Ni rajan ni prestan el hacha

No ha pasado todavía un año del gobierno Petro, y el descontento es generalizado; las últimas encuestas desaprueban la gestión del presidente de la República (-57%), los revolcones ministeriales dejan al país en vilo, la reformitis se encuentra frenada en el Congreso por pura terquedad, la “paz total” nos está dejando una violencia total, y mientras esto ocurre, el inquilino de la casa de Nariño parece más preocupado por lavarle la cara a las dictaduras cubana y venezolana, y al autócrata fracasado, Pedro Castillo.

Esto solo traduce caos, desconcierto, desconfianza y falta de credibilidad, al mismo tiempo que aumenta la violencia y decrece la economía (¡Como lo quería Irene Vélez!)… Con Petro todo mal y tiende a empeorar. Preocupa su radicalización hacia la extrema izquierda, el deseo de sacar a las malas las reformas, y su incitación a las bases sociales (¿colectivos?) a tomarse las calles para obligar al país a arrodillarse ante sus deseos y antojos. Petro parece más la reencarnación de Luis XVI que la de Gaitán.

Con todo esto, hasta los que votaron por el “cambio” andan desconcertados, aburridos y mamados del aspirante a dictadorzuelo, mientras los petristas pura sangre andan en gallada en redes sociales amedrentando a quien cuestiona las decisiones del mesías.

Y ante esta situación, cabe la pregunta: ¿Petro cerrará el Congreso para gobernar a sus anchas? Algo parecido sucedió con algunos vecinos, que cerraron sus órganos legislativos, y al estilo bolchevique, instalaron soviets (algunos les dicen asambleas constituyentes) para “legitimar” la falta de equilibrio de poderes. Al menos todavía podemos opinar… por ahora.

Este desastre nos hace mirar para atrás; ya muchos extrañan a Duque, que aún con su tibieza, comunicación desacertada y falta de liderazgo, sorteó con prudencia una Colombia en crisis por cuenta de las marchas petristas que no dejaron gobernar, y una pandemia que puso en jaque su plan de desarrollo.

Petro es, sin lugar a dudas, la muestra perfecta de que cuando la izquierda no llega al poder, no dejan gobernar, y cuando llega, no saben qué hacer.

Dicen en mi tierra: ¡Ni rajan ni prestan el hacha!

César Augusto Betancourt Restrepo

Soy profesional en Comunicación y Relaciones Corporativas, Máster en Comunicación Política y Empresarial. Defensor del sentido común, activista político y ciclista amateur enamorado de Medellín.

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