Y es muy distinto hablar de identidad común, como la del Pacto Histórico y sectores de izquierda, a hablar de intereses comunes, como los que deben convocarnos a todos los colombianos, de todos los credos, colores e identidades políticas.
En las elecciones presidenciales, muchos despreciaban a quienes hablaban de trabajar en equipo y hacer acuerdos con todos los sectores. Lo veían como sospechoso, corrupto y hasta criminal. Ahora Petro, quien creció en gran parte por el apoyo de sentimientos antiuribistas, no solo se acerca a Uribe sino a múltiples sectores de la política, incluso de la tradicional.
No lo recrimino. Esta es una muestra de que las campañas se gestionan con la emoción y los gobiernos se construyen con la razón. Un verdadero acuerdo nacional y democrático como el que se está proponiendo hace tantos años, no se logra jamás imponiendo una sola identidad política (“la correcta”), sobre todas las demás (“las equivocadas”). Un acuerdo de país se consigue deliberando, participando y negociando con múltiples identidades políticas.
Y es muy distinto hablar de identidad común, como la del Pacto Histórico y sectores de izquierda, a hablar de intereses comunes, como los que deben convocarnos a todos los colombianos, de todos los credos, colores e identidades políticas. La buena sociedad, los acuerdos nacionales y la búsqueda de un destino compartido, solo se logran sobre la diversidad de identidades. Eso es verdaderamente democracia. Imponer una sola identidad política, es una tiranía.
Colombia es sola una, por eso creo que hay tiempo para competir y tiempo para cooperar. Hay tiempo para defender las convicciones y tiempo para hacer acuerdos. La verdadera paz y el verdadero cambio está en encontrarnos y debatir provechosamente, en unirnos sobre lo fundamental en medio de las diferencias. Ante los gobiernos no ser unánimes ni opositores radicales, pero sí independientes, sensatos y responsables con el futuro de Colombia.
Comentar