“Nuestros hombres creen que ganar dinero y dar órdenes son las bases del poder. No creen que el poder esté en las manos de una mujer que cuida de todos durante todo el día y da a luz.” Malala Yousafzai
Sabemos que el proceso que le ha llevado a la mujer obtener poder político no ha sido nada fácil, uno de los primeros logros fue la obtención del voto, el cual nos ha brindado acceso a las decisiones políticas. Esto se lo debemos a movimientos como las sufragistas británicas, quienes a comienzos del siglo XX se dividieron en una línea moderada y otra radical. La primera fue organizada en la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio Femenino que se dedicó a la propaganda política, y en cuarenta años de actividad no logró romper la resistencia del poder. Fue hasta después de la Primera Guerra Mundial que el ala radical las «suffragettes», lograron que las mujeres gocen de sus derechos cívicos.
Así mismo, este movimiento inspiro a muchas más mujeres en países como Noruega y Finlandia, los cuales fueron de los primeros en consagrar la igualdad política y en establecer el derecho al sufragio para las mujeres. También, crearon modelos de conducta y su influencia logró aquello que una vez se pensó inimaginable, pues además de lograr votar también podían ser elegidas. Un ejemplo de las primeras mujeres en la historia en ocupar un cargo como presidenta son: Lidia Gueiler en Bolivia, (1978-1979), Ertha Pascal-Trouillot en Haití (1990-1991), Isabel Martínez de Perón en Argentina (1974-1976), Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua (1990-1997) y Mireya Moscoso Rodríguez en Panamá (1999-2004).
De igual manera el liderazgo y empoderamiento femenino es un terreno que necesita ser trabajado para poder transformar nuestra realidad y alcanzar aquellas metas que queremos lograr. Para esto es necesario eliminar aquellos mitos que se han creado sobre las mujeres y su fragilidad o debilidad; los cuales minimizan las capacidades de la mujer y opaca sus virtudes como la autonomía, la autoridad e intuición para entender a los demás y lograr aquello que se proponen.
Con lo anterior en mente, se considera importante tener referentes históricos que inspiren y motiven a las mujeres. Sin embargo, es primordial tener un modelo actualizado a nuestra época, esto nos permite promover la equidad de género, romper estereotipos y promover comportamientos o acciones que fortalezcan el papel de la mujer en la sociedad. Lo anterior debido a que es nuestra responsabilidad continuar con el fortalecimiento de estos nuevos modelos de conducta que permitan impactar a las nuevas generaciones de mujeres que deseen tener participación política.
Actualmente contamos con mujeres como la expresidenta de chile Michelle Bachelet o la Canciller federal de Alemania Angela Merkel quienes son consideradas unas de las más poderosas de la política en el mundo, son un ejemplo de hasta donde puede llegar una mujer que cuenta con las habilidades y capacidades de ejercer buena política.
Incluso, este 7 de noviembre ocurrió Un suceso que ha marcado historia: Kamala Harris, logró convertirse en la primera vicepresidenta del Estados Unidos, hecho que brinda la oportunidad de ver todo lo que una mujer puede lograr en un país con tanta influencia como lo es el país americano.
No obstante, Colombia no se queda atrás, actualmente contamos con personajes como; Marta Lucía Ramírez, la primera mujer vicepresidenta de la República y Claudia Lopez, la primera mujer alcaldesa de Bogotá. Independientemente del gobierno que desarrollan estas mujeres, es necesario destacar que están creando un importante suceso que brinda un avance para nuestro género, pues nos ayuda a mostrar la importancia de crear modelos de conducta y ser un ejemplo que permita empoderar al resto de población femenina, para que se sientan que hay posibilidad de acceder a este tipo de cargos políticos.
Para finalizar, debemos tener en cuenta que actualmente la sociedad necesita un cambio de representación política, con líderes más empáticas y solidarias que de verdad brinden a la sociedad aquello que necesita; por ello, se considera esencial la presencia de estas mujeres en el entorno político, que deseen trabajar por la comunidad y para transformar la política.
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