Señor Presidente

En el cine europeo se narran los hechos históricos desde las tragedias de sus monarquías, los líos papales, los enredos de la alta aristocracia o los movimientos de sus ciudadanos frente a estos tres poderes. Pocas veces se han llevado a la pantalla los barullos de presidentes corruptos o las chanzas de la política de Europa.

Los espectadores hemos visto diversos retablos de dinastías reales españolas, francesas o británicas, de reyes locos, de reinas que conspiran y de zares sobrados de poder.

En cambio, en Estados Unidos se toman muy en serio la figura de su máximo mandatario: el señor presidente. El inquilino de la Casa Blanca es un héroe (o villano) nacional. No se toca. En ocasiones han sido el blanco de algunas comedias absurdas, en otras, simplemente, son presidentes de ficción que se convierten en héroes estandarizados por el cine de género y que son capaces de salvar al mundo y a sus Estados Unidos de América del eje del mal.

 

Hollywood se convierte en cronista de la historia muy a “su aire”.

 

Uno de los padres de la nación, George Washington y presidente entre1789/1797, es retratado en “Los inconquistables” (1947, Cecil B. de Mille), como un joven oficial virginiano, metido de lleno en las guerras franco-indias con un tono discursivo racista y colonizador. Es en “George Washington: la leyenda” (2000, Robert Harmon), una miniserie para televisión donde se idealiza al padre de Estados Unidos como un gran estratega y un hombre diplomático en la Guerra de la Independencia (1775/1783), cuando en la realidad, fue un pésimo militar, más preocupado en aparentar un aspecto aristócrata, y un esclavista declarado.

La eficaz HBO, realizó en el año 2008 una estupenda miniserie dedicada a otro fundador de la nación: John Adams, presidente durante 1797/1800. La narración histórica es bastante fiel a lo que sucedió y uno de los redactores de la constitución sale bien parado en un escenario histórico con toques didácticos y una perfecta dirección artística e interpretativa.

Thomas Jefferson fue el redactor principal de la declaración de Independencia y tercer presidente de los Estados Unidos (1801/1809), en “Jefferson en París” (1994, James Ivory), nos encontramos a Jefferson como embajador de la capital francesa en 1789 (año del estallido de la revolución francesa) y descubrimos sus constantes líos amorosos con varias cortesanas y un enamoramiento clandestino con su ama de llaves, de raza negra.

En “Amistad” (1997, Steven Spielberg), el cuarto presidente John Quincy Adams (1825/1829), asiste al juicio contra 53 esclavos sublevados en el navío “Amistad”. Un relato contra el racismo y la complejidad de las leyes. Fue uno de los primeros políticos estadounidenses claramente abolicionista.

En “Los bucaneros” (1958, Anthony Quinn), el séptimo presidente de la nación Andrew Jackson (1829/1837), es un personaje episódico en el conflicto territorial de Louisiana en 1812. Con muchas incorrecciones históricas, se sacrifica la realidad de los hechos en favor de resaltar el a veces reiterativo discurso del héroe nacional.

También es episódico la participación del duodécimo presidente Zachary Taylor (1849/1850) en “Tambores lejanos” (1951, Raoul Walsh). En 1840, y en Florida, un estado florido de contrabandistas de armas, Taylor es un general que participó en la guerra semínola entre 1835/1842. Su mentalidad era militarista y en defensa de las líneas fronterizas de la nación.

Abraham Lincoln tiene su primera biografía en 1930 bajo la dirección de David Wark Griffith. Fue el decimosexto presidente y primero del partido republicano (1861/1865). En el biopic del megalómano Griffith, Lincoln se convierte en un títere al servicio del pensamiento de un país que necesitaba líderes tras el crack económico de 1929.

John Ford busca la semilla del Lincoln conciliador y solidario en “El joven Lincoln” (1939), en su etapa como abogado en el estado de kentucky. Es una obra maestra cinematográfica donde se descubre la faceta más humana del tuerto Ford, con una mirada conciliadora y levantando el mito de Lincoln como futuro héroe y mártir nacional.

