Síndrome del impostor y el impostor genuino

“Los hombres son naturalmente propensos a creer virtuosos a sus semejantes; esto es precisamente lo que da tanta ventaja a los impostores y a los estafadores.» Ferdinando Galiani


El síndrome del impostor

Seguramente alguna vez, hemos sentido que tenemos un golpe de suerte y no encajamos de inmediato con un nuevo cargo laboral o un grupo de compañeros, en este punto, regularmente nos adaptamos y el grupo nos acepta o encontramos la estrategia para superarlo y mantenernos; la otra opción, es rendirnos y buscar otro camino que se adapte mejor a nuestras competencias, de algún modo estas dos alternativas mueven al sujeto en ocupaciones y ámbitos sociales de nuestra economía. Pero también, hay quienes ni lo superan, ni renuncian, sino que lo sufren, en este sentido (Abarzúa citada por Labrín, 2021) describe:

“(…) no es un síndrome que se pueda diagnosticar oficialmente. Ningún seguro de salud cubriría tratamiento por él, pero sí es de amplio uso en la psicología tanto clínica como ocupacional, y también en el lenguaje más cotidiano y coloquial. Sin embargo, es importante evitar un ‘autodiagnóstico’, y diferenciar la ‘sensación’, de cuando se convierte en problemático”.

Así que tranquilos, no generemos un pánico colectivo, es algo muy común, que en pocas personas se desarrolla como un problema grave; también están aquellos que nunca se atreven a pedir un ascenso, o a emprender un negocio, porque no se siente a la altura del mercado o de un gremio que en su juicio está más que prohibido, lo que se puede convertir en un problema ya que congela laboral y socialmente al individuo, incluso obsesionarlo con la idea de que va cometer un error permanentemente, (Abarzúa citada por Labrín, 2021) ejemplifica lo que podría suceder en la cabeza de alguien que asume una jefatura:

“La sensación recurrente es que los demás piensan que yo sé mucho de un tema, pero en realidad no sé tanto, me da miedo que se den cuenta de que no sé. Eso lleva a una hiperdedicación a las tareas en el ámbito en el que las personas se desempeñen y eso lleva a una forma de tratar de evitar la sensación temida, que es una sensación fantaseada, no es una sensación real, de que van a descubrir su baja calidad intelectual”.

Este síndrome del impostor se puede originar según los expertos por dinámicas familiares humillantes, estereotipos sexuales, diferencias salariales y la percepción de éxito, fracaso y competencia (BBC News Mundo, 2015).

El impostor genuino

Por otra parte, también están aquellos sujetos que actúan en la completa ignorancia de lo que están haciendo, o fueron encargados para responder por un cargo para el cual no están preparados, a veces son el familiar de, recomendado de, etc. Pero estas personas no se atemorizan al punto de quedarse estáticos, actúan y son recursivos, usualmente se convierten en grandes estrategas o unos tiranos, ya que utilizan a su personal encargado para adjudicarse logros, generando para la entidad que trabajan, un área ocupada, que tiene un líder a cargo, pero que no se orienta hacia los fines de eficiencia colectivos, como un peso muerto que es arrastrado por el trabajo de otros, tratando de parecer que su aporte es importante para el éxito de la organización.

Al tratar de referenciar esta idea, no obtuve nada en internet, pero quizá son de esas situaciones en las que sabemos que ocurre, pero nadie dice nada, mucho menos los empleados de un impostor reconocido, pero si hay muchos ejemplos para abordar desde la gestión pública (Redacción Política, 2019) expuso el titular en El Espectador, Los 30 congresistas que registraron más inasistencias en el periodo 2014-2018.  En otro titular del diario El País (Palomino, 2016) Los escándalos que acorralan al alcalde de Bogotá. En menos de medio año de Gobierno, Enrique Peñalosa ha tenido que salir a aclarar o explicar algunas medidas de su gestión. Y si venimos más recientemente, la cereza del pastel (Caracol radio, 2018) relata:

“En concreto, en medio de la exposición con potenciales industriales franceses, Iván Duque afirmó textualmente que la denominada “Economía Naranja”, “Y nos remontamos a lo que llamamos las siete íes. ¿Y por qué siete? Porque siete es un número importante para la cultura. Tenemos las siete notas musicales, las siete artes, los siete enanitos. Mejor dicho, hay muchas cosas que empiezan por siete”, afirmó Duque”.

Luego de eso, sobran los comentarios.

Para concluir

Muchas veces entre las personas que no se sienten preparadas para liderar hay talentos escondidos, que necesitan encontrar un desbloqueo psicológico, profesional, que les permita aceptar pequeños logros, reconocer sus fortalezas, saber decir “no sé”, pero encontrar alternativas y capacitarse, entre otras tantas que les permitan dar un paso más allá, y por qué no, también mostrarse humanos con sus empleados.

Necesitamos de aquellos tímidos, inseguros y escondidos ganen esa primera batalla contra sus propios temores, para conquistar el cargo que seguramente un impostor genuino lo está ocupando sin merecerlo.

 


Referencias bibliográficas

BBC News Mundo. (2015, 26 noviembre). ¿Qué es el «síndrome del impostor» y por qué lo sufre tanta gente? Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/11/151125_salud_psicologia_sindrome_impostor_lb

Caracol Radio. (2018, 13 noviembre). La Economía Naranja tiene 7 principios «como los 7 enanitos»: Duque. Recuperado de https://caracol.com.co/radio/2018/11/13/tendencias/1542126695_987033.html

Labrín, E. (2021). ¿Qué es el Síndrome del Impostor y por qué afecta principalmente a mujeres? Recuperado de https://www.uchile.cl/noticias/173035/entrevista-a-academica-marianella-abarzua-sobre-sindrome-del-impostor#:%7E:text=A%20pesar%20de%20su%20nombre,de%20falsedad%20frente%20al%20resto.

Palomino, S. (2016, 26 mayo). Los escándalos que acorralan al alcalde de Bogotá. Recuperado de https://elpais.com/internacional/2016/05/26/colombia/1464273202_882559.html

 

Jean Paul Pico Hernández

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