Se sostiene que el nombre proviene del gentilicio popular de los nacidos en la ciudad donde tiene mayor arraigo este género. Según algunos, se trata de un neologismo que nació con los nativos viajeros en mulas, que cuando se les preguntaba en otras tierras de dónde eran, en su decir campesino respondían «Soy nato del Valle», que es como decir «Soy del Valle nato». Saliendo de Medellín, vía virtual, llegamos a la capital del departamento de Cesar.
El departamento poca representación tiene en grupos de investigación en Ciencia y Tecnología según el informe de 2017. Contradictorio por la riqueza antropológica, los asentamientos indígenas, en estribaciones de la sierra Nevada de Santa Marta donde habitan los Arhuacos, Arzarios, Kankuamos, Koguis, Chimilos, Yucos. Aquí lo que más importa es el tema del festival de la leyenda Vallenata, la fiesta de San Roque en Aguachica, San Francisco de Asís en la Paz, la tierra de Jorge Oñate, La Paletilla en Becerri, El festival de música vallenata en guitarra en Codazzi y alguna que otra vez Rock a la plaza y hasta baladas en la fresquería más conocida.
El fútbol es poco practicado profesionalmente y sorprende una medalla de bronce de Oscar Muñoz, taekwondo, en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. La gastronomía en el departamento del Cesar, es el típico sancocho en las orillas del rio Guatapurí, de gran importancia para la cultura vallenata, mencionado en canciones por diferentes compositores. Se destacan los maestros: «Alejo» Duran, Rafael Escalona, Calixto Ochoa, Don Toba, el Binomio de Oro y la inolvidable la «Cacica» Consuelo Araújo Noguera, escritora, gestora cultural del festival.
La fundación del departamento fue el 21 de diciembre de 1967, sancionado por el presidente Carlos Lleras Restrepo y nombrando por decreto como primer gobernador Alfonso López Michelsen. Para el año 1968 empieza el primer festival vallenato. Su área metropolitana la componen: Valledupar, Codazzi, La Paz, Manaure Balcón del Cesar y San Diego. Otros municipios del departamento: Aguachica, Bosconia, Chimichagua, El Copey, San Alberto, Curumaní, El Paso, Pueblo Bello, La Jagua de Ibírico, Chiriguaná, Astrea, San Martín, Pelaya, Pailitas, Gamarra, Río de Oro, Tamalameque, La Gloria, González.
El vallenato es un ritmo que se siente en el alma que lo canta, dice Poncho Zuleta. El vallenato enamora tanto que hasta Joan Manuel Serrat ha venido desde Barcelona, a presenciar los festivales que son parte del patrimonio inmaterial de Colombia. El vallenato se ha expandido por todos los países vecinos como: México, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Perú, Paraguay, Bolivia, Argentina, Chile. El Caribe Colombiano tan extenso y profundo como el vallenato, sus compositores, intérpretes y sus inolvidables voces.
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