Rastreo de la imagen poética en el poema piedra de sol de Octavio Paz

“La ambigüedad que se presenta aquí, frente al plano de lo real y el plano de lo imaginado, que diferencian y constituyen al ser y al ente, al mito y a la historia, es un juego literario al que recurre el propio Paz para explicar lo que es y lo que permanece, lo que se muestra de una manera y que, dependiendo de la experiencia, cobra diferentes matices.”


En la obra Hölderlin y la esencia de la poesía , Heidegger postula al poeta alemán como a un verdadero oráculo de la poesía, haciendo a la vez una crítica concienzuda a la modernidad europea, frente a la pérdida de su espiritualidad. Para ello, recurre al análisis de palabras que considera claves, sustancia de lo que él considera el acto poético, encontrando verdaderos paradigmas estéticos en ellas; el lenguaje es sustancial en Heidegger, por eso reconoce en la morada del hombre. Pero el ejercicio del filósofo sobre el poeta no deja de ser un análisis puramente estético, y es mediante este postulado que haremos nuestro ejercicio con el poema Piedra de sol del mexicano Octavio Paz . En este primer poema extenso de Paz, se vislumbra ya el sentimiento de importancia que el lenguaje tiene en el mundo social; por eso es fundamental reconocer en este poema las palabras o situaciones estéticas que consideramos sustanciales:

Primero, es necesario reconocer en él que el poema agrupa un sinnúmero de signos que le permiten a éste trascender nuevamente al plano espiritual, al plano de lo mítico, para ello se sirve de la simbología azteca:

Escritura de fuego sobre el jade,

grieta en la roca, reina de serpientes,

columna de vapor, fuente en la peña,

circo lunar, peñasco de las águilas,

grano de anís, espina diminuta

y mortal que da penas inmortales,

De ahí arranca el segundo elemento sustancial: el tiempo, reconocido por el propio Paz como figura poética para prefigurar a Europa, donde el tiempo es lineal,  y las culturas americanas, africanas y orientales, donde el tiempo es cíclico, por eso en su creación prioriza el mito cíclico; el mito va y vuelve, haciéndose latente en el hombre el sentimiento de sentirse creado; así, vuelve a aparecer ese dualismo de crítica frente a Occidente y al resto del mundo, para los primeros es fundamental la historia, de ahí que exista una especie de quiebre en el poema mismo, cuando nos recrea poéticamente la experiencia de la segunda guerra mundial:

Madrid, 1937,

en la Plaza del Ángel las mujeres

cosían y cantaban con sus hijos,

después sonó la alarma y hubo gritos,

casas arrodilladas en el polvo,

torres hendidas, frentes escupidas

y el huracán de los motores, fijo:

En tanto que el mito es sustancial para los segundos. Lo cíclico está gráficamente representado en la estructura misma del poema: termina como inicia; pero lo cíclico está también representado en los elementos simbólicos llevados al lenguaje, en una especie de entramado de hipertexto, donde la experiencia personal es llevada a planos más allá de nuestra propia realidad –sin embargo se hace necesario reconocer aquí la influencia que el surrealismo, especialmente el francés, ejercieron sobre Paz-, y reaparece nuevamente el entramado de planos superpuestos uno sobre otro, siendo fundamental en la construcción de sus imágenes poéticas:

¡caer, volver, soñarme y que me sueñen

otros ojos futuros, otra vida,

otras nubes, morirme de otra muerte!

-esta noche me basta, y este instante

que no acaba de abrirse y revelarme

dónde estuve, quién fui, cómo te llamas,

cómo me llamo yo:

El tiempo, siempre presente en su obra, y es donde se hace latente el tercer elemento que consideramos sustancial en su obra: el ente,  así Paz ejerce una preocupación por el hombre mismo, por la humanidad; pero ese ente se sabe inmerso en un mundo, en una historia, en donde lo importante son la esencias así como las experiencias particulares; Paz reconoce al ente como finito, pero también –y en esto es heredero de Heidegger- reconoce al ser como aquel capaz de padecer la experiencia del vivir; el ser del hombre queda en el plano de lo sustancial, es lo humano que pervive infinitamente; el ente, es el de la experiencia, el del plano vivencial puramente histórico:

no pasa nada, sólo un parpadeo

del sol, un movimiento apenas, nada,

no hay redención, no vuelve atrás el tiempo,

los muertos están fijos en su muerte

y no pueden morirse de otra muerte,

intocables, clavados en su gesto,

desde su soledad, desde su muerte

sin remedio nos miran sin mirarnos,

su muerte ya es la estatua de su vida,

un siempre estar ya nada para siempre,

cada minuto es nada para siempre,

Y finalmente, el último de los elementos literarios empleados sustancialmente por Paz en el poema es la memoria; el orden cíclico del que hemos hablado, opera mediante el ejercicio de volver al pasado, a las experiencias que han marcado al hombre, así el mito recobra la función primigenia de recordarle al hombre su puesto en el mundo, es el recreo de su propia cosmovisión en el plano de sus propias experiencias. La ambigüedad que se presenta aquí, frente al plano de lo real y el plano de lo imaginado, que diferencian y constituyen al ser y al ente, al mito y a la historia, es un juego literario al que recurre el propio Paz para explicar lo que es y lo que permanece, lo que se muestra de una manera y que, dependiendo de la experiencia, cobra diferentes matices:

el mundo cambia

si dos se miran y se reconocen,

amar es desnudarse de los hombres:

“déjame ser tu puta”, son palabras

de Eloísa, mas él cedió a las leyes,

la tomó por esposa y como premio

lo castraron después;

Análisis y sensación, razón y pulsión, tiempo y eternidad, mito e historia, son los elementos constructores de la imagen poética de Paz, en donde el hombre es visto inmerso bajo los paradigmas de sus propias concreciones, de ahí que la experiencia sea aprovechada por los hombres para recrear sus propias historias, es, reconocer en la piedra del sol los signos que nos pudieran aclarar el enigma de nuestra existencia.

J. Mauricio Chaves-Bustos

Escritor de cuento, ensayo y poesía. Facilitador en procesos de diálogo para construcción de paz. Columnista en varios medios escritos y virtuales.

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