Otra mirada de los llamados “impuestos saludables”

La ley 2120 o ley de la comida chatarra aprobada en el 2021 y la propuesta de la reforma tributaria presentada por el gobierno del presidente Gustavo Petro llegan para abordar un tema hasta ahora no tan mencionado desde lo público, como es el aumento de enfermedades no transmisibles, generadas entre otros factores por el consumo de alimentos ultraprocesados y con altos contenidos de sodio, azúcar, grasas trans y saturadas, por lo que es necesario dimensionar la importancia de este tipo de normativas.

La mejora en la información nutricional de los  alimentos, en  primer lugar,  es un acto de transparencia para con el consumidor. Es necesario que las personas conozcan los componentes nutricionales de lo que consumen, esto reporta beneficios para la salud individual y también colectiva, a partir de decisiones de consumo informadas. Así mismo, contribuye a un enfoque de prevención de enfermedades generadas por modos y estilos de alimentación no saludables. Y, hay que entender que la propuesta de reforma tributaria incentiva la sustitución en la alimentación por productos más saludables, más no el cese del consumo; por lo que, en ese sentido, en el corto plazo podría impactar de alguna manera las finanzas de productores y distribuidores que producen cierto tipo de alimentos a los que se le aplicaría el impuesto, pero en el mediano y  largo plazo podríamos tener efectos  positivos, al incluir productos más saludables en la oferta de esos mismos actores, resaltando que en el mismo plazo habrá beneficios con esta medida en la economía campesina como principal productora de alimentos y por supuesto a la salud pública.

Mucho de lo que se ha especulado, en especial de la reforma tributaria con el llamado “impuesto saludable” es que va a acabar con varias empresas de la industria de alimentos, que no se va poder “mecatiar”… nada más falso, ya que la etapa del modelo económico actual, el factor de producción principal es el conocimiento, todas las industrias se adaptan para seguir vigentes y la industria de alimentos no es ajena a ello, por eso la oferta de productos de paquete más sanos se ha incrementado en los últimos años. Tenemos una industria de alimentos y  bebidas  nacionales  que  está  en  constante  investigación, desarrollo  e  innovación  para incorporar en la elaboración de sus productos, insumos más sanos y más saludables. Esto se ha dado incluso antes de que se presentara la ley de comida chatarra y el proyecto de reforma tributaria. Sin duda, un incentivo adicional para que el sector de alimentos y bebidas continúe con la investigación y desarrollo, además, del incentivo actual, dado por el notable incremento de la demanda por productos más saludables.

De hecho, podríamos conversar un incentivo adicional: la Ley 2120 que establece en su artículo 5 el etiquetado frontal de advertencia, podría incentivar el desarrollo de nuevos productos con menos proporción de ingredientes “no saludables”, con el fin de ubicarse por debajo del límite indicado que exige etiquetado y el proyecto de reforma tributaria que fija un impuesto por cantidad de azúcar empleada por producto; de esta manera, podrían ofertar un producto sin etiquetas, lo que significa a ojos del consumidor, que es un producto más saludable, respecto a aquellos que tienen y tendrán etiquetados frontales, además de la exoneración posible del impuesto por exceso de algún nutriente.

Por tanto, hay que seguir circulando la palabra en este proceso, derribando miedos y mirando oportunidades, seguir exigiendo información clara de lo que consumimos en los alimentos y los riesgos para nuestra salud e invitando a la industria alimentaria a que siga con sus desarrollos e investigaciones para ofrecer productos más sanos y más saludables, al final ganaremos todas y todos con este proceso, en especial la salud pública.

 

Anderson F. Arenas Arango

Nutricionista Dietista de la Universidad de Antioquia Especialista en Cultura Política Pedagogía en Derechos Humanos de la Universidad Autónoma Latinoamericana Maestrando en Educación. consultor en temas de salud y nutrición. Activista por el derecho fundamental a la salud desde hace 10 años.

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