“Un informe de esta semana de la Contraloría General de la Nación, señaló que a marzo de 2024 la ejecución del gobierno nacional era del 9.1% siendo la más baja con respecto a los últimos tres años”.
La empresa General Motors, dueña de marcas como Chevrolet, tenía su planta ensambladora de carros desde hace 70 años en Colombia. Anunció esta semana que cerrará su planta, entre otras, porque están trabajando al mínimo de su capacidad, lo que hace imposible competir con otras marcas que están en el país. El impacto de esta noticia es negativo para los cerca de 600 empleados de esta empresa que se quedarán sin trabajo. General Motors ya radicó ante el Ministerio de Trabajo la autorización para realizar los despidos colectivos de todos sus trabajadores.
El pasado viernes, la emisora La FM reportó que “Navieras y grandes comerciantes estarían abandonando Buenaventura por falta de garantías para operar en el Distrito”. Vienen denunciando lo que se conoce desde hace tiempo: extorsiones, robos y bloqueos que dificultan sus operaciones (ver).
Hace 15 días, Fenalco también manifestó su preocupación porque en lo que llevamos del 2024 se han perdido 277 mil empleos y con la reforma laboral que pretende implementar el gobierno nacional, se pueden perder más empleos por los altos costos que esto representaría para los empresarios (ver).
En materia de energía, como conté hace ocho días, Celsia desistió de avanzar con sus proyectos eólicos (de energía renovable) en La Guajira, por las dificultades para obtener las licencias ambientales de parte del gobierno nacional y el poco acompañamiento que este realiza para resolver los inconvenientes con las comunidades que se oponen a estos proyectos.
Pocas cosas están funcionando bien en el gobierno del presidente Petro que además no ejecuta oportunamente su presupuesto de inversión. Un informe de esta semana de la Contraloría General de la Nación, señaló que a marzo de 2024 la ejecución del gobierno nacional era del 9.1% siendo la más baja con respecto a los últimos tres años (ver). Ministerios recién creados como el de Igualdad y Equidad ni siquiera han empezado a ejecutar.
Este gobierno se quedó en la confrontación, en promover luchas de clases, pero lo cierto es que las cifras no lo ayudan y ahora las calles tampoco. El pasado 21 de abril, con las masivas manifestaciones, se comprobó el descontento de la mayoría de los colombianos con el gobierno de Petro, a pesar de que el presidente las trató de minimizar, a la vez que invitó a sus simpatizantes a marchar el 1 de mayo para defender su gobierno. Es en el activismo donde el presidente Petro se siente cómodo, no gobernando que es la función que cumple ahora; por eso su poca ejecución.
Tampoco le ayuda los discursos contradictorios, porque generan desconfianza y espantan inversiones. Fuera del país, Roy Barreras, embajador de Colombia ante el Reino Unido, dijo esta semana en Blu Radio (escuchar) que tiene como meta traer inversiones a Colombia por 10 mil millones de dólares, gracias a empresas del sector minero energético que en teoría estarían interesadas en desarrollar sus proyectos en el país.
Dentro de Colombia, la realidad es muy distinta para empresas de este sector. Celsia no pudo avanzar con sus proyectos eólicos; Zijin Continental Gold demandó al Estado porque no tiene garantías de seguridad para operar; y empresas de otros sectores como General Motors y pequeños y medianos comerciantes se ven obligados a despedir gente porque no son capaces de resistir la coyuntura económica que vivimos.
Con esta falta de coherencia y poca claridad en las reglas de juego, será difícil materializar la confianza inversionista y mucho más generar más y mejores empleos en el país.
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