Vías, sinónimo de desarrollo

“El reto está, en que en el campo podamos imaginar y construir unas vías de primer nivel que potencien la economía agrícola, el turismo y la valorización de la propiedad”.


Para las personas que viven en las ciudades y cascos urbanos, las vías pavimentadas y en buen estado se vuelven parte del paisaje, así como muchos servicios básicos como acueducto, alcantarillado, gas domiciliario y recolección de basuras; servicios que hasta principios de siglo eran toda una novedad. Recuerdo cuando visitaba la casa de mi abuela materna en Betania, que teniendo su casa prácticamente en el parque principal del municipio, siempre tenía la costumbre, adoptada de vivir casi toda su vida en el campo -y creo que aún la mantiene- de mantener una vasenilla debajo de la cama para orinar cuando era muy tarde en la noche o apenas entraba el amanecer.

No hay duda, los servicios públicos han ayudado a mejorar la calidad de vida de las personas, sobre todo, las que viven en los centros urbanos. En la ruralidad todavía se sienten los rezagos y esa es una de las razones, por las que las personas del campo deciden irse para las ciudades, sin dejar de lado otras variables como el desplazamiento forzado por la violencia.

Precisamente, las vías en buen estado son un servicio que permite la conectividad y la competitividad de las comunidades y que fortalece sectores económicos como el turístico, agropecuario, logístico e incluso de servicios. Por eso, en el imaginario colectivo, cuando nos hablan de vías, pensamos también en desarrollo. En la ruralidad, las vías aún son una primera necesidad. No es común encontrar vías rurales pavimentadas y en invierno los accesos se vuelven casi que imposibles impidiendo el normal tránsito de las personas y de los productos agropecuarios que venden los campesinos. De esa manera, es imposible ser competitivos.

Celebro que la actual Alcaldía de Jericó tenga dentro de sus prioridades en el marco del plan de desarrollo municipal 2020 – 2023 el mejoramiento de las vías del municipio, particularmente las rurales. Hoy se ven con buenos ojos, como el único corregimiento del municipio, Palocabildo, pronto tendrá una vía pavimentada para que cualquier tipo de vehículo pueda transitar sin problema desde el casco urbano hasta el corregimiento; asimismo se le está haciendo énfasis a otras vías veredales como La Cabaña y El Zacatín. Con este tipo de obras, no solo se mejora la calidad de vida de las personas que habitan la ruralidad, sino que también se pueden desarrollar otros destinos turísticos que dinamicen la economía.

Vías en buen estado son sinónimo de desarrollo y orgullo. Como antioqueños sacamos pecho por las últimas obras de infraestructura vial que recién inauguramos: Túnel de Oriente, las 4G para llegar más cerca de Medellín al suroeste antioqueño con imponentes puentes, túneles y dobles calzadas que años atrás parecían que sólo eran posibles en países desarrollados.

Ahora, el reto está, en que en el campo podamos imaginar y construir unas vías de primer nivel que potencien la economía agrícola, el turismo y la valorización de la propiedad. En suma, que dignifique la vida rural.

 

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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