo social y político. Es una sana forma de decir a los partidos políticos que deben lanzar excelentes candidatos.

Como podemos evidenciar, a los candidatos les asusta el voto en blanco, puesto que si el voto en blanco es muy alto, puede que no tumbe las elecciones, pero ellos se ven obligados a sacar alta votación para ganar.

Unas elecciones con alta votación son más democráticas. Más representativas de la voluntad de las mayorías. Una elección con alta votación implica que los que compran votos corren alto riesgo de perder su inversión.

Las personas que votan en blanco demuestran su independencia partidista y autonomía democrática. Denotan que estudian a los candidatos y si no se sienten satisfechos, pues no se dejan obligar a votar por alguno de ellos. Es un voto inteligente y razonado.

Los invito a que en vez de abstenerse de votar o votar nulo, lo hagan mejor votando en blanco. No votar o votar nulo, no tiene efecto en las elecciones.

Votar en blanco no va a provocar que se les parta una uña, ni se les caiga el dedo, ni la mano ni se van a morir de cansancio. No se van a volver más viejos ni van a perder la vida.

Más bien deben mirarlo como una alternativa de recreación y buena actitud ciudadana. Es mejor votar y no sólo quejarnos.

Los politiqueros y los políticos no deben tenerla fácil. Deben sudarla y siempre demostrar que se merecen el voto.

Jorge Enrique Hernández

Abogado. Monteriano. Director de la página web Movilidad Total, en la cual publico blogs sobre Movilidad y Tránsito. Interesado en los temas políticos a su alcance. Candidato al Concejo Municipal de Montería.

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