Sugar works

Quizá Cuba, la isla encantada, está atrapada en un ideal de dignidad que a sí misma amedrenta y socava.


El concubinato como “institución monárquica” muchísimo más antigua que la democracia, democracia cuyo argumento principal es la libertad del individuo donde sí mismo es el dueño de su destino y por tanto es dotado de derechos civiles y políticos entre los que se encuentra la propiedad privada (que con la abolición de la esclavitud y el reconocimiento de los derechos de las mujeres, empieza con el propio cuerpo), podría considerarse como una posición de privilegio frente a la situación fáctica de la servidumbre o la esclavitud.

Los favores sexuales emanciparon a las doncellas muchísimo antes que se popularizara la lucha social y otros tantos ascendieron en su posición de autoridad tras satisfacer los deseos de algún superior o general. El acceso a la cultura política, económica y militar, llegó primero a las fiestas y orgías de altas esferas que a muchas de las figuras en la familia real. Hay quienes aprueban materias, hay quienes hacen de los lujos un estilo de vida que su apariencia adornarán sin que quieran profundizar en el costo que deben pagar, cuestión de autonomía y criterio personal.

El trabajo sexual a través de medios digitales es una de las primeras y más rentables industrias que llegó a la cuarta revolución. En el medioevo se apedreaba en público el acto sexual fuera del fin de la reproducción en el matrimonio, mientras se exorcizaba con formas excéntricas de erotismo y sadomasoquismo que se pretendían como canales para el amable tránsito de la perversión. El consentimiento siempre estará viciado de nuestras creencias que no pueden sustraerse de lo que somos por consecuencia, contexto u omisión, la justicia es un concepto preconcebido en el poder del vencedor.

Hay prostitución a cambio de drogas o alcohol, también por cirugías estéticas o el último celular de colección. Hay quienes lo han hecho por hambre como quienes por hambre van a la guerra a poner sus cuerpos como carne de cañón. Hay quienes quebraron toda posibilidad monetaria antes de cambiar un “NO” frente cualquier circunstancia que implique someter o penetrar el cuerpo y no por eso fueron seres humanos mejores a quien sin culpa accedió.

Una “prepago” estrato 6 establece una brecha salarial muy grande frente a un obrero oficios varios que opere para esta clase y su salud se encuentra mejor, algo absurda esta comparación si económicamente hablando el ser humano asume prioridades ligadas a su condición que no es divina y se somete a la carne donde reposa la necesidad de ésta como el mal mayor. El incentivo de competencia en el mercado sexual es tan latente que los regímenes totalitarios terminan por promover su proliferación, pero ¿quién detiene el querer una posición materialmente más cómoda si no es una misma desde su escala de valores?

La trata de personas es despreciable, delictiva y requiere una gran red de protección; que implica seguridad humana, reconocimiento de derechos e inclusión sin estigmatización para con las víctimas. La prostitución infantil, como cualquier delito contra este grupo poblacional, es una responsabilidad social, cultural y política en un mundo donde las plataformas de internet más populares venden desde la ideología del narco y el reggaetón. En ambos casos, la institución de la familia y su responsabilidad política, económica y sociocultural, debería ser el principal foco de atención, ya que tiene incidencia directa constituida alrededor de un lazo psico-afectivo y no ligado a una ficción – desproporcionada y contradictoria – como el Estado, que en democracia no es un padre sino nuestro “socio” administrador.

Por su parte, la vanidad es humana y el ego arrollador. El mercado que no atiende a nuestros paradigmas morales sino a la interacción humana en una realidad escasa, lo que estamos dispuestos a intercambiar por conseguir lo que queremos, contraprestación. Bien menciona Freud que la muerte es una pulsión – simbólica y real – y su opuesto sería el placer, donde la libido no depende exclusivamente del amor de pareja, ya que corresponde a la vida misma. Lo que nos diferencia de las bestias es la capacidad de establecer racionalmente justas convenciones que salvaguarden nuestra integridad atravesada por dimensiones no materiales.

Romantizar el libre albedrío y mancillar la otredad desde la victimización, no nos abrirá preguntas asertivas que nos lleven a conciliar salidas políticas correspondientes a todas, todes y todos como ciudadanía, máxima expresión de la igualdad, donde cada ser humano desde su libertad esté siendo respetado y no infantilizado, incluido y no reprochado, educado y no anulado, sin negar su existencia a través de la censura moral que implica trasladar la comprensión a la inquisición donde todo lo que yo no sea es criminalidad. El crimen también es un orden, pero ausente de derechos y controles éticos que garanticen mínimos de sensatez, tolerancia y dignidad.

Abolir la prostitución en una tesis o en una ley y no en la realidad, pone en riesgo muchísimas más vidas de las que puede salvar. Y siendo sincera, creo que es más fácil abolir a los políticos como trabajo o las tesis como contribución a la humanidad, que la prostitución como oficio y catalizador de la inevitable herencia animal. Entender que solo los delfines y los humanos disfrutamos del sexo como práctica sin mayor fin que la misma, y para los segundos, objetivamente el amor romántico es ideal; como el valor del papel moneda o la pureza espiritual.

  • El debate por la regulación de las condiciones del trabajo sexual o su abolición definitiva, debe plantearse desde quienes ejercen este oficio. Si bien las teóricas feministas y otros actores interesados en el tema nos hemos pronunciado al respecto, es profundamente antidemocrático pretender imponer una visión definitiva y cerrada que afectará la vida y la estabilidad de terceras personas.
  • Nuestra Constitución Política de Colombia protege el libre desarrollo de la personalidad y los tratados internacionales abogan por la participación amplia, diversa e inclusiva de todas las personas sin distinción; la prostitución existe y por tanto quienes la ejercen son sujetos políticos mayoritariamente conscientes, capaces de pensar y en gran medida de trazar su propio plan de vida independientemente de nuestra opinión subjetiva.
  • Igualar el trabajo sexual a una violación es señalar que el o la trabajador(a) sexual es incapaz o un(a) inimputable, tan irresponsable e irrespetuoso como decir que la homosexualidad es una enfermedad.
  • Puta y Feminista: Crónica de una Trabajadora Social. (TEDx) – En el video básicamente manifiesta que prefiere ser trabajadora sexual que empleada de servicio por el nivel de ingresos y el grado de control sobre la actividad desempeñada que puede percibir.

Recomendado:

“Solo una mente educada es capaz de comprender un pensamiento de otro sin necesidad de aceptarlo” Aristóteles

La democracia nos implica concesiones dentro de nuestras creencias subjetivas para buscar la garantía de derechos del mayor número de personas posible. La mejor forma de luchar contra el patriarcado es erradicando de nosotras mismas el deseo dictatorial de querer imponer reglas en la intimidad de las demás, educando con amor y afecto a quienes nos rodean para que el respeto y el valor sean prioridad.

 

María Camila Chala Mena

Poeta. Abogada con énfasis en Administración Pública y Educadora para la Convivencia Ciudadana, Especialista en Gerencia de Proyectos y Estudiante de Maestría en Ciudades Inteligentes y Sostenibles. Fundadora de Ágora: Laboratorio Político. "Lo personal es político".

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.