Un nuevo elogio a la idiotez

Estudiar, vale la pena, se equivoca el personaje denominado “La liendra.” Hay  fenómenos muy particulares de carácter social, científico, económico, ético, biológico e incluso existencial, que únicamente se entienden a la luz de la razón”


Con el paso del tiempo, el devenir académico ha marcado nuevas rutas de pensamiento alrededor del ser humano, su aspecto ontológico e incluso antropológico se ven obligados a una perspectiva multicultural mediada por los avances de la ciencia, en especial cuando el ser humano es puesto en el  eje de la globalización y en los desafíos que están inmersos en el campo de la modernidad, con especial énfasis en el análisis tácito de la información difusa que se presentan en los medios como las redes sociales. Por tal razón debemos considerar que la reflexión real sobre estudiar o no estudiar debe ser abordada de manera objetiva e interdisciplinar,  y es allí donde el criterio basado en la razón debe superar la idiotez de los “expertos consultores” como el personaje insípido que menosprecia el estudio como la capacidad más cercana para alcanzar el éxito. Veo con gran preocupación como en los medios la dinamización de la pluralidad del hombre se aleja de “la diversidad de lo humano en cuanto tal” (Aguilar) y es preferible el menor esfuerzo al ejercicio disciplinado de conocer las realidades desde los métodos y las posibilidades del conocimiento.

Cabe preguntarse ¿Por qué es importante educar en el amor por el conocimiento?, y ¿cómo el conocimiento lleva a la superación personal y profesional del sujeto?. La respuesta se remite a una crítica directa a los que están ahogados en la moda de las intersubjetividades, influencers que están llevando a esta generación a un elogio de la idiotez radical, con sus mensajes vacíos y carentes de juicios razonables. Es urgente que las escuelas, las familias y demás actores sociales, en especial la academia contribuyan al debate de volver a la esencia de la ciencia para poder dignificar el saber desde una categoría de conocer (estudiar), dicho de otra forma una experiencia humilde sobre el escapar de la idiotez

En esta razón las acciones propias para esta generación  de influencers, donde carece el criterio y se enaltece lo fácil como principio existencial, debemos buscar un fortalecimiento de la vida académica desde la individualidad y la colectividad como elemento primordial en las personas, ya que mediante la aspiración del poder estudiar,  podremos, en cuanto a decisiones de la superación personal, «establecer límites entre lo normal y lo anormal, entre lo natural y lo artificial,”  (Freitas) entre la idiotez y la razón

Estudiar, vale la pena, se equivoca el personaje denominado “La liendra.” Hay  fenómenos muy particulares, de carácter social, científico, económico, ético, biológico e incluso existencial, que únicamente se entienden a la luz de la razón y hacen parte de una praxis filosófica que solo se entenderán en una pequeña medida si nos acercamos al conocimiento de las verdades. Darle estatus al ciudadano del mañana solo se logra en la tarea nominalista de leer, analizar, escribir y superar la abstracción de las ciencias aplicadas y las denominadas ciencias sociales. Por lo cual, limitar esta responsabilidad social  a una realidad de tantas que se conciben en el mundo de los influencers  es mostrar que este escenario no ha superado la intersubjetividad y se han quedado en la caverna en la toma de decisiones. Más bien podríamos retar a estos personajes para que se piensen como una antropología para el siglo XXI, donde podamos desde la virtud representar la ilusión de nebulosas utopías humanas”. (Freitas)

Sergio Augusto Cardona Godoy

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