Treintañez

Con hambre, llena de desespero se sienta ella en la ventana, frente al humo de su cigarrillo que no la deja ver con claridad, con una mirada inocente que se pierde con la crudeza de su  sentado y la posición de sus brazos, observa como el caminar del que pasa le crea una historia nueva que contar  para hacerla suya.

 

Su mirada se pierde y se deleita al verla jugar detrás de los árboles de concreto con sus muñecas despeinadas con tan solo 5 años y  creando un universo paralelo en el que existe solo quien ella observa y tratando de atravesar la barrera de lo sobrenatural, hace completamente suya la historia y evoca esos momentos en los que existían solo sus muñecas de trapo y en lo que el pegote del dulce en sus manos  se convertía en crema perfumada  por el anhelo de ser una mujer, en la espera de esos príncipes azules que ella sabía que llegarían, esos elogios por esos hombre de porcelana que se grietan con el tiempo, pero que a primera impresión son una escultura perfecta.

 

Ahí mientras se consumía su cigarrillo, mientras evocaba y mientras el sonar del tráfico de la ruidosa tarde sonaba ella solo escuchaba el rugir de sus pulmones que aspiraban un cigarrillo barato y mientras salía de sus recuerdos que no sabía si existían o era simplemente un desespero de querer reversar el tiempo; llega la realidad.

 

Esa edad en la que toca dejar de lado las muñecas ,mirar al frente y entender que este es el momento cúspide de su vida en que toca ser lo más productivo posible y que para serlo hay que generar montañas de dinero, títulos académicos que la harán una mujer independiente, y atractiva para cualquier príncipe así no sea azul, llenar de orgullo a personas que dieron todo por ella, pero que desde el principio la han invadido de superación propia y que por alguna razón extraña siente que lo hace todo por ellos aun a sabiendas que la vida es solo de ella, que la realización y el éxito es una ambrosia que solo quien la tiene conoce su sabor.

 

Dar, recibir ¿para qué?  Si el solo hecho de hacer y sentir ya llenan el alma y cuando ella está llena el hambre desaparece en su alrededor porque su resplandor es tan atosigante que sacia a todo el que comparte su alma con ella; las ganas de reversar el tiempo de hacer que el reloj gire en sentido contrario no cambiaran su treintañez pero si mantendrán despierta su inocencia sus ganas de explorar como aquella que ella  observa y que la devuelve 25 años atrás.

[author] [author_image timthumb=’on’]https://fbcdn-sphotos-f-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xfp1/t1.0-9/10489758_1452707611653766_1928709471960845853_n.jpg[/author_image] [author_info]Luisa Fernanda Ramirez 29 años, estudiante de administración de empresas UNIVERSIDAD SAN MARTÍN, tecnologa en gestión financiera TECNOLÓGICO DE ANTIOQUIA, técnica en gestión bancaria SENA trabajo en el sector financiero. Escritora inexperta pero escribo con el corazón. [/author_info] [/author]

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