El matoneo a menores en Colombia

En las  redes sociales están circulando dos videos sobre matoneo a menores de edad, que aunque tienen sus diferencias también presentan similitudes: reflejan la cultura agresiva de una sociedad inmadura y poco reflexiva sobre los valores ciudadanos y el comportamiento social de los colombianos.

El primero (https://www.youtube.com/watch?v=HvXqFbwEpeU) es el de una mujer que castigó físicamente a un joven que supuestamente la estaba atracando con un cuchillo en una calle bogotana, y el segundo (https://www.youtube.com/watch?v=5D4l5Ivv9-c) es el de un entrenador de un equipo de fútbol, campeón actual de la Copa  Suramericana de fútbol, que agredió a un joven recogebolas ante treinta mil personas.

La mujer, que es referenciada en diferentes redes sociales como “la paisa brava”, coge al joven del pelo; lo hace arrodillar; pide a una persona, que está filmando el momento, que le registre la cara para que quede en evidencia cuando el hecho sea publicado; en medio de insultos le expresa una famosa frase entre los colombianos: “¿Usted no sabe quién soy yo?”; luego le pide a un espectador que le pase una navaja diciéndole al joven: “Usted no sabe con qué joyita se estrelló”; le ordena, ante la complacencia de un público espectador,  que se quite la ropa o lo va a hacer “cascar”. Y cuando el joven está desnudo le dice: “usted se metió con la que no era”, lo coge a patadas y a puños y lo obliga a correr por el barrio para que sienta el escarnio público.

El asunto a analizar es que la agresión, independientemente de que el joven hubiera intentado atracarla, fue presenciada por varios ciudadanos que validaron este espectáculo callejero diciéndole al joven: “desnúdese antes de que le den mas duro”. Cuando el infante se va desvistiendo, otra mujer presente en el sitio se lleva su ropa en una actitud cómplice con la mujer agresora. Ninguno de los presentes pidió que la agresora dejara de maltratar al chico. Cuando esta fiera mandó a correr, calle arriba, al joven, completamente desnudo, le dijo: “agradezca que no ando ‘enfierrada’, porque si no le pego un tiro”. Y para llenar la taza, el público aplaudió este acto del “circo de la calle” en una actitud de aprobación social del hecho.

Si uno se arrima a mirar los comentarios de la gente en los diferentes medios de comunicación que reportaron la noticia, se sorprenderá al ver un alto nivel de aceptación por parte de la comunidad con la mujer agresora. Basta con abrir en Internet la noticia presentada por el periódico Publímetro para encontrar (1) comentarios como el siguiente:

“Muerte a las ratas, sean menores de edad o mayores de edad, son solo escoria, son basura y no merecen vivir, y está mujer es un verraca y muy hermosa”.

La justicia por manos propias no es una buena práctica social, y por tanto cada uno de nosotros debe en su micro entorno aportar su toque de sensatez y respeto a los derechos de los demás, y particularmente de los menores de edad.

El segundo video de moda en las redes sociales es el de Alexis García, director técnico (?) del Independiente Santa Fe, agrediendo a un menor de edad que hacía las veces de recogebolas en un partido Nacional – Santa Fe por la Liga profesional del futbol colombiano, en el estadio Atanasio Girardot, donde el primero de estos equipos hacía las veces de local.

Transcurría el minuto ochenta y dos del partido y los recogebolas del Nacional, el equipo local, estaban particularmente acuciosos en entregar los balones a los jugadores del equipo verde, que desesperadamente buscaba el empate. En ese momento es cuando se presenta el incidente: el entrenador Alexis García se arrima hacia un recogebolas y le clava un dedo en el ojo, en forma alevosa.

Es inconcebible, y una vergüenza para el fútbol, que el entrenador de un equipo profesional, que además hace alarde de tener una escuela de fútbol para jóvenes colombianos, cometa una agresión de esta naturaleza a un menor de edad. Como diría mi abuela: “estas acciones no tienen perdón de Dios”.

Y para llenar la taza, después de esta monumental embarrada, el técnico Alexis García salió a declarar cínicamente en la rueda de prensa realizada al final del partido que: “Le puse la mano y ‘el pelao’ se vino con la cara. Pero creo que el partido amerita más que eso.” (2). O sea que Alexis no tuvo vergüenza en decir que el recogebolas le dio “un ojazo en el dedo” y buscó desviar la atención de los periodistas hacia las acciones del partido.

Alexis García recibió (3) una sanción de tres fechas y una multa de $3.447.270, lo que ratifica que la agresión si fue real. En mi concepto esta sanción de la Dimayor es tímida y pacata, si se la compara con otros eventos del deporte mundial como puede ser el caso de Luis Suarez cuando mordió a un contrario durante un partido, (con la particularidad de que mordió a un adulto).

El asunto a analizar en este caso es que esta agresión no tiene ninguna presentación ante la sociedad. Cuando uno tiene un cargo que convoca a una importante masa social, como es un equipo de fútbol de gran tradición, con miles de seguidores, no tiene permiso social para cometer este tipo de errores. Y menos negar que cometió una falta grave.

En este caso las redes sociales le dieron palo a Alexis García por este incidente, pero los organismos relacionados con el fútbol fueron harto condescendientes. Como ya comenté, la sanción de la Dimayor fue pírrica. El equipo Independiente Santa Fé no se manifestó sobre el particular, cuando debió, como mínimo, reconvenir al entrenador y salir a pedir excusas públicamente por el comportamiento de uno de sus directivos. Y el Atlético Nacional “pasó de agache” al no hacer un reclamo vehemente porque agredieron a un niño que estaba a su servicio.

Más allá de una sanción en fechas y una multa en dinero, creo que Alexis García merece una sanción social.

Buscando alternativas de sanción social un amigo me hizo una propuesta que quiero compartir con los lectores de Al Poniente: que se lleve a Alexis García al Atanasio Girardot y con el estadio lleno se lo entregue a la mujer del primer video para que se invente un castigo y lo saque corriendo del estadio.

Aunque esta propuesta me sacó una sonrisa, no me acojo a ella porque implicaría utilizar los mismos mecanismos que he criticado en la presente columna.

Se me ocurre, por ahora, sugerirle a Alexis García que llame al profesor Antanas Mokus para que le proponga una forma de autocensura, a la manera de un exorcismo sobre su grave falta.

Y esperaría que este hecho sirviera como punto de reflexión para la dirigencia de la Dimayor y sus equipos profesionales, para la prensa y para los técnicos que con miras a mantener el negocio del fútbol en casos como este, a veces, pasan por alto los valores y los derechos de los ciudadanos.