Supina ignorancia

De “supina ignorancia”, califico el trino de Gustavo Bolívar –segundo al mando del petrismo– acerca del expresidente de la Corte Suprema de Justicia: el Sr. Jaime Arrubla.

El post en cuestión señalaba, supuestamente, a una irregularidad en los tiempos y forma de selección al nuevo fiscal general, ya que “se quiebra la institucionalidad”. Magistralmente, el expresidente de dicha corporación explicó que no existía tal irregularidad ni quiebra la institucionalidad, debido a que existe una ley que encarga al vicefiscal en turno, para así, evitar que el ente acusador quede acéfalo (ver Video AQUÍ).

Aunque, hablando claro y castizo, a Bolívar –como a la mayoría de la bancada de Gobierno– lo que menos le importa es la estabilidad de las instituciones públicas. Su premura es por la pelea que Francisco Barbosa ha sostenido con Petro desde antes de su elección como presidente del país. El rifirrafe ha escalado de forma progresiva y acelerada, hasta el punto de acusarse mutuamente de corrupción, nexos con narcos y cuanto delito se les cruce por el medio que sirva para dañar al otro, sin contar que Barbosa le tiene el acelerador al escandaloso caso de Nicolás Petro. Pero…

Esto no va de peleas

La palabra “supina” es un adjetivo que, bajo el contexto en el que la usó el señor Arrubla, se debe entender asociado a la perseverante posición que Bolívar tiene sobre su ignorancia –en su amplio sentido– sobre lo relativo a la elección del nuevo fiscal. Como un buen sinónimo, podríamos decir que Bolívar es un ignorante terco que se aferra a sus conclusiones, aun cuando la realidad demuestra que está equivocado. Una actitud muy común en lo que va del Gobierno Petro, que está marcado por una seguidilla de reveces respecto a los cambios que ha querido implementar, precisamente, por basarse en sus auto-conclusiones sobre cómo funciona el Estado colombiano. Por ejemplo, tenemos la “supina ignorancia” de tramitar la Reforma a la Salud como ley ordinaria y no estatutaria, lo que la amenaza de ser declarada como inexequible en su totalidad por la Corte Constitucional por vicios de procedimiento.

Por otro lado, tenemos al naufragio en el que navega la entidad INVIMA, la cual estuvo sin director hasta hace poco que, al no contar con el talento humano exigido para el cargo, de manera exprés, cambiaron lo requisitos estipulados hace años para poder nombrar a cualquier persona afín al oficialismo. ¿Qué podría salir mal? Pues ya no se debe hablar en tiempo futuro sino pasado, con la terrible noticia de haber perdido un millón de vacunas vencidas por la parsimonia del Gobierno Nacional. Aunque…

La cosa no acaba ahí

Dos casos más recientes e impactantes han capturado todos los reflectores en esta feria de la improvisación y la supina ignorancia. El primero, que es de partida doble, es el regaño público que Petro le hizo a su ministra de Vivienda y el despido sorpresivo del director del Cuerpo Nacional de Bomberos. El segundo, e inclusive más jugoso, es la posible caída del Presupuesto General de la Nación (PGN) para la vigencia 2024.

Sobre el regaño a la ministra, recomiendo más observar el video, que leer cualquier descripción pretenciosa que se busque escribir. Es una pieza que quedará en la historia del país y que será(es) la base de muchos memes (el video del que hablo, a continuación).

Acerca del sorpresivo despido del director de bomberos, mejor, corresponde leer una parte de su entrevista en Revista Semana, que evidencia el nivel de caos que existe dentro de esa entidad.

SEMANA: En plena emergencia por los incendios, ¿por qué sale del cargo?

ARBEY TRUJILLO (A. T.): No sé. Tienen que preguntarle al Gobierno. Estamos haciendo la tarea, comprometidos con los programas, les hemos cumplido a los bomberos, ellos están muy motivados. He recibido casi mil mensajes de chats de bomberos que me dicen: «Capi, no se vaya, cómo así que lo van a sacar. Vamos a hacer un paro». Les respondo que nada de eso, que los puestos son públicos, prestados y me tocó salir. El anterior director, al que reemplacé, duró cuatro meses. El jueves pasado cumplí cuatro meses. Me imagino que ese es el periodo que debe durar un director nacional de Bomberos.

SEMANA: ¿Solo cuatro meses?

A. T.: Los tres directores recientes han durado cuatro meses, los cumplí el jueves pasado. Es una decisión del Gobierno, la respeto. Seguiré siendo bombero.

Si ya siente que es demasiado el nivel de deriva en el que está el Gobierno, agárrese duro que este 2024 arrancó con una tormenta en medio de este océano de improvisación. Pero para poder alcanzar a dimensionar, es menester entender qué es el Presupuesto General de la Nación (en adelante PGN) y cómo se aprueba.

El PGN es el instrumento mediante el cual el Gobierno Nacional asigna los recursos públicos a las entidades del orden nacional para el cumplimiento de los planes y programas de desarrollo económico y social. Se compone del presupuesto de rentas y recursos de capital, del presupuesto de gastos o ley de apropiaciones, y de las disposiciones generales. Para el caso de inversión pública, el gasto se clasifica en programas y subprogramas.

El proceso de aprobación del presupuesto se lleva a cabo en varias etapas. Primero, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público presenta el proyecto de presupuesto al Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) para consolidar las prioridades sectoriales de gasto. Luego, el proyecto de presupuesto es presentado al Congreso de la República para su discusión y aprobación, teniendo este la facultad de hacer modificaciones al proyecto antes de su aprobación final. Finalmente, el Presidente de la República sanciona el presupuesto aprobado por el Congreso, puesto que el PGN es una ley ordinaria.

La presentación de todo esto no es aleatoria, ya que el Gobierno Nacional debe presentar los documentos conforme el Decreto 111 de 1996, el cual se llama Estatuto Orgánico de Presupuesto. Y, según su artículo 67, la presentación del presupuesto 2024 y el decreto de liquidación presupuestal deben presentarse de forma individual –las razones de esto tienen otro trasfondo más complejo que podré abordar en otra columna–. Continuando, el pasado 29 de diciembre, el Gobierno presentó el Decreto 2295, que es el de liquidación presupuestal 2023 y, de forma anexa, metió el desglose de los gastos de 2024.

Este es un error de tipo legal en el que la Corte Constitucional, nuevamente, puede declarar el PGN 2024 como inexequible por vicios de procedimiento. Como si fuese poco, dentro de ese desglose no especifica el destino de 13 billones de pesos. Así como lo lee, el Gobierno Petro no quiere decir en que se va a gastar esa cantidad de plata, que es más que los recursos asignados a varias Alcaldías de Colombia.

Lo que nos espera

Los riesgos de todo son claros. De declararse inexequible el presupuesto tras una demanda, simplemente no habrá plata para ejecutar, ni para consignar a las entidades territoriales ¡ni para nada! Otro freno fuerte a la inversión pública que, como vale recordar en este momento, fue paupérrima para el año pasado, donde solo se ejecutó el 60 % del presupuesto. Probablemente, deba pasar una vez más por el Congreso.


Esta columna apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.

Carlos Noriega

Barranquillero. Administrador de empresas con varios años de experiencia en formulación y ejecución de proyectos productivos de capital privado, público y mixto. Director ejecutivo (CEO) y miembro fundador del medio digital liberal/libertario El Bastión y de la Corporación PrimaEvo.

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