“Si se garantiza que todas las personas tengan acceso a internet, a un computador y a una plataforma como Platzi que ofrece información de calidad y pertinente, no va a haber excusa para no tener una buena educación”.
Este fin de semana, Platzi, la plataforma de educación más grande de Latinoamérica abrió por 72 horas el acceso gratuito a sus más de 700 cursos. El pago de la anualidad está desde $929.000. Como promesa de valor, Platzi les dice a sus futuros estudiantes que el 70% de los graduados duplican sus ingresos. Más de 150 startups se han creado por estudiantes que han pasado por esta plataforma y el 20% de sus estudiantes crean su propia empresa de tecnología (ver). No suena mal.
El modelo de esta plataforma replantea los modelos actuales de educación: para estudiar en Platzi sólo se requiere de un computador o un smartphone con conexión a internet. Cada estudiante decide cuánto tiempo quiere dedicar a aprender, cada quién va a su ritmo, pero eso no exime de estudiar con disciplina. Se hacen exámenes y hay que aprobarlos para continuar con el progreso del curso que cada quién elija hacer.
En Platzi, se actualizan permanentemente los cursos acordes a las nuevas realidades del mercado. Mientras que en la educación tradicional una persona normalmente se demora entre 15 y 17 años para terminar la escuela, el colegio y la universidad -con el agravante de que después de terminar su carrera, es probable que varios de los conceptos aprendidos estén desactualizados- con este tipo de plataformas educativas, lo que se aprende se puede aplicar de inmediato y habilita para entrar al mercado laboral o crear empresa.
Dentro de la filosofía de esta plataforma, está el nunca parar de aprender. Aunque suene a chiste, disponen de apoyo psicosocial para que los estudiantes puedan lidiar más fácil con la presión de muchas veces, sentirse agobiados por la necesidad permanente de aprender y la frustración de saber que esta experiencia nunca va a terminar. Es un replanteamiento al sistema educativo, donde se tiene la creencia de que con un pregrado y postgrado es suficiente para el resto de la vida. En palabras de Freddy Vega, cofundador de esta empresa, “los mejores emprendedores tienen dos cosas en común: nunca se rinden y nunca paran de aprender”.
Entre las cosas que generó la pandemia, están las brechas que se generaron entre los niños de la ruralidad sin acceso a internet y los que sí tenían. A pesar de que muchos docentes se esforzaron e ingeniaron para enviar sus clases por Whatsapp a través de videos, no es un secreto que así es difícil interiorizar el conocimiento. No hay retroalimentación en tiempo real, los docentes no pueden hacer un seguimiento efectivo y mucho menos profundizar en aspectos claves, lo que puede hacer que esta generación de niños y jóvenes queden con vacíos educacionales que pueda afectar su futuro y máxime, cuando una de las formas para que la población pueda salir del bache de la pobreza y entrar en la clase media es a través de la educación y una posterior consecución de un empleo digno.
Por eso la apuesta de Freddy Vega, marca el porvenir de la educación pública: independiente del lugar, si se garantiza que todas las personas tengan acceso a internet, a un computador y a una plataforma como Platzi que ofrece información de calidad y pertinente, no va a haber excusa para no tener una buena educación que ayude a superar las brechas de desigualdad social. Estará en los padres, niños y jóvenes sacar el mejor provecho y decidir hasta donde quieren llegar y aprender.
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