¿Es nuestra ciudad una mole de cemento o un conjunto de personas?

Pienso que estas preguntas  las  deberíamos hacer, cuestionarnos si nuestra ciudad es tan valiosa por las edificaciones que tenemos, por las estructuras modernas que poseemos o si es el conjunto de personas que conviven en ella y que a diario hacen posible que la misma exista lo que realmente es valioso. Si bien es cierto es indudable que una ciudad posee infraestructura que nos ayuda a sobrellevar la vida y vernos mejor, nunca una representación material física podrá simbolizar que tan buena o mala sea una ciudad.

Los países más ´´pobres´´ como los llaman, yo los llamaría con condiciones precarias, no tienen la mejor infraestructura, ni las tecnologías de punta, pero son los más acogedores, es paradójico pues supuestamente entre mas lujos mas felicidad, pero es una farsa completa, no importa el lujo si no hay corazón y lo que determina si un lugar es acogedor no es el dinero ni la tecnología sino las personas que habitan en el, son ellos quienes le dan vida y alma a un lugar.

La verdad es que muchas veces creemos que nuestra ciudad es la más hermosa por todo lo material que pueda tener, por todos los lujos, el confort y garantías que tenga, pero jamás nos ponemos a pensar que realmente es hermosa por la gente que vivimos en el, por la gente que día a día convive y que le da ese toque de sabor y armonía.

La ciudad nunca será  la estructura que edificamos para vivir en ella, es más bien la aglomeración de personas que activamente participamos de forma positiva o negativa sobre ella, la que lo conforma y hace ciudad, son el conjunto de personas que sentimos, amamos, odiamos, respetamos, menospreciamos y vivimos en ella.

Una ciudad no es el reflejo de un espejo físico sino el espejo del alma que se refleja en la realidad, cuanto mejor sea el arsenal moral y de convivencia mayor será la hermosura de nuestras ciudades, las moles de cemento son una decoración que tratan de llamar la atención para hacernos ver importantes, una estructura no es la base de una sociedad, la base de una sociedad está en la población que cree en ella, que la hace valer, que hace que otros vean su potencial, no por cuanta tecnología tengan sino por su calidad humana y principios éticos que brindan.

Muchas veces criticamos o opinamos de ciertos lugares, pero, ¿en que nos basamos para opinar?, es simple, en lo que vemos. La vista solo refleja un pequeño porcentaje de verdad, las apariencias engañan. El mundo solo ve las cosas superficiales, ve el paisaje más no el relieve, pasamos derecho en la vida y creemos que lo que vemos es palabra de Dios. Una ciudad no es lo que vemos, es lo que sentimos.

Como decía Rousseau ´´el hombre nace libre pero la sociedad lo corrompe´´, esta frase sin duda nos da a entender que una sociedad buena, no hablando de su estructura si no de su gente es determinante en el éxito o no de una sociedad de lo contrario sería un fracaso. Una buena civilización con principios éticos y morales es sinónimo a triunfo, pues sus acciones se reflejan en su ciudad y su ciudad se vuelve un hogar y refugio para muchos y todo esto se trasmite de generación en generación, sino fuese así y seria lo contrario inevitablemente ocurriría lo contario, esa ciudad no fuese ni tan acogedora ni tan armónica, la expansión de lo bueno y lo malo se trasmiten atreves de los años.

Un lugar no es lugar por su paisaje, es lugar por su gente. Un carro no es carro por ser carro, un carro es carro por quien lo conduce. No hay materia si no hay creador y depende de cada creador hacer su materia, pero jamás su materia podrá recrear su autor, por que el autor será quien realmente exprese quien es él en el diario vivir.

Somos quienes vivimos en una sociedad los que le ponemos sentido a nuestras estructuras, los que ponemos leyes a nuestra convivencia y los que forjamos nuestra estadía en nuestra ciudad, somos nosotros quienes nos hacemos la vida placentera o si por el contrario la volvemos en un infierno. Es así como las estructuras no acogen significados sin que nosotros se las demos, un hospital es hospital por que nosotros mismos lo creamos con un propósito, curar a los demás, una casa es casa porque nosotros quisimos tener un lugar en donde descansar, en fin toda estructura se ha plasmado con un propósito, según sea el propósito se genera la necesidad de construir, es así como cada lugar plasma lo que posiblemente signifique no para la estructura misma sino para nosotros, por ello se dice que una estructura no es piedra y brea es más bien el conjunto de sentidos diseñados con un propósito, depende del propósito así depende la estructura y digo lo que posiblemente sea porque cada persona ve la realidad desde su perspectiva.

La necesidad de construcción no se compara a la necesidad de educación, una cultura lo suficientemente educada es una cultura que influye positivamente en una sociedad, de nada sirve tener los lugares más hermosos cuando se tiene la peor educación, jamás se aprovecharían lugares como esos cuando no se tiene una cultura ni una educación, de nada sirve ser la ciudad más innovadora cuando todavía sigue habiendo una brecha tan gigante entre pobres y ricos y diferencias sociales que todavía no se resuelven. Los problemas y dificultades que tiene una ciudad son demasiadas y las soluciones no radican en cuanto cemento se pueda sembrar sino en cuanta educación y humanización se pueda regar.

Una ciudad educada elige de manera inteligente y funde más pasión en la gente que un lugar con las mejores condiciones en confort, un lugar es bello por la gente que está en el no por el lugar mismo.

Pongámonos a pensar, ¿nuestra casa es casa porque es una casa o porque habitamos en ella?, realmente es una casa, es un referente en el que convivimos, porque sabemos que es un espacio de descanso y tranquilidad en el que interactuamos también con otras personas y somos nosotros quienes les ponemos la dulzura a nuestro hogar o simplemente un trago amargo en el cual nadie querrá volver. Somos nosotros, nadie más, quien le pone el sabor a las estructuras y a la vida.

Si se nos preguntaran  ni barrotes, ni murallas, ni edificaciones podrán caracterizar una ciudad, la ciudad se caracteriza por su gente ´´ Y es que la ciudad no es real si no se ha viajado por ella, y es más: si no se ha viajado por uno mismo´´, el autor sin duda tiene toda la razón, una ciudad se establece por decisión de un conjunto de persona y es ese conjunto que le da orden y sentido a todo, debemos entender lo valioso que somos y lo indispensable que somos para una sociedad, cuando vemos esta realidad nos damos cuenta que es necesario más que edificar miles de edificios, es edificar las vidas de cada individuo contribuyendo mas a enriquecer la educación que cualquier otra cosa, esta nos dejara realmente tomar buenas decisiones y que estas determinen realmente el progreso de nuestra civilización

Jamás juzgues a un libro por su portada y nunca cometas el gran error de opinar del otro, pues nadie sabe la vida de nadie y nadie comprende el por qué de los demás, simplemente goza, vive y haz tu vida y haz hacer a los demás la suya. Recuerda que el futuro de una sociedad no es responsabilidad de uno, es de todos.

Daniel Sierra Botero

Empresario y profesional del area de salud pública, asegurabilidad y administración en salud preventiva. Preocupado por los problemas sociales y de salud pública.

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