TERCERA A LA PAZ

Cuando parecían que las esperanzas de un proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional, alias ELN, se habían esfumado, que se transformarían en un apoyo militar al alicaído chavismo en Venezuela, surgió en días pasados un acontecimiento que si bien da esperanzas de pacificación, es mejor ser escépticos y esperar a que se den los resultados; en Caracas (lugar menos indicado para iniciar un proceso de paz), se reunieron delegados del Gobierno Nacional (encabezados por Frank Pearl) y los amigos del Cura Camilo Torres (encabezados por el ortodoxo y arrogante Antonio García), para firmar un compromiso de inicio de Diálogos de Paz, el cual tendría varias sedes (Ecuador, Brasil, Chile, Venezuela, Cuba, y el apoyo de Noruega). Luego, el presidente Nicolás Maduro (quien cada día está más cerca de ser despedido de su cargo, debido a su ineptitud política, lo mismo que su compadre Diosdado Cabello) recibió a ambas delegaciones, como queriendo demostrar que aún pueden aportar algo, aparte de problemas, pero ese cuento ni el mismo Hugo Chávez desde el más allá, les cree. Incluso, ya habría una fecha tentativa para inicios de trabajos públicos en la primera semana de mayo, con sede Quito (Ecuador).

Para entender este proceso que inicia, el cual es más complejo que el de las Farc, es necesario tener claras ciertas cosas: Primero, en la columna Paz Elénica (09/12/2014), se escribió el siguiente párrafo: “Pero hay que ser optimistas y creer que puede haber algo positivo, eso sí, haciendo los siguientes interrogantes: ¿pedirán perdón por las víctimas ocasionadas?, ¿plantearán por lo menos planes para recuperación ambiental de las zonas afectadas por sus acciones?, ¿respetarán a los campesinos, minorías étnicas y sus tierras?, ¿renunciarán al narcotráfico y ciertas alianzas peligrosas? Lo más probable es que el COCE deba admitir su oleodependencia y farcoadicción. Si no los tuviesen, no existirían”. Este grupo guerrillero, pese a tener menos tropas e infraestructura que la guardia pretoriana de Timochenko e Iván Marquez, tienen un marco político, lleno de acertijos que se mezclan entre el leninismo y el maoísmo, sumándole la arrogancia sotánica de varios de sus jefes, quienes fueron curitas ahí y bajo la justificación de la Teología de la Liberación de Leonardo Boff, dejaron sus comodidades (pero con los bolsillos llenos) y se fueron al monte a pelear una supuesta igualdad social, cuando en realidad destrozaron familias, le hicieron daños irreparables al Medio Ambiente y al Desarrollo Sostenible, incluso, agredieron a sus propios familiares quienes no compartían sus propósitos nada nobles (que nunca justificarán levantarse ilegalmente en armas). Ah, y sus excentricidades (para la muestra, la historia de Gerardo Bermúdez alias Francisco Galán).

Segundo. La idolatría a Camilo Torres, no el prócer de la independencia. Sino, el curita proveniente de una familia, estrato 1000, o sea, un hijo de papi de la década de los cuarentas; un hombre de elocuencia magnífica, muy conocedor de temas políticos y culturales. Incluso, dictaba clases de Catequesis en entidades gubernamentales y militares, tenía sus palancas, y generaba polarización en un país que ya vivía bajo el terror de la violencia bipartidista. Un día, Camilo sintió que su vida play no le traía satisfacciones personales (tal vez porque se encontraba atado a una sotana) y decidió irse por el camino equivocado (las armas ilegales), y junto con Domingo Laín, emigraron a tierras santandereanas y antioqueñas a preparar la lucha armada. Pero la ingenuidad le jugó una pésima jugada: en la primera batalla que tuvo contra las Fuerzas Militares, encabezadas por Álvaro Valencia Tovar, el Cura Camilo cayó abatido en 1966, y ahí los ideales de los elenos empezaron a caer para pasar al terreno del secuestro, la extorsión, los atentados, el reclutamiento forzoso, y el miserable desplazamiento de la población, que no tiene la culpa de este absurdo conflicto colombiano.

Tercero. El chapetón Manuel Pérez, más conocido como el Cura Pérez. Llegó a finales de los sesentas a Colombia, sin saberse el motivo real; como no le hicieron reverencias de virrey en ninguna parte, decidió unirse al grupo guerrillero para darle rienda suelta a su anticolombianismo. Dicen que diseñó las extorsiones y los atentados contra la infraestructura petrolera, y se vanagloriaba de los daños antiambientales y antisostenibles que provocaba, porque según su ideología y egolatría, el país no debería existir. Incluso, en su lecho de muerte por hepatitis C, dicen ciertas lenguas, maldijo al país, a su flora y fauna, no se arrepintió de nada, y se burló de los colombianos, incluso de los mismos guerrilleros que estaban a su lado.

Se apoya el Proceso de Paz con el ELN, que tarde o temprano deberá confluir con el que se lleva a cabo con las FARC, pero es mejor estar preparados a un camino lleno de espinas y venenos, incluso, que podrían pasar del 7 de agosto de 2018.

PD1: ¿Será que ciertos colombianos (políticos, banqueros, hombres de negocios) que aparecen en los documentos de Panama Pappers, bloquean la posibilidad de un acuerdo bilateral de cooperación tributaria? Allá, como que sigue mandando Manuel Antonio Noriega.

PD2: Excelente Noticia la aprobación por parte de la Corte Constitucional del Matrimonio Igualitario. Se hizo Justicia.