¡Violencia Total!

“Gustavo Petro, presidente de Colombia, no está gobernando para el país sino para los criminales, mientras ofrece mesas de negociación a terroristas el pueblo se encuentra amenazado y atemorizado. Prometió una “Paz Total” y convirtió al país en uno con una VIOLENCIA TOTAL”


En la madrugada del miércoles 29 de marzo cuando la mayoría del pueblo colombiano estaba descansando para iniciar un nuevo día laboral y escolar, el grupo narcoterrorista del ELN asesinó a 9 soldados de la Patria y dejó a varios uniformados más heridos tras un ataque con artefactos explosivos y acribillados con ráfagas de fusil. Fue un ataque a mansalva, los soldados cumplían con su deber constitucional y legal de proteger el territorio nacional cuando fueron asesinados.

Colombia vive uno de sus momentos más oscuros en materia de seguridad, los grupos terroristas creen de nuevo que tienen el control del territorio colombiano o lo tratan de tomar ante la incompetencia y frivolidad del gobierno nacional que en vez de combatir las estructuras criminales les ofrece con mano tendida y alfombra roja negociaciones de paz sin ninguna condición. El gobierno Petro les entregó a los grupos terroristas el territorio y dejó a los colombianos, civiles y militares, a su suerte.

La violencia en Colombia no cesa desde el inicio de la presidencia de Gustavo Petro, es más, los índices de violencia han aumentado, en lo que va corrido del gobierno y sobre todo después del cese “bilateral” del fuego anunciado por Twitter, van más de 30 masacres en todo el país, no ha habido incautación de droga, los cultivos ilícitos siguen en aumento y hay más de 1.000 órdenes de captura represadas. Total que el gobierno nacional dejó de ejercer sus funciones frente a la seguridad interna del país y son los criminales quienes se tomaron las calles, los pueblos y los campos de Colombia ante la mirada risueña del presidente y de sus áulicos en el gobierno y el Congreso.

Matan a nuestros militares, aterrorizan a la población civil, Colombia es una gran fábrica de cocaína, y el gobierno le dice al país de forma descarada que “vamos bien”, no ha existido en la historia de Colombia un gobierno más cínico y miope que el de Petro que niega la gravedad de la situación de orden público en el país. El TERRORISMO se está adueñando de Colombia, inclusive igualando la época de los años 90 en donde el país vivía a expensas de lo que dijeran e hicieren los grupos narcoterroristas.

Una nación no puede salir adelante si el eje fundamental que es la seguridad se ha dejado de lado como en Colombia sucede. A través de los años y después de haber vivido una época sangrienta donde los carteles del narcotráfico, las guerrillas y los paramilitares se tomaron el país a sangre y fuego, Colombia volvió a vivir lo mismo y de una manera más intensa. Recordamos cómo en varias telenovelas y series mostraban el horror de esos grupos cuando tenían sometido al pueblo colombiano, veíamos en la televisión como algo que pertenecía a la historia, una forma de recordar sin olvidar para no repetir, pero creo que estábamos equivocados. Colombia volvió a la era del terror.

La mayoría de Colombia votó por Gustavo Petro creyendo que “cambiaría” el rumbo del país, que seria más seguro, más próspero, más equitativo, sin violencia, sin desempleo, sin corrupción, con una visión de esperanza y renovación, pero lo cierto es que a casi 8 meses de mandato el país va de caída, va hacia el abismo, sin rumbo fijo, Colombia vive un experimento que está ocasionando una gran catástrofe. Lo cierto es que el pueblo eligió mal y está viviendo las consecuencias de esa mala decisión.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, no está gobernando para el país sino para los criminales, mientras ofrece mesas de negociación a terroristas el pueblo se encuentra amenazado y atemorizado. Prometió una “Paz Total” y convirtió al país en uno con una VIOLENCIA TOTAL.


 

Aldumar Forero Orjuela

Joven oriundo de Bogotá D.C. Nacido en 1998, de familia conservadora, se ha adherido a las ideas del liberalismo que aboga por el respeto a la vida, la libertad y la propiedad como los valores más importantes de una sociedad.

Economista de la Universidad de La Salle. Con diplomados en cultura democrática y juventud constructora de paz.

Ha sido columnista en varios medios digitales de opinión y actualmente es columnista en Al Poniente.

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