Venezuela, una realidad incómoda

Referirse a Venezuela por estos días, evoca un cúmulo de sensaciones, si se tiene en cuenta que, para la mayoría de nosotros, que crecimos escuchando buenas historias de la gente que encontraba en el país del petróleo, oportunidades de empleo o negocios (que en Colombia sería impensable de lograr), es difícil de creer lo que está pasando hoy en día. Con esto hago referencia a un complejo drama que se viene presentando desde hace varios años y del cual se desconoce su desenlace, al menos en el corto plazo y donde están involucrados tanto colombianos como venezolanos por igual.

Este panorama, que cada día se torna más turbio, para no tratar de ser demasiado trágicos, lo sustentan las cifras que se siguen registrando desde el estallido del fenómeno migratorio que se presenta en la actualidad y que tiene a varios países latinoamericanos en máxima alerta. Según la página web de la plataforma de coordinación para refugiados y migrantes de Venezuela1  han salido hasta el 5 de octubre de 2020 más de 5´490.000 personas de los cuales aproximadamente 763.000 se encuentran en Colombia, lo que equivale al 31%.

La grave crisis socioeconómica que atraviesa el vecino país ya no es un secreto para nadie, pero es un asunto de todos, al punto que para muchos ya es algo normal ver venezolanos en las calles de las principales ciudades no solo de Colombia sino de otros países como Perú y Ecuador pidiendo limosna o deambulando de un lado para otro. Este nuevo escenario, ha obligado inevitablemente a los países latinoamericanos a repensar su política exterior sobre Venezuela, porque más allá de esta coyuntura, se gesta otra que incluso puede ser mucho peor y es justo allí donde recae el foco de este análisis.

Es así que tomando como referencia el enorme poderío que representa el petróleo como fuente energética para la industria moderna, y que también ha sido uno de los principales causantes del efecto invernadero, se busca demostrar la estrecha relación que esto guarda con el estallido de la crisis venezolana más allá del contexto socioeconómico. Si bien el petróleo fue un valioso y al mismo tiempo complejo recurso que visualizó a Venezuela en el sistema internacional, hoy en día el panorama es otro, ya que el régimen que preside el país caribeño, se debate entre las malas decisiones, escases de alimentos, aumento de la pobreza y las sanciones interpuestas por EEUU, dejando a millones de desplazados e incontables problemas a cuestas.

En este sentido, tras la crisis migratoria desatada por la pérdida de la fuerza productiva de Venezuela y las malas prácticas ambientales que por años se han ejecutado en la explotación del petróleo extrapesado, se está llegando a un punto de inflexión que está afectando drásticamente los ecosistemas. Se hace referencia inevitablemente a los pozos o yacimientos de los cuales muchos ya se encuentran en estado de abandono o en precarias condiciones, además de una deteriorada infraestructura que en algún momento fue sinónimo de progreso y desarrollo.

Hay que tener en cuenta que esto está sucediendo en un país con las mayores reservas de petróleo del mundo, lo que lógicamente en términos ambientales genera preocupación. La evidencia más preocupante de la problemática ambiental por los derrames de petróleo y su consecuente mezcla con fuentes de agua se presenta en ciudades y pueblos ubicados en la zona del Golfo de Maracaibo, donde en la ciudad de Cabinas, por ejemplo, se han llegado a presentar filtraciones en las alcantarillas y su posterior afloramiento a la superficie. Además, muchos lugareños, según algunos medios de comunicación como el New York Times, están desmantelando la infraestructura que hace parte de las plantas para venderla por chatarra y así conseguir sustento para sus familias.

Lo peor de todo, es que para un gobierno como el de Nicolás Maduro, esta situación es lo que menos le preocupa, a pesar de la existencia de la legislación ambiental de Venezuela, es bien sabido que casi todos los estamentos de control y administración pública del Estado están subyugados. Así que, en términos generales no es mucho lo que se pueda lograr y los esfuerzos por remediar esta situación son casi nulos. A esto se suma la baja rentabilidad que en estos momentos representa la explotación petrolera venezolana y por la fluctuación de los precios. Así las cosas, el gobierno puede argumentar que no puede hacer nada más por la difícil situación económica y que tiene otras prioridades.

Según lo anterior, la contaminación en los ecosistemas cercanos a los pozos abandonados, está a la orden del día, situación que en unos años más, sino se toman los correctivos necesarios, muy seguramente terminará saliéndose de control y afectando considerables zonas costeras del caribe, a otros ecosistemas, el turismo y por ende la salud de las personas. Esta problemática no solo afecta a las personas que viven en las áreas de influencia de los yacimientos, sino que los países vecinos de Venezuela también están en lista de espera por los efectos a futuro, así que más que conciencia, se necesitan tomar medidas que se materialicen en el corto plazo.

Pero no solo las fuentes de agua son las más vulnerables a contaminarse por los derrames de petróleo u otras sustancias químicas provenientes de los pozos o plantas, la tierra y animales como las aves, también tienen su parte. Por ende, es necesario aclarar que según Celis (2009), el petróleo es un elemento de origen innato, así que, por tener este germen tarde temprano terminará incorporándose a la tierra, a través de un proceso impulsado por microorganismos. Si embargo, esto no es justificación para el grave daño que el petróleo o sus derivados sueltos en las fuentes de agua o en otros componentes puede causar a la biosfera incluyendo por supuesto a los seres humanos.

En conclusión, este escenario, por lo menos en lo que respecta a la parte política, no se esperan grandes cambios en el futuro inmediato dado que, Nicolás Maduro ha dejado claro a través de sus discursos que no cederá el poder al menos por la vía democrática, más aun sabiendo que sus opositores están esperando que dé un paso en falso. En este orden de ideas, y tal como se ha visto hasta ahora, tocará esperar si las organizaciones internacionales toman parte en este asunto. Mientras tanto, y hasta que no haya cambios profundos, Venezuela seguirá reforzando su aspecto de realidad incómoda para varios países de América Latina, ya sea por la agudización de su situación socioeconómica, así como por la crisis ambiental que se avecina.


Bibliografía

  1. Para mayor información consultar https://r4v.info/es/situations/platform

Hidalgo, J. C. (2009). Efectos de los derrames de petróleo sobre los hábitats marinos. Ciencia Ahora24.

Urdaneta, S., Kurmanaev, A. y Herrera, I. (7 de octubre de 2020). Venezuela, que fue una potencia petrolera, llega al fin de una era. The New York Times. Recuperado de https: https://www-nytimes-com.cdn.ampproject.org/c/s/www.nytimes.com/es/2020/10/07/espanol/america-latina/venezuela-petroleo-maduro.amp.html

https://r4v.info/es/situations/platform

 

Juan Monterroza Ch

Nacido en el municipio de Pueblo Nuevo Córdoba el 14 de diciembre de 1985, de familia de finqueros y buenas costumbres de las sabanas de Córdoba y Sucre. Profesional en Relaciones Internacionales y Estudios Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada de Bogotá D.C.

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