Una charla incómoda: la necesidad de la educación sexual en Colombia

“La realidad es que la educación sexual tiene el potencial de ser una herramienta para crear una mejor ciudadanía”


En relación con el pasado 28 de septiembre, Día internacional por el aborto libre, legal y seguro, exploré varias de las plataformas que realizan campañas y ejercicios de pedagogía sobre el tema, gracias a esto, reflexioné sobre el hecho que no solo se está educando sobre el tema del aborto y lo  perjudicial que hay alrededor de la penalización; un tema que, por otro lado, pienso que debería ser algo básico y lógico, siendo su cuerpo, y por lo tanto su decisión, no tendría que ser penalizado, todo lo contrario, deberían existir las mismas garantías, tanto en el caso de querer parir, como en los casos en que no.

No obstante, en estas plataformas hay una realidad, y es que allí también se realiza pedagogía, en términos generales, sobre la educación sexual, un tema que además de no poder ser desligado del tema del aborto, termina por ser una necesidad para mejorar el bienestar de la ciudadanía, sobre todo en Colombia.

Es una ventaja, pero también señal de una problemática, que la posibilidad de recibir educación sexual, sobre todo en la población juvenil, esté más en el internet que en sus espacios cercanos, como lo serían la familia o su respectiva institución educativa, en caso de que estén en una.

Con esto no quiero decir que la información pedagógica que está en el internet sea negativa, todo lo contrario, sin embargo, hay que tomar en cuenta que no todos los jóvenes tienen acceso a redes sociales, además, el contenido que allí se encuentra puede que esté o no  esté regularizado, de forma que existe la posibilidad que el primer contacto que el chico o la chica tenga con la educación sexual sea la pornografía, la cual claramente no está creada ni enfocada hacia la educación sexual , sino hacia el entretenimiento y consumo, de manera que no es constructivo en este sentido, ni intenta serlo.

En esta línea, es preocupante que en Colombia la política pública sobre la educación sexual, si bien se puede considerar una de las más avanzadas en América Latina, no está expresada en la realidad cotidiana, orillando a que el primer contacto que los jóvenes tengan con la educación sexual sea a través de internet, sin una guía u orientación adecuadas.

Esto se debe a que alrededor del tema de la educación sexual, en la sociedad colombiana, existe una especie de analfabetismo y tabú, resultado de un pensamiento retrógrado que se basa en corrientes conservadores, y no solo de los niños, niñas y adolescentes, sino también de las generaciones de sus padres y sus abuelos, puesto que la mayoría de la educación sexual que ellos obtuvieron fue «empírica”, y que pudo haber estado sesgada o limitada tanto por un sentido de tabú como por creencias religiosas.

En muchos casos, cuando se intentan realizar espacios de pedagogía, como lo hacen algunos de los educadores en los espacios académicos de las escuelas y colegios, saben de antemano que se enfrentarán a muchos obstáculos, puesto que el desconocimiento del tema puede llevar tanto a padres como a estudiantes a tener dudas, reparos e incluso miedo u odio con respecto a los diferentes talleres o clases que se pudieran realizar.

La realidad es que la educación sexual tiene el potencial de ser una herramienta para crear una mejor ciudadanía, puesto que implica fundamentalmente el conocimiento, la guía y en últimas, una ayuda para el desarrollo óptimo de un aspecto pilar dentro de la personalidad como lo es la sexualidad, no obstante, lo que tendría que ser un derecho de fácil acceso, sobre todo en las poblaciones más jóvenes, está siendo reemplazados por el desconocimiento o la guía en base a creencias religiosas o incluso políticas, las cuales acarrean sesgos, los cuales resultan perjudiciales para una educación óptima e íntegra de la persona.

La educación sexual se tiene que volver algo cotidiano dentro del sistema educativo nacional, más aún cuando existe una tendencia dentro de la juventud de iniciar su vida sexual a más temprana edad, de manera que estas herramientas, que en la mayoría de los casos no se pueden brindar, resultarían vitales en muchos aspectos, por ejemplo, el fenómeno del embarazo no deseado, las enfermedades de transmisión sexual (ETS), o incluso, casos donde la persona, por desconocimiento o falta de instrucción sobre su cuerpo y sus derechos, no sabe cómo identificar, responder, reaccionar o pedir ayuda en caso de ser blanco de acoso o abuso sexual, en cualquiera de sus formas.

Apelo aquí no solo por la necesidad de admitir que la educación sexual es fundamental, sino también que debe ser aplicada desde una estrategia multifocal, es decir, si bien el contacto y el desarrollo de la pedagogía recae en los agentes educativos de la sociedad y en los núcleos familiares con relación a los niños, niñas y adolescentes, también se debe tomar en cuenta la instrucción para los educadores sobre qué y cómo impartir estos temas dentro del adelanto su formación superior, además de incluir espacios en específico, para cualquier persona que quiera instruirse en estos temas y no lo haya hecho, entendiendo que en el país, el acceso a este tipo de educación es precario.

Como muchas cosas en Colombia, todo se queda en el papel, sin embargo, no solo debemos resaltar a las personas que hacen un esfuerzo porque esto cambie, sino que de la misma forma hay que apoyar y enriquecer estos espacios, mientras se exige y se ayuda en la construcción de una estrategia formal que permita que la educación sexual en Colombia llegue a todas las personas.

Esto está más allá de un pensamiento político o religioso, es un derecho al cual todos deberíamos tener acceso, para crear una ciudadanía con un bienestar mayor que esté fundamentado en las herramientas y en el entendimiento sí mismo y de sus pares.


Julián Camilo Merchán Jiménez

Soy estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional, desde esta columna busco analizar un posible cambio en las acciones y orientaciones de los partidos del sistema político nacional, tanto la causalidad como sus consecuencias y posibilidades potenciales.

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