Sobre las emociones y sensaciones que dan lugar la posibilidad de cambios con un eventual gobierno del Pacto Histórico, no se puede obviar la realidad que presenta nuestro sistema político y sus reglas de juego en democracia.
Muchos de los que llegan al Pacto Histórico, y cuando me refiero a muchos, son los simpatizantes y votantes, lo hacen bajo el convencimiento de la posibilidad de unas transformaciones reales en varios sectores. Transformaciones que se traducen en reformas que por vía legislativa se manifiestan en leyes: reforma a la educación, reforma a la salud, reforma tributaria, reforma minas y energía, entre otras.
Para ello una explicación sustentada en la Constitución y la ley 5 de 1992.
Para comprender el trámite que debe surtir las leyes, las que le darán lugar a estas reformas propuestas por el Pacto Histórico en cabeza de Gustavo Petro, se hace necesario entender que: En Colombia existen 3 tipos de leyes reguladas por la Constitución: la estatutaria, las orgánicas, y. las ordinarias. Lo encontramos en capítulo 3: de las leyes de nuestra constitución política de Colombia 1991
Ahora bien, cada tipo de ley, regula ciertas materias, y por ende necesitan para su aprobación ciertas Mayorías, establecidas en la Ley 5 de 1994. Esto no es otra cosa que las reglas de juego en materia de aprobación en democracia.
¿Y el problema? Bueno, el problema está en varios de las reformas que plantea el Pacto Historico se ubican en leyes como las estatutarias, estas leyes para ser aprobadas, necesitan de Mayoría Absoluta, es decir, como lo establece el artículo 117 de la ley 5 de 1992 en su numeral 2: Mayoría absoluta. La decisión es adoptada por la mayoría de los votos de los integrantes.
Esto quiere decir que: solo en senado, que son 110 senadores, el pacto histórico se hizo a 19 curules. Para que una de las reformas propuestas pueda alcanzar vida jurídica mediante proyecto de ley y posteriormente en ley de la república, y esta esté dentro de la materia por ejemplo que regula las leyes estatutarias, deberá contar con la mayoría Absoluta, es decir 56 votos.
De entrada, sabemos que el problema grande no era ganar las elecciones con mayoría de bancada en senado, si no, ser gobierno con mayoría en el legislativo en un eventual gobierno de Petro. Es por ello que se hace necesario, y esto disgustando a los “puristas”, la amplitud y las alianzas que se tejan con diversas fuerzas políticas en el congreso, toda vez que, como se ha mencionado, no le será posible gobernar ni sacar adelante las reforma que se ha planteado.
Esto, lejos de ser mermelada, o de trabajar con los mismos y las mismas, que muy seguramente se presentarán esos ataques, hace parte del ejercicio de Realpolitk más allá de los “purismos” poco pragmáticos. pragmatismo político. Los costos de vivir en democracia.
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