Me desmorono con corrupción:
Se me ahogan los pulmones
al ver tantas injusticias en las
calles que el Estado encargado
ha abandonado.
Se me congelan los huesos al
saber que este país se encuentra
al revés. Se les da voz a los
corruptos y se silencia a las
barbaries que siguen recorriendo
los lejanos pueblos.
Se me duermen las manos al
tratar de escribir con mis puños
todas las historias violentas
que se esconden en las comunas.
Se me secan los labios al
gritar con cacerola en mano
para que así medio me oigan
los que están sentados en el
palacio.
Y se me arrugan los ojos al ver cómo
“periodistas” corren a las faldas de
los poderosos.
Nada esta en orden, y mis plantas
de los pies están cansadas de buscar
el camino para reestructurar esto que
nos ha carcomido por tantos siglos.
Corrupción, corrupción, corrupción,
parece una palabra infaltable en nuestro
himno.
No hay
No hay zozobra más grande que
tratar de encajar en un sistema
diseñado para los grandes.
No hay agonía que pese más
en el pecho que ver cuánto
va creciendo el desempleo.
No hay sensación de agobio
más intensa que ver a las familias
campesinas dejando todo de lado
porque llegó una puta guerrilla.
No hay temblor más intenso
que cuando mis manos cogen un
periódico y el titular siempre
refiere a las masacres
perpetradas por culpa
de un Estado indiferente a
las problemáticas de la gente.
No hay dolor de patria más grande
que saber que en todas las elecciones
siempre ganará quien más daño le pueda
hacer a este platanal.
Hay emociones
Hay emociones que inflan el alma
de alegrías, y otras que solo te
llenan de agonía.
Hay emociones que te llevan a contar
los días, otras que quieren detenerlos
para no soltar nunca o para aplazar
algún momento.
Hay emociones para saltar de la cama,
y otras para resguartarte horas enteras
en ella.
Hay emociones que hieren el pecho,
otras que lo hacen recordar para qué
sigues viviendo.
Quisiera tener una bola de cristal
para saber qué días llegarán cargados
de emociones lúgubres, pero
sospecho que no me la han dado porque
eso le quitaría la magia a lo que le llaman vida.
No hay dolor
Para el Gobierno no hay dolor.
¿Qué dolor puede existir cuando
la realidad la ves solo por una
pantalla que transmite todo unas horas después?
Para los bárbaros no hay
dolor, solo una construcción
de discurso vacío y efímero.
El dolor de patria no existe,
el Gobierno se mofa todos los días
de cuánto dinero cabe en sus bolsillos,
y los pobres campesinos son los que se
quedan sin una sola moneda para mantener
a sus hijos.
¿Dolor?, solo es una palabra que la RAE define
en 8 subcategorías. Nada que le pueda pesar
a los egoístas que han creado fortuna propia
a costa del hambre de otras personas.
El dolor solo habita en los humanos,
no en las bestias que están atornillados.
Quizás duela
Quizás amar duele, pero
nos han dibujado tantas historias
de princesas que al primer dolor
queremos dejar todo en la arena.
Quizás soñar duela, nos han
mostrado solo la parte final
donde explotan las sonrisas, pero
pocas veces nos vemos las lágrimas
que vivieron,
Quizás sembrar duele, pero solo
caminamos viendo árboles ya florecidos,
y nunca volvemos a ver cómo están durante
el invierno.
Quizás duela, queme y agobie, pero
cada dolor debe sopesar y entenderse,
sin dejar nunca de lado el amor y respeto
propio.
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