Mi primera vez

“Así se crece, a través de la confianza que generamos en los demás en la medida que se habla. Una sociedad que no habla, desconfía; y una sociedad que desconfía se estanca”


Las primeras veces siempre marcan el carácter fundamental del porvenir por el cual camina un hombre.  Por lo general no se cambia de posturas en la medida que se busque ser una persona de principios, a no ser que se actúe por conveniencia. Allí no hay carácter firme porque la conveniencia siempre nos obliga a vender el buen nombre de nuestras raíces al impostor de turno.  Cuando se buscan alianzas para el desarrollo, podemos decir que imprimimos nuestro carácter y damos a entender nuestro propio poder; pero cuando se vende el buen nombre por poder (conveniencia), nos rendimos a los intereses del que hay que lambérsele para recibir las migajas que el que lambe cree que merece.

Esta es mi primera vez. Mi primera columna de opinión. La opinión, que más que carácter de un chisme en el que puede diluirse todo aquello que busca hacerse público, es la voz de un hombre que imprime entre las letras su forma de ver un mundo cambiante. Hablar ante el público siempre va a ser más que una opinión, porque son las palabras las que crean y recrean el mundo. Esto lo hemos podido ver en las campañas de manipulación mediática que se ven para captar la intención de gasto de los ciudadanos, opiniones disfrazadas de verdad con el fin de influir en las sus tomas de decisión. Una opinión que rueda por ahí, que alguien lee en alguna parte, siempre corre el riesgo de cambiarle la vida a alguien, para bien o para mal. La opinión, por más inocente que parezca, debe ser rigurosa con nuestro carácter; y nuestro carácter, a la hora de abrir la boca, siempre tiene que ir apegado a la búsqueda de la verdad y a lo que uno en el fondo sabe que es lo correcto. La palabra precisa es la fortuna del hombre.

Hablar ante el público es desde siempre el acto más político que pueda existir. Este, también, es mi primer acto político, porque para hablar al público, sea a una persona o sea a muchas, se necesita del compromiso y la rigurosidad de mostrar correctamente el mundo que otros no logran percibir. Así se crece, a través de la confianza que generamos en los demás en la medida que se habla. Una sociedad que no habla, desconfía; y una sociedad que desconfía se estanca. Aquellos que no hablan solo esperan respuestas y auxilios, y no construyen el porvenir que esperan, solo se sientan a esperar.

Este es el carácter de mi primera columna. Una voz que indica la dirección y un hacia donde iré, cada vez que salga al público; y como punto de partida para mostrar un crecimiento constante cada que voltee a mirar. Una voz que puede llegar a pesar, pero, sobre todo, que se compromete al crecimiento de una sociedad que camina hacia una mejor vida para todos. Mi nombre es Jonathan Franswa Cardona Gamas de Bello, Antioquia.

Jonathan Cardona Gamas

Soy de Bello, Antioquia. Estudiante de Economía de la Universidad Nacional de Colombia. Hice algunos semestres de Historia en la Universidad de Antioquia. Me gusta la filosofía y el ajedrez. Mis inclinaciones están enmarcadas dentro del constante y abrumante cambio que tiene el mundo de hoy, por eso dentro del discurso seguramente constantemente hablaré sobre tecnología, globalización, medio ambiente y la relación con nuestra sociedad. Tengo 27 años y me gusta mucho escribir.

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