Era 2015, Pereira hastiada del régimen de Soto decidió que era momento de dar la vuelta, y de bajar la inercia de las maquinarias. Fue así como el ingente descontento terminó eligiendo a Juan Pablo un joven pereirano que se preparaba para ser Alcalde. Me emocionaba la idea de recuperar la economía de la región, sin debilitar la inversión social y sin la venta de activos del Municipio.
A esa campaña me acerqué en un evento público, un día en que sembrarían un árbol, y en que Gallo recibiera la bendición de una Senadora, bajo los principios que ÉL decía defender. Fue ahí donde logré ingresar a un chat llamado CAMBIO, donde me enteraría de las actividades y que luego de encontrarlo improductivo. Con el ánimo de aportar mi conocimiento a la campaña, me contacté con la encargada del grupo de Comunicaciones, a quien presentaría una propuesta técnica para ingresar.
La victoria fue contundente, reafirmando el deseo ciudadano. Fue en enero de 2016, cuando conocí mi roll en la Alcaldía, el de monitoreo de medios, cuyo fin ha sido determinar las temáticas de más trascendencia de momento en la ciudad, y de presentarlas mediante estadísticas de apoyo a la toma de decisiones.
En su Alcaldía, la infraestructura empezó a mejorar, no así ocurrió con el desarrollo social de la ciudad que en cambio empezó a decaer, con algunos culpables a la vista, la casa Meregh a quien le fuera entregada dicha secretaria como componenda por el apoyo en campaña, con libertad administrativa, desencadenando el famoso escándalo del Adulto Mayor. Sin embargo, como si no hubiera sido suficiente el arresto al ex secretario Lemus, por el robo los dineros del Adulto Mayor, fue nombrada Karen Zape en su lugar, de los Meregh, como si nada hubiera pasado. Ese fue el primer campanazo de alerta, el precio que había tenido que pagar el Alcalde para llegar a serlo.
Poco compartía con el Alcalde, casi exclusivamente en las reuniones de trabajo dada mi naturaleza emprendedora, donde no perdía la ocasión para presentarle alguna propuesta técnica, de apoyo a la gestión pública, aunque siempre fueran rechazadas, pues según él, me desconcentrarían del trabajo. Yo no entendía el porqué de la negativa, cuando eran ideas de aporte a la ciudad, viables y auto sostenibles; sólo hasta que entendí que se estaba repitiendo la historia, y que todo tenía dueño, que la contratación en alguna medida, dependía del grado de amistad con el Alcalde, o de prácticas irregulares, que hoy están en poder de la justicia y que llevaron a su suspensión.
Fue en un comité de garantías electorales luego de las declaraciones de un candidato sobre participación en política del Alcalde, que llegó a manos de la Fiscalía General de la Nación, aperturando investigación penal. Por esas fechas conocí al veedor ciudadano, quien escuchó mi denuncia acerca de Kontacto, entre otras denuncias; aplicación usada por la campaña de Maya para constreñir al elector, y quien me acercara a un investigador de la Fiscalía, quien pudo conocer mi testimonio del ilícito.
Pocos días de la primera declaración, recibí una llamada de la Alcaldía. De inmediato vino a mi mente una plática reciente con un contratista, donde me preguntaba si ya me habían llamado de la Alcaldía; entendí que se trataba del mismo hecho, y acepté ir a la reunión.
Con miedo y sin la experiencia, consciente que no podría ingresar mi celular, llevé 2, uno de ellos oculto, mientras el otro me fuera retirado como suponía. Yo no era el único en la lista, al parecer quienes estaban en sala de espera, en la fila, y la gente que entraba y salía del despacho habrían sido llamados para temas similares. Mientras lo esperaba, el Alcalde se sentó a atender a una persona, al parecer candidato al concejo, pidiéndole a su esposa vía telefónica que le ayudara. Para romper el hielo y evitar introducir juicios de valor, comenté temas en común, temas de oficina, mientras iniciaba el dialogo. El Alcalde, aunque parecía escuchar, se mostraba acucioso porque yo lo escuchara a él, fue ahí cuando no desaprovechó cada pausa, y mientras consultaba con una funcionaria, para reprenderme y sermonearme por no haber diligenciado los referidos para sus candidatos; yo simplemente le escuché y terminé afirmando que lo haría. En ese momento nos levantamos y me dirigió a la sala de juntas, donde se encontraban en una mesa unas 5 personas, de las cuales 3 me tomaron los datos y me indicaron que los candidatos de los cuales el Alcalde me había hablado me llamarían. Ya iba de salida, no sin antes pasar al Despacho de nuevo, donde el Ingeniero Ruano, encargado de habilitar la aplicación y de entregar planillas me solicitaba, para indicarme como diligenciar un “marica referido”, mientras me retiraba una planilla, que minutos antes me había proporcionado, según él por mi afinidad a lo digital.
Yo había prometido compartir lo que conocía a la justicia, por lo que ahora indignado y consciente de la gravedad de los hechos, continué con el proceso. En ese sentido las llamadas que luego recibí, los chats, y las pocas reuniones a las que fui evidenciaron que habían convertido la Alcaldía, en aquello que tanto el Alcalde habían criticado, una empresa electoral, donde Bonilla, funcionario de planeación, se encargaba de habilitar la aplicación, en secretaría privada de la Alcaldía se recibían los referidos en formato planilla, como me había advertido sin querer un candidato al concejo del Alcalde, consciente del delito, en concierto con Ruano y Jhonny.
Yo ya había vivido un hecho similar, en la Gobernación de Risaralda, donde logré tener un espacio vía propuesta, a pesar de que también me fueran requeridos referidos, aunque aquella vez fue una reunión sorpresa y sin celular, impidiendo grabar, razón principal para mi renuncia en aquellas fechas, además de la presión laboral.
Si bien las pruebas estaban en poder de la Fiscalía, aún había una acción contundente, que evidenciaría las irregularidades en la contienda regional; fue así como en espacio de un foro de un medio Nacional le fuera entregado un audio, que evidenciaba delitos electorales, incluso penales. Y aunque se pidió anonimato en la denuncia, mi nombre fue revelado, en circunstancias que aún hoy desconozco, perjudicando mi seguridad.
Bastaron 3 días para que la Procuraduría General de la Nación, a través de la regional, recaudara elementos para complementar la denuncia que cruzada con otras similares terminaría por separar al Alcalde de su cargo. Su defensa se basó en victimizarse, acudiendo a la lástima mientras me señalaba de ser amigo suyo, con el fin de atenuar la culpa y aislar el evento. Esto derivó en amenazas de muerte, y algunos cazafortunas divulgando pasquines con imágenes mías, obtenidas de forma ilícita.
Sin embargo, este proceso es de lejos aislado, ya que vincula unas 56 mil personas entre referidos, funcionarios públicos y contratistas, como demostró Cuestión Pública a partir del informe forense presentado por Qurium y el recurso audiovisual publicado por La Cola de Rata, donde se demuestra la ilegalidad del sistema denominado Kontacto consentido por Carlos Maya y el suspendido Alcalde.
Esperamos que haya justicia y que un mensaje de un ex Presidente, a todas luces de carácter político, no termine amedrentando a la justicia e impidiendo que actúe en derecho en un proceso que aunque frecuente en las elecciones de nuestro país, es ilícito, y debe parar. Las elecciones deben ser libres.