Finalmente “Lincoln” (2012, Steven Spielberg). Con una estética barroca y situada en 1865, último año de la guerra de Secesión. Tal vez excesivamente discursiva, pero correcta en su justa medida y desnudando al colosal Lincoln en un presidente aislado, agotado, frágil, pero contundente en sus ideales, dando una cátedra de política desatada en un congreso dividido en muchas facciones ideológicas.

En cambio, Ulysses S. Grant, décimo octavo presidente (1969/1877), es un personaje testimonial en “Misión de audaces” (1959, John Ford), “La conquista del Oeste (1962, John Ford) y “Wild wild west” (1999, Barry Sonnenfeld). Fue un presidente bisagra en unos tiempos que estaban cambiando, en la época de la fractura definitiva de la frontera con el lejano oeste y una mentalidad política expansionista y colonial.

El vigésimo sexto presidente Theodore Roosevelt (1901/1909), se convierte en un personaje secundario en “El viento y el león” (1975, George Pan Cosmatos), “Rough Riders” (1997, John Milius), ambas desarrollando la fiebre colonialista de Estados Unidos en el mundo, la primera en un conflicto diplomático internacional en Marruecos y la segunda en la guerra contra España en territorio cubano. En “Noche en el museo” (2006, Shawn Levy y sus dos secuelas), Roosevelt se convierte en un personaje secundario dentro de una comedia al servicio de la risa fácil y los chistes olvidables.

El fundador de la Liga de las Naciones Woodrow Wilson, (1913/1921), en “Wilson” (1944/Henry King), el vigésimo octavo presidente, es el protagonista de la firma del Tratado de Versailles que daba por finalizada la Primera Guerra Mundial (1914/1918). Su tono es triunfalista, que está en manos de un presidente que puso a Estados Unidos como una gran potencia mundial.

La aparición episódica de Franklin D. Roosevelt en “Pearl Harbor” (2000, Michael Bay), el trigésimo segundo presidente entre 1932/1945, lidera el histórico discurso que dio tras el ataque a Pearl Harbor y la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial (1939/1945).

Y en la excelente tv movie “Warm springs” (2005,Joseph Sargent), de nuevo es la HBO , que humaniza a un presidente que lucha contra su poliomielitis y se abre la puerta de su vida privada.

Con Harry Truman, trigésimo tercer presidente (1945/1953), aparece en “Truman” (1995, Frank Pierson), una correcta tv movie, biopic desde su juventud hasta la difícil (o no) decisión de lanzar la bomba atómica sobre Japón, para ahorrar vidas (estadounidenses) y acabar de golpe con el frente asiático de la Segunda Guerra Mundial.

Clint Eastwood dirigió “Banderas de nuestros padres” en (2006), Truman es un personaje episódico que apoya la donación económica de los ciudadanos estadounidenses para sanar una economía entregada al desgaste militar de la guerra en Europa y contra Japón.

Dwight D. Eisenhower, trigésimo cuarto presidente (1953/1961). Con otra tv movie, “Ike” (2004, Robert Harmon), narra los meses previos al desembarco de Normandia. Eisenhower es un militar capaz, con un enorme peso sobre sus espaldas como comandante en jefe el ejército aliado en el frente europeo.

Con “JFK: caso abierto” (1991, Oliver Stone), el magnicidio de Dallas en 1963, John Fitgerald Kennedy, (1961/1963), trigésimo quinto presidente, se convierte en un personaje central con la investigación de su asesinato por la comisión Warren por un lado (la oficial) y otra investigación liderada por el fiscal de New Orleans Jim Garrison, que apoyaba el tinte conspirativo del crimen.

En “13 días” (2000, Roger Donaldson), se narra fielmente la crisis de los misiles soviéticos en Cuba en octubre de 1962. JFK es un presidente que intenta dialogar y llevar la diplomacia antes de aprobar la invasión de Cuba. Se descubre un aislamiento total del presidente, alimentado por el sector más reaccionario del ejército, la CIA y el FBI.

Finalmente en la miniserie “Los Kennedy” (2011, John Cassar), la dinastía de una familia irlandesa y católica, con un Jack kennedy idealista, humano, portador de errores y de aciertos, con una vida privada agitada y de nuevo, mártir.

