Marie Curie, la mujer que descubrió nuevos elementos químicos con desechos de la minería

A contracorriente, fue la primera de su género en ganar un premio Nobel en la categoría de Física junto a su esposo Pierre en 1903”.


En uno de los capítulos del texto Insólitas parejas del escritor colombiano Daniel Samper Pizano, se relata la historia de amor entre Pierre y Marie Curie. Literalmente y parafraseando al escritor, hubo pura química. En el capítulo se detallan los sacrificios que tuvo que hacer Marie para poder estudiar; su inteligencia natural, su obsesión por la ciencia y para que esta fuera útil para la humanidad, también se relata la tristeza que tuvo que soportar cuando quedó viuda y luego el consuelo que encontró en un amor prohibido.

A propósito de que el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, me pareció oportuno escribir sobre una mujer que simboliza las luchas que históricamente han dado para lograr la igualdad de género: empleo, educación, reproducción sexual, salarial, reconocimiento.

De acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ver), en el mundo sigue habiendo muchos retos para lograr el objetivo número 5, a continuación, comparto algunos datos:

  • En 18 países (cerca del 10% de los países reconocidos por la ONU), los esposos pueden impedir que sus esposas trabajen.
  • Una de cada cinco mujeres y niñas han sufrido violencia física y sexual.
  • Sólo el 23,7% de las mujeres ocupan cargos públicos de orden nacional.

Marie Curie, como muchas otras mujeres de su época, dejó su legado como mujer empoderada y capaz. A contracorriente, fue la primera de su género en ganar un premio Nobel en la categoría de Física junto a su esposo Pierre en 1903; fue a contracorriente, porque como bien documenta Samper Pizano, la Academia Sueca reconocía las investigaciones que este par de esposos habían realizado alrededor de la radiación, pero querían premiar sólo a Pierre y así se lo hicieron saber en una carta cuando buena parte de esos hallazgos los había hecho su esposa. A Pierre no le parecía justo llevarse el mérito exclusivo de un logro en el que Marie había sido tal vez más protagónica que él. Les respondió que sólo aceptaría el reconocimiento si se lo daban con su esposa, como debía ser. Los organizadores no tuvieron más opción que aceptar la petición lógica de un marido leal.

No contenta con un solo Nobel, Marie Curie hizo todos los méritos para ser galardonada con un segundo premio, que recibió en 1911, esta vez no en Física sino en Química, por el descubrimiento de dos nuevos elementos químicos: el polonio y el radio. Con ese logro, se convirtió en la única mujer en la historia en recibir dos premios de esta envergadura en categorías distintas, algo inédito hasta la fecha.

Cuando supe de esta historia quedé gratamente sorprendido por la relación que tiene con la industria minera; Marie descubrió estos elementos en una piedra denominada pechblenda de la que inicialmente se beneficiaba el uranio, inquieta con que allí pudieran estar otros elementos que generaran radiactividad y no se estuvieran aprovechando, investigó hasta el cansancio hasta que descubrió el polonio y el radio: dos elementos con altas dosis de radiactividad y que posteriormente sirvieron para el desarrollo de otras industrias como la medicina, en temas como radioterapia; en agricultura para el control de plagas; en hidrología para entender el ciclo del agua y fuentes subterráneas (ver usos de la radiactividad). De lo que en apariencia era un desecho minero, la científica encontró elementos que hoy tienen un importante uso y ejemplifica lo que significa la economía circular.

Esta polaca – francesa nacida en una familia humilde, que llegó a París sin estatus, siendo mujer -lo que eso significa para finales del siglo XIX y principios del siglo XX- y con el ánimo de formarse como profesora, demostró con sus acciones de lo que estaba hecha, hizo historia, dejó un legado científico, pero sobre todo un ejemplo de inspiración no sólo para las mujeres sino para toda la humanidad.


*Empleado de Minera de Cobre Quebradona, mi opinión no compromete a la empresa para la que trabajo.     

 

 

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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