Ser Artista en Colombia: los verdaderos sótanos del infierno

Desde que una persona toma la decisión de dedicar su vida a cumplir con una misión que va más ligada al espíritu que a la razón; motivo por el cual se rompe la tradición social de nacer, crecer, –sí es posible– estudiar y trabajar en un campo más convencional, se puede afirmar que ha nacido un artista. Porque este sabe que su camino va más allá. El artista, en cualquiera de sus formas, viene al mundo a revolucionar las estructuras de lo que se considera correcto o absoluto.

Sin embargo, la historia es diferente si este personaje nace en Colombia. Porque para nadie es un secreto que si esta persona no posee cierto apellido, una que otra ayuda económica, o en su defecto es Youtuber, su camino tendrá más obstáculos comparado con alguien que sí posea estas cualidades.

Este artista no llora al nacer como una forma de brindarle aire a sus pulmones, sino porque presiente lo que se le vendrá encima. Cosa absurda porque el arte hace parte de la vida del ser humano, como alimento para su espíritu.

Pero si usted es de los que considera que eso no genera algún tipo de retribución económica a un plazo razonable, me permito preguntarle lo siguiente: ¿Por qué en una primera cita, prefiere ir a cine o a teatro, en vez de ir con esa persona a un banco y abrir una cuenta de ahorros? ¿Por qué escucha música en plataformas digitales mientras trabaja desde casa? ¿Por qué motivo ha visto –por lo menos una– de las series que Netflix ha lanzado durante esta pandemia? O ¿por qué le alegra saber que existen páginas en internet que le permiten leer libros electrónicos –como es el caso de Wattpad y la biblioteca digital de Biblored–?

Si alguna de estas preguntas lo deja pensativo, permítame informarle que usted es consumidor frecuente de arte y no se había dado cuenta. Sea por diversión, por culturizarse o por fines netamente académicos, el arte hace parte de su vida cotidiana… lo que a la larga es una buena noticia.

Cada vez que usted salga a la calle recuerde agradecerle a ese ciudadano de a pie quien con las uñas da a conocer su trabajo artístico. No importa si esa persona es la que le canta en el bus; la que le recita un poema en un parque; la que le expone sus cuadros en la calle porque no tuvo dónde más ponerlos; la que le invita a ver su cortometraje o a escuchar su recital. Esa persona, al igual que usted, está luchando con valentía para salir adelante con su oficio sin importar que carezca de cierto apellido, estabilidad económica o trayectoria. Vale la pena apoyar a estas personas. Considere que al cabo de unos años, su persistencia llevará a este artista emergente a convertirse en uno de reconocida trayectoria y sus obras tendrán más mérito por la forma en la que vieron la luz. Por lo que usted tendrá la satisfacción de haber apoyado a un artista de su propio país a salir de los sótanos del infierno. Créame cuando le digo que talento si hay.

Considere también que ese artista está enfrentando una realidad que se vive día tras día en Colombia: la arbitraria destinación de recursos para la guerra en vez de enfocarlos en educación, cultura y deporte. ¿Contra quién o qué se está peleando? Cada uno sabe la respuesta.

Y me disculpará si mis palabras han ofendido su buen gusto. Pero si usted llegó hasta aquí y ha leído esta columna de esta revista es porque también gusta leer contenido digital. Gracias por apoyarnos.

Lauren Chonps

Bogotá, 1996. Laura Juliana Romero Herrera, cuyo seudónimo corresponde a Lauren Chonps, de profesión abogada y de vocación escritora. Desde temprana edad se inició en la práctica de la escritura narrativa, razón por la que en el año 2019 publicó de forma independiente su primera novela titulada "De regreso a la montaña" con la Fundación Común Presencia. Ha participado en Talleres Locales de Escritura Creativa, dirigidos por el Instituto Distrital de las Artes (IDARTES) durante los años 2015 y 2019 respectivamente. En la actualidad participa como asistente del Taller Virtual de Novela del Ministerio de Cultura y además es creadora de contenido multimedia con enfoque literario y jurídico de las redes sociales TikTok, Instagram y Facebook.

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