Venezuela: La ayuda político-humanitaria

Estamos viviendo y construyendo la historia de la que se va a hablar en 20, 30 o 50 años. Nos encontramos ante el ocaso de la dictadura de Nicolás Maduro. Este es un momento histórico para  Venezuela y para la región latinoamericana. Estamos presenciando la mejor y mayor estrategia para acorralar y dar el primer golpe final a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.

Entre el 22 y 23 de febrero de 2019, con un inicio marcado por el por el concierto Venezuela Aid Live, se formaliza protocolaria y simbólicamente la entrega de ayuda humanitaria de distintos países de la región al gobierno interino y legítimo de Juan Guaidó, y, sobretodo, a la ciudadanía libre venezolana. Quisiera aprovechar este espacio para, explicar la importancia política del concierto y especialmente de la ayuda humanitaria, caracterizada por sus críticos como un show mediatico; y, por el otro, manifestar mi respaldo a estas iniciativas.

No existe tal show mediático. Estamos ante la presión diplomática y política contra el régimen de Nicolás Maduro. La estrategia de ayuda humanitaria es, precisamente, el resultado de la búsqueda de precionar a la dictadura sin realizar una intervención militar internacional.

La ayuda humanitaria es la mejor forma de poner en jaque el gobierno dictatorial de Nicolás Maduro. Tanto si el dictador acepta o niega la entrada de la ayuda humanitaria verá consecuencias negativas para la continuidad de la dictadura. De ahí que la ayuda humanitaria es un arma de doble vía. Permite apoyar a un pueblo sumido en la miseria con insumos básicos y, a la vez, debilita al gobierno causante de dicha situación.

De modo que, negar la ayuda humanitaria como prueba de la desesperación de la dictadura significaría un mensaje contundente para la ciudadanía venezolana: El gobierno venezolano niega medicinas y alimentos a sus ciudadanos. Ello, pues lo anterior implicaría utilizar los miembros de la Guardia Nacional, cuya base hace parte de un pueblo oprimido, para negar el acceso a insumos básicos desde la frontera con Colombia y Brasil. Con la decisión de negar la entrada de la ayuda se obliga a Maduro a poner nuevamente al ejécito a tomar una decisión: ¿Apoyan al pueblo venezolano o a la dictadura?

Evidentemente la estrategia busca generar fisuras entre los soldados y entre los apoyos a Nicolás Maduro. Pero, además, consta de una segunda intención. Consolidar la imagen de Nicolás Maduro como un tirano que oprime a un pueblo en profunda miseria y pobreza.

En caso de permitir la entrada de la ayuda humanitaria estaría legitimando el gobierno interino de Juan Guaidó, a quien jefes de Estado de la región entregaron las ayudas. Si Maduro permite la entrada, en gran beneficiario, además del pueblo en absoluto miseria, sería Guaidó, que se vería legitimado; en oposición a un gobierno que aceptaría que la crisis y el manejo de la situación social se le ha salido de las manos.

¿De qué lado de la historia estamos? Como colombiano quiero respaldar la gestión que ha realizado hasta ahora el Presidente Duque. El cerco diplomático ha arrojado exitosos resultados, empezando por los militares desertores de la dictadura y la construcción de una agenda y discurso público regional en contra de la dictadura.

Hemos llegado al punto de no retorno, la dictadura ha iniciado su fin. Casa paso que dé será el de un totalitario que busca enquistarse en el poder. Pero el respaldo ciudadano, popular y democrático se verá agotado. Cuando la dictadura caiga, la jornada del 23F será recordada.

Quiero que los venezolanos recuperen su hogar. Uno que ha sido usurpado por la dictadura; que se ha afianzado tanto en el poder, que ha corrompido y desmontado las instituciones políticas. Daniel Habif dio una frase que sintetiza mucho la situación Venezolana. Nicolas se pudrió antes de madurar. La dictadura, podrida, de Venezuela está en su fin.

Colombia tiene que prepararse para apoyar a cualquier desertor de las fuerzas militares venezolanas. Para aceptar a los exiliados y dar asilos políticos. Debemos prepararnos para seguir apoyando a los migrantes. Pero, especialmente, debemos continuar liderando el ocaso de la dictadura de Nicolás Maduro. Para que el usurpador deje el poder, el gobierno legítimo recupere el control del país, la ciudadanía sea libre de nuevo y las instituciones democráticas restablecidas. Nicolás, se llegó el fin.