No olvidemos lo importante

Colombia se ha sacudido en los últimos días alrededor de escándalos de corrupción y denuncias públicas sobre lo que pasa con los candidatos a la presidencia, especialmente por cuenta de personajes como Luis Alfonso Hoyos, Andrés Sepúlveda, JJ Rendón, Germán Chica y los vínculos de cada uno de ellos con las campañas de Oscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos.

No es para nadie un secreto que muchos políticos colombianos están metidos hasta los tuétanos con la mafia del narcotráfico y con el paramilitarismo. Tampoco son secretas las camorras que varios de ellos hacen con privados para asaltar a mano armada las arcas públicas del Estado. Pero lo más lamentable sin duda alguna es que esta época electoral esté marcada más por escándalos que por propuestas serias de cara al país.

Hoy tenemos una crisis en el sector minero de tan alta magnitud que no sabemos de donde proviene el 58% del oro extraído en el territorio. Las minas desplomadas en Santander de Quilichao y Buriticá en las últimas dos semanas, prenden las alarmas aún más en el sector. Todos los expertos concuerdan en que la política industrial del país está condenada al fracaso y no se ven avances en materia de dar valor agregado a los commodities. La crisis del agro se profundiza cada vez más y tal parece que al Gobierno no le importa que los campesinos estén en paro. La educación pública está en cuidados intensivos gracias a los nulos esfuerzos de la nación. La crisis en el sistema educativo es de tan alto calibre, que varios bloques de la Universidad Nacional están en riesgo inminente de caerse. La salud no puede estar en peores condiciones a pesar de los esfuerzos resaltables del ministro Alejandro Gaviria en disminuir los precios de los medicamentos. Las políticas asistencialistas implementadas por Juan Manuel Santos no han impactado a la población como se debería: los índices de desigualdad, los de pobreza y los de pobreza extrema, aún están por las nubes ya que el sistema económico no responde a las necesidades reales de los colombianos.

En medio de tanto problema existente en el país, los candidatos Santos y Zuluaga parecen estar ensañados más en defenderse ante las cámaras de las acusaciones del otro, que por presentar un programa serio que trate de mejorar todas estas problemáticas que asedian hoy a los colombianos. El debate público que debería girar en torno propuestas, está más que nada destinado a despotricar del otro candidato. La polarización del país es total entre santistas y uribistas y lo peor del asunto es que la discusión no cesa sino que se acrecienta a medida que pasa el tiempo. Apenas normal cuando ambos bandos tienen rabo de paja.

Oscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos representan eso que tanto odian los colombianos hoy en día: la política tradicional aliada con los ilegales. En estas elecciones se juega mucho, y el abanico de candidatos es bastante pobre, es imperativo pensar muy bien el voto, aunque no haya con qué hacer un caldo.

Post scriptum: Que bien por la Gobernación de Antioquia y la inauguración del parque educativo de Vigía del Fuerte, un municipio que ha estado en el olvido todos estos años. Cuando un municipio hace que su agenda gire en torno a la educación, se empieza a pasar la página de la violencia.

[author] [author_image timthumb=’on’]https://scontent-b-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-prn1/t1.0-9/66463_10151968321795671_2103100727_n.jpg[/author_image] [author_info]Daniel Duque Velásquez: Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT. Crítico y propositivo. Apasionado por la política, los temas de actualidad y el fútbol. Ciudadano del común. Leer sus columnas. [/author_info] [/author]