La participación ciudadana es lo que puede mostrar cuando un país tiene un buen índice de gobernabilidad democrática, aclaro que este concepto es subjetivo.
Cabe resaltar que en Colombia existen diferentes tipos de participación ciudadana, tales como: la rendición de cuentas, el plebiscito, el referendo, entre otros. Todos estos a través del voto, como herramienta para ejercer los mecanismos anteriormente nombrados.
Es preocupante que cuando se pregunta a las personas sobre los mecanismos de participación ciudadana, especialmente a los jóvenes, no sepan y en ocasiones crean que no son importantes.
Esta columna quiere resaltar el trabajo hecho por la organizaciones que a través del Banco de Iniciativas para la Democracia Participativa (concurso BIP) capacitaron a niños y jóvenes de Colombia, de diferentes regiones como La Guajira, Meta, Cauca, Cundinamarca, entre otras.
Pero ¿Que es el BIP? Podemos decir que se constituye como una herramienta para la asignación democrática y participativa de los recursos públicos. Esto con el fin de promover el fortalecimiento de la democracia y garantizar la participación de la sociedad civil, los derechos y deberes electorales y facilitar el acceso a oportunidades, a las organizaciones comunales, sociales y comunitarias que velan por el bienestar de sus comunidades.
A partir de esto nombramos a organizaciones como JCI Wayma, CEENIUG, Asodisba, Fundación Alcanzando Sueños, Fundación Argelia, y otras tantas a nivel nacional que asumieron la responsabilidad de llegar a comunidades indígenas y rurales en donde se refleja la poca participación ciudadana. Por su parte JCI Wayma se enfocó en la inclusión social, concentrándose en la implementación de estrategias para vincular activamente grupos étnicos en procesos de participación ciudadana.
Basándose en que las comunidades indígenas en el departamento de La Guajira denotan una baja participación en espacios de diálogos y concentración relacionadas con su propio desarrollo, lo que hace necesario la generación de iniciativas acordes con la generación de respuestas que permitan una inclusión social efectiva y que a su vez los haga participes de la construcción de sus propias soluciones, partiendo inicialmente desde la niñez y la adolescencia, reconociéndolos como potenciales ciudadanos activos. En esta iniciativa se propone una metodología de acción participativa bajo un enfoque diferencial.
CEENIUG, por su parte, se dirigió a zonas en el distrito cultural y turístico de Riohacha, zonas como La Lucha y el Dividivi; comunidades rezagadas por la delincuencia, abandono y poca participación en los procesos democráticos. Con el proyecto “Me identifico y participo”, capacitaron a jóvenes entre los 14 y 18 años de edad con respecto a temas de fortalecimiento de gobernabilidad en una población, generando un impacto significativo, pues los jóvenes aceptaron esto y asumieron el reto de tomar la batuta del cambio en sus comunidades.
Así como estas dos organizaciones generaron un excelente impacto, es de saber que las demás a nivel nacional fueron igual de exitosas.
Esto es la otra cara de la política que pocos conocen; proyectos que en vez de especificar por quién votar, enseñan como deben hacerlo y como exigirle a sus gobernantes cuando vean que su integridad como población está siendo vulnerado.
Por último, los colombianos debemos seguir aprovechando estos espacios para ser generadores de cambios, y que el gobierno siga financiando proyectos como este que enamoran a los jóvenes de la verdadera política, generando una gran campaña con un gran resultado.