En otra película donde el presidente de los Estados Unidos es omnipresente sin apenas aparecer es Richard Nixon en “Todos los hombres del presidente” (1976, A. Pakula), trigésimo séptimo inquilino de la Casa Blanca entre 1968/1974. En este fundamental film, se narra el escándalo de Watergate, desde el punto de vista de los periodistas del Washington Post  Bob Woodward y Carl Bernstein.

De nuevo es Oliver Stone, aplastante y crítico cronista de los Estados Unidos del siglo XX, que se encarga de llevar a la pantalla una ácida y colosal biografía de Nixon en “Nixon” (1995), donde desnuda toda su carrera política y dibuja la caída de un héroe nacional elegido por el pueblo y para el pueblo.

Y “Frost vs Nixon” (2008,Ron Howard), se describe fielmente la famosa entrevista de 1977 que el ya ex presidente Nixon concede a David Frost para responder a un catálogo de preguntas incomodas.

Ronald Reagan, presidente republicano y número 40, (1981/1989), aparece en una tv movie dañada por su aspecto de tele novela y donde se muestra el carácter dominante de su esposa Nancy.

Interesante visionar “El mayordomo” (2013, Lee Daniels), la historia de un mayordomo de raza negra en la Casa Blanca y sus anécdotas que van desde Eisenhower a un Reagan dicharachero y que se reincide en que quien realmente llevaba los pantalones en el despacho oval era su esposa.

Con Bill Clinton, 43º presidente, (1993/2001), en una amable tv movie co producida por la HBO y la BBC. “La relación especial” (2010, Richard Loncraine), narra la relación diplomática (y personal) entre Bill Clinton y el premier británico Tony Blair.

Finalmente, y de nuevo con Oliver Stone, aparece “W” (2008), estrenada casi al borde del “We can” triunfal de Barack Obama. Es una biografía muy crítica de la dinastía Bush en general y del presidente num 46 en concreto, George W. Bush, (2001/2009). Esta nueva crónica política de Stone, desnuda con agresividad al que podemos considerar como el peor presidente de los Estados Unidos.

Dentro de este catálogo de presidentes reales metidos en el cine, se puede concluir que en todos los casos han sido interpretados por grandísimos actores que han sabido dar espacio creativo en el momento de meterse en la piel de un presidente de Estados Unidos.

 

Pero no acaba aquí la cosa. Existe otra lista (o selección personal), de presidentes esta vez creados desde la ficción.

Son impagables los siguientes personajes, para bien o para mal:

Me quedo con Peter Sellers y su impasible presidente Merkin Muffley (“Doctor Strangelove….” 1964) o su entrañable presidente Bobby (“Bienvenido Mr Chance” 1979).

Me quedo con el amargo retrato de un presidente  sin nombre agobiado por una amenaza nuclear en “Punto límite” (1964), o el corrupto y criminal presidente Allen Richmond (“Poder absoluto” 1996).

Me quedo también con el lunático presidente James Dale (“Mars attacks” 1996) o los patrioteros, vergonzosos y violentos Presidentes James Marshall (“Air forcé one” 1997) y Thomas J. Whitmore (“Independence day” 1996). Ambos ejemplos, diseñados por la factoría mas patriotera de Hollywood.

Finalmente elijo al voluntarioso  Presidente demócrata Josiah Bartlet, de la serie “El ala oeste de la casa Blanca” (1999).

 

Héroes con historia, reales unos, de ficción otros, elegidos por y para el cine.

 

 

 

Manel Dalmau Etxalar

Nacido en un pequeño pueblo del pirineo catalán cuyo nombre es La Pobla de Segur. Adoptado en la ciudad de Medellín en 1998, paisa chivado desde Enero del 2010. Periodista, documentalista, historiador, dinamizador cultural y onanista compulsivo. Forma parte del equipo de la casa Museo otraparte desde el año 2010. El “NO” de su gorra es un adverbio positivo y un morfema ácrata. Es un “NO” a la intolerancia, al desajuste social, al abuso, es una invitación para que todo aquel que lo lea, se invente su propio NO. Es un yonqui de la tertúlia y un borracho de silencios. Intenta soñar.